Chapter 5

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Jeongyeon POV

—¡Jeongyeon!—, miré a la persona que me llamaba, que era Tzuyu, —El entrenador quiere verte en el gimnasio ahora mismo—.

—Pero no voy a participar en el juego— respondí.

—Dahyun no puede jugar—, la miré confundida. —Ella está herida y te necesitamos—, suspiré, pero ¿qué demonios le pasó a ese pajarito?

—De acuerdo, ya voy—.

Ella sonrió y me abrazó. —¡Gracias! Tengo que irme—, asentí y seguí caminando hacia nuestra clase para conseguir mis cosas. Todos los demás ya habían llegado a casa y yo todavía seguía allí.

—¡Jeongyeon!—, el entrenador me saludó tan pronto como entré al gimnasio. Me incliné como señal de saludo. —Necesito hablar contigo sobre el juego—, me guió hasta el banco y me pidió que tomara asiento.

—¿Qué pasa con el juego, entrenador?—, le pregunté aunque ya conocía la respuesta.

—Jugarás en este próximo juego— él respondió. —Dahyun no puede jugar debido a una lesión, es por eso que necesito que juegues—, me miró por un segundo y continuó, —Sé que ya dejaste de jugar, pero este es un juego muy importante para la escuela. Este partido determina si podemos participar en los eventos nacionales. Serías de gran ayuda—.

—Jugaré, pero no puedo prometerle que voy a ser de gran ayuda—, me levanté. —Me tengo que ir ahora, entrenador—, hice una reverencia y salí. Me detuve fuera del gimnasio y miré mis rodillas. Estaba asustada, jodidamente asustada. Comencé a recordar ese día, ese día en que ocurrió el incidente. Temía que el mismo accidente me volviera a pasar.

Suspiré y seguí caminando, pero vi a esa figura familiar caminando. La miré por un rato antes de darme cuenta de que estaba sonriendo sola.

—¡Jeongyeon!— gritó tan pronto como me vio. Le sonreí mientras me dirigía hacia ella.

—Nayeon—, ella llevaba algunas cajas, así que tomé algunas para ayudarla. —¿A dónde vas?—.

—Cuarto de almacenamiento. La Sra. Ahn me pidió que dejará esto allí—, asenti. Continuamos caminando en silencio. Nadie estaba intentando iniciar una conversación.

—Se está haciendo tarde—, dije cuando llegamos al cuarto de almacenamiento. —Te llevaré a casa, ¿está bien? —, bajé las cajas y ella hizo lo mismo. Pero cuando estábamos a punto de salir, la puerta se cerró de repente.

—¡Disfruten de su tiempo allí, tortolitas!— escuchamos un grito afuera y una serie de risas y luego pies saliendo. Mierda Mark. Seguramente lo mataría en cuanto lo viera.

—¡Abre la puerta!— Nayeon gritó. La mire, ella se veía tan asustada. Busqué el interruptor de la luz pero, joder, las luces no funcionaban. —Abre la puerta... por favor...— ella se veía pálida. Ella estaba teniendo problemas para respirar.

—¿Nayeon?—, sostuve su hombro. —¿Que te ocurre?—, le pregunté, ella me miró mientras se agarraba el pecho.

—Fo-fobia...— respondió ella. ¿Fobia? ¿Qué tipo de fobia? Y entonces recordé nuestra clase de ciencias. Claustrofobia.

—Mierda. ¿Por qué no me lo dijiste?—, ella se sostuvo en mi camisa. La abracé. —Shhh, está bien. Estoy aquí—, lentamente le froté la espalda. Ella todavía estaba temblando y se apretó más a mi abrazo.

—Jeongyeon...— susurró, entonces sentí que me devolvía aún más el abrazo, pero rápidamente sentí se alejaba. Me separé del abrazo y vi sus ojos cerrados. Mierda.

—Nayeon, abre los ojos—, la puse lentamente en mi regazo. —No puedes dormirte—, le di unos golpecitos en las mejillas. Su respiración aún no era normal. Moví su cabeza aun lado, que aún seguía en el piso, y me detuve frente a la puerta. Respiré y lo pateé con toda fuerza, afortunadamente se abrió.

La miré una vez más antes de llevarla a cuestas. Ella estaba sudando, mierda, ¿Porqué tenía esos pensamientos en esos momentos?. Tan pronto como llegamos frente a mi auto, le abrí la puerta y la hice sentar. Ella seguía inconsciente. Cuando me senté, me aseguré de que la ventana a su lado estuviera abierta. Abroché su cinturón de seguridad al igual que el mío.

Tan pronto como llegamos a nuestro destino, ella abrió los ojos. —¿Cómo estás?—, le pregunté a ella. Ella me miró y sonrió. Yo le devolví la sonrisa. La guié para que saliera del auto.

Nos paramos frente al ascensor. Ella me estaba mirando en la distancia. —Gracias—, ella murmuró de repente.

—No te preocupes. ¿Quieres usar mejor las escaleras?—, ella sacudió su cabeza.

"Estaré bien. Me acostumbré", la miré y sonrió. El ascensor se abrió y entramos, nadie estaba hablando, pero no era incómodo. Era un cómodo silencio.

Cuando el ascensor llegó a nuestro piso, salimos. Estaba caminando hacia mi unidad cuando la vi como buscando algo en su bolsillo. Fui hacia ella, —¿Qué pasa?—, ella me miró.

—Perdí mis llaves—, casi me reí por la inocencia de su cara, —Creo que las dejé en el almacén—.

—Puedes dormir en mi unidad—, la invité. —Encontraré tus llaves mañana—, la agarré de la muñeca y la arrastré conmigo. Abrí mi unidad y la dejé entrar primero.

—Gracias— sólo le di una sonrisa. Ella me seguía agradeciendo.

La dejé tomar prestada mi camisa y mis shorts. —Puedes dormir aquí en mi habitación, yo dormiré en el sofá—. Estaba a punto de salir cuando ella me detuvo agarrando mi muñeca. La miré.

La vi tragar y eso me hizo sonreír, era tímida.

—Por favor... quédate aquí conmigo—.

Please, be mine [2YEON] Traducción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora