Nueve.

6K 275 83
                                    

"¿Eilan? :(" hace 15 minutos.

"¿Podemos hablar, por favor?" hace 10 minutos.

"Avísame cuando puedas y te llamo, no quiero molestarte" hace un minuto.

"Dime corazón" respondí mientras caminaba junto a Maia hacía a su casa.

Instantes después recibí una llamada entrante de Alba y a la que no dudé en contestar.

— ¿Estás bien? ¿Ha pasado algo?

— Sí, bueno, no sé... Me he agobiado un poco —respondió. Su voz sonaba ahogada, como si estuviese llorando.

— ¿Por qué?

— Sé que no tengo derecho a decirte nada, pero quería hablar contigo...

— Siempre puedes hablar conmigo, guapa.

— No me llames así.

— ¿Qué te pasa, Alba? —pregunté empezando a ponerme nerviosa.

— Has subido ese vídeo y vale que hagas esas cosas pero no has pensado en mí, que he tenido que verlo...

— ¿Perdona? —musité confundida.

— Que estabas besándote mucho con una chica y yo no quería verlo, Natalia.

Miré de reojo a Maia y me paré en seco notando un pequeño dolor de cabeza expandirse por mi sien. De repente mi visión empezó a oscurecerse y dejé caer el móvil al suelo sin querer. Lo siguiente que recuerdo es a Maia agarrando mi pelo para que no me manchase. Me limpié con un pañuelo que ella misma me ofreció y la miré.

— Lo siento, necesito descansar.

— ¿Me das tu número aunque sea?

Recordé que mi teléfono se había caído al suelo. La pantalla estaba destrozada pero aún funcionaba...

La llamada se había cortado del golpe, y recibí 10 mensajes de Alba más pero no tenía la fuerza ni las ganas como para responderlos en aquel instante.

— Mi móvil no responde y no me lo sé porque es nuevo —mentí. — En otro momento, seguro que nos vemos en estos días.

— ¿Te acompaño a casa? —preguntó la mujer, preocupada.

Negué con la cabeza.

— Vivo allí —señalé una casa cualquiera, de nuevo engañando a la chica.

— Está bien... Nos vemos, entonces.

— Agur —dije antes de darme la vuelta y marcharme.

Estaba segura de que ella había descubierto que todo lo que salía por mi boca eran excusas, pero estaba demasiado aturdida como para elaborar una mentira mejor o decir la verdad. Yo tampoco sabía por qué de repente había perdido el interés, solo que Alba parecía dolida y no tenía ganas de estar con nadie en ese momento... Ni siquiera de hablar con ella, quien seguía mandándome mensajes preocupada. Supuse que a través del teléfono había escuchado algo, y la conocía lo suficiente como para saber que no dormiría si no se aseguraba de que me encontraba bien así que hice el esfuerzo de responderle.


"Me ha sentado mal el alcohol pero ya estoy en casa. Buenas noches"

Tenía pinta de que mentir a todos e incluso a mí misma iba a ser la constante de aquella noche así que en cuanto llegué a casa, me encerré en el cuarto y traté de dormir, cosa que funcionó porque no tenía fuerzas.

[...]

Lo primero que hice al despertarme fue estirar el brazo para buscar el móvil y ver la hora que era. Quedaban 10 minutos para las dos, y yo le había prometido a mi familia que iba a pasar tiempo con ellos, genial. El dolor de cabeza era horrible, pero supuse que se pasaría después de darme una ducha, comer algo y tomarme la pastilla. Antes miré los mensajes que tenía. Mikel y Alba. El primero estaba preocupado porque Maia le había contado lo que me pasaba, la segunda escribió que esperaba que me encontrase mejor. Abrí la conversación de Mikel y puse la peor pose que se me ocurrió haciéndome un selfie.

Mas allá de ti  | Albalia AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora