Uno.

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— Es un poco obvio, pero si queréis ser fotoperiodistas tenéis que hacer fotografías, así que olvidaos de todo lo inútil que habéis aprendido en bachillerato sobre trabajo en casa constante y todo eso... Salid a la calle esta semana y sacad fotografías para exponer en clase. Vamos a aprender en base a vuestro propio trabajo...

La gente empezó a hacer ruido con la intención de movilizarse porque en los portátiles la hora ya marcaba la una del mediodía, lo que significaba libertad.

— Para la semana que viene traéis un reportaje maquetado sobre una manifestación —dijo el profesor antes de coger sus cosas y marcharse.

Solté un gran suspiro.

— Otro trabajo en la segunda semana de clase... Realmente nos quieren matar o algo parecido —le comenté a Julia, la que hasta ahora había sido mi única amiga en la facultad. Bueno, amiga, tan solo nos conocíamos desde hacía dos semanas pero la Universidad es así... O te unes o te comen.

— Te lo digo por experiencia. Haz todos los trabajos a tiempo y esfuérzate. El año pasado no hicieron examen quienes entregaron todas las tareas... y por eso yo estoy aquí, otra vez, escuchando las chapas de nuestro querido José Antonio.

La miré dubitativa y asentí con la cabeza, frustrada. No había ido a una manifestación en mi vida, y ahora solo tengo una semana para encontrar una y hacer fotos buenas. ¿Dónde se supone que podría enterarme de eso? Menos mal que estaba mi compañera para salvarme.

— Si lo dice una veterana como tú será porque es verdad... Oye, ¿Y cómo sé sabe por dónde se mueven los protestantes y eso? ¿Existe algún foro en plan Madrid protesta o algo así? ¿Una cuenta de tumblr para ser más bohemios? —bromeé tratando de quitarle hierro al asunto, pero la verdad es que me estaba empezando a agobiar.

— Hay una chica... Ella me ayudó el año pasado, la conocí porque era amiga de un amigo de una amiga de... No lo sé, ella conoce literalmente a todo el mundo que se mueve por ese ambiente.

Julia sacó su teléfono y puso la pantalla en mi cara, a lo que tuve que alejarme un poco porque aunque estuviese un poco ciega no necesitaba mirarlo desde tan cerca.

— ¿Alba Reche? —bajé por su página de instagram. — Está buena la rubita —dije casi sin pensarlo.

Julia me dio un golpe suave en el brazo como respuesta a aquellas palabras quizás inapropiadas.

— Esta persona es el ser más adorable del mundo. Es como Winnie The Pooh pero sin ser oso. Miel no sé si comerá, pero me da unos achuchones cuando nos encontramos...

Dejo mi mochila en la mesa para sacar un cigarro y el teléfono. El cigarro lo coloco en mi oreja, y lo primero que hago es buscar a aquella mujer en instagram, recibiendo una solicitud de seguimiento casi al instante.

— He ligado, Julia, definitivamente he ligado. Normal, es que mira que puta obra de arte —le enseñé mi cuenta de instagram con mis fotografías.

A veces la ironía del norte no parecía broma, porque mi rostro expresaba neutralidad, pero en el fondo me estaba riendo por mi propia broma.

— Qué chavala, de verdad... —pronunció negando con la cabeza.

Guardé el teléfono y me acerqué a ella para abrazarla y dejar un beso en su mejilla.

— Gracias por todo, nos vemos cuando me pongan matrícula de honor. Te mencionaré en mi discursito.

— Para ser del norte eres muy payasa, pero te adoro.

Agarró mis mejillas con una mano haciendo que pusiese una mueca extraña. Después me soltó y se fue hacia la siguiente clase.

Yo ya no tenía más clases así que cogí mi mochila y me dirigí a la puerta para fumarme el cigarro tranquilamente. Nada más salir ví al chico que estaba todos los días durante toda la mañana tocando la guitarrita. ¿No tenía clase o qué? En realidad lo agradecia, era mejor escucharle cantar que meter mi oído en conversaciones ajenas que no me interesaban. Pero tampoco me gustaba tanto como para quedarme mirándolo, ni que fuese una superestrella. Saqué el móvil para echarle un vistazo a las notificaciones y nada más desbloquearlo apareció el perfil de la amiga de Julia.

Mi estrategia para camelarme a la rubia del instagram tenía que empezar en aquel momento así que me hice con un banco, encendí mi cigarro y volví a coger el teléfono, abriéndole mensaje directo.

"Hey... ¿Tú sabes como van las movidas de la facultad? Las manifas y eso..."

"Hola, cielo. Claro, pero... ¿eres de erasmus o algo así? Lo digo por tu nombre, podemos hablar en inglés si quieres"

"Sí, de Pamplona, del país navarro de Islandia jajajaja :D"

"Acabo de hacer el ridículo 😌 No he mirado tu perfil, solo te seguí de vuelta. Bueno, ¿entonces quieres informarte para unirte a la asociación?"

Vaya, eso duele... Yo pensaba que era especial. Empezamos mal, rubita.

"Me llamo Natalia, encantada, y si te digo la verdad no tengo ni puta idea de activismo, ni nada parecido... Nunca he ido a una manifestación en mi vida, lo único que manifiesto en mi tiempo libre es el amor libre en mi cama y tengo que hacer un trabajo de clase"

"¡Ah, el trabajo de clase de fotoperiodismo! Jajaja, no sé cómo no lo he pensado antes. Ya me hablaron varias personas para hacer fotos en la manifestación. Yo soy Alba y estoy en la junta del colectivo feminista de aquí. La manifestación más cercana es el jueves, contra el machismo en el aula. Comienza a las 11:00 en la facultad de bellas artes"

"Te deberían dar créditos por esto, o hacerte santa del patrón del fotoperiodista. Bonito nombre😉"

"Si me hiciesen santa tendrían que inventar una nueva religión. O quizás igualarme a Buda😂"

"Avísame que me hago devota y te rezo un par de madres nuestras"

"Jajaja... Te veo el jueves por allí, anda. Si quieres unirte o necesitas algo más del tema avisame 💕"

"Qué fuerte ya no quieres hablar conmigo más... Bueno, lo he intentado, nos vemos Alba"

"No digas eso 😖 No he dicho que no quiera hablar contigo. Jo, perdona..."

Guarde el teléfono en mi mochila y me terminé de fumar el cigarro. Cuando me di cuenta el tío de la guitarra se había ido y había perdido un poco la conciencia del tiempo. Tiré la colilla a la basura y me levanté para ir a por mi bicicleta. Al menos ya tenía la mitad del trabajo hecho, solo tendría que confiar en mis manos prodigiosas y en mi mente de artista... Un 10 me van a poner.

[...]

Los últimos rayos de luz del día se escondían mientras pedaleaba hacia la residencia. Me daba pereza hasta subir la bicicleta dentro de la sala común... Era mi tercer día en la copistería y estaba hasta el coño de escuchar a gente pedirme que hiciera cosas por las que no me pagaban como transcribir un puto audio de whatsapp.

"¿He sido borde? Me pillaste ocupada y no podía seguir hablando en ese momento, pero me preocupa que no respondieras. ¿Estás enfadada?" leí aquella notificación mientras subía por las escaleras hasta mi cuarto. No pude evitar esbozar una pequeña sonrisita por el hecho de que estuviera preocupada por mí...

Dejé la mochila en la cama en cuanto entré en mi cuarto y me senté en la silla con los pies sobre la misma para responder al mensaje.

"Tranquila, estaba trabajando, no has sido borde y no estoy enfadada ☺️"

Una puta carita feliz, yo nunca ponía caritas felices.

"Voy a poder dormir tranquila 😄💕" respondió, y ni siquiera había pasado un minuto.

Reí ante ese mensaje y miré a mi alrededor. Quizá debería haber recogido la habitación y haber comprado comida... Mi estómago rugió y no le iba a quitar la intención de comer pizza así que abrí mi portátil y pedí la primera pizza que se me ocurrió.

"No hace ni un día que nos conocemos y ya te quito el sueño"

Mas allá de ti  | Albalia AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora