Cinco.

6.1K 282 14
                                    

Me desperté con dolor de cabeza y asumí que no iba a aparecer por clase. Los estudiantes necesitamos un poco de tranquilidad a veces... Y quién va a la Universidad los viernes... Normalmente yo y Julia.

"Hey... Oye, mira. Que me ha ocurrido algo y no voy a ir a clase hoy, ¿vale? Te quiero, estudia, disfruta o lo que quieras pero pásame los apuntes 🙏🏻 ¡Gracias, Julia!"

"Será perra... Anda, que te sea leve" recibí la respuesta unos 5 minutos después así que pude dejar el móvil a un lado y mirar al techo, con la mano en mi frente.

Alguien tocó mi puerta un par de veces y me incorporé automáticamente porque nadie sabía que yo vivía aquí. Osea, no tengo amigos excepto Julia y esto era extraño. Me levanté de la cama con el ceño fruncido y abrí la puerta revelando a un chico un poco más bajito que yo.

— Se nota el olor a porro desde el pasillo... ¿No tendrás uno de sobra? —preguntó el chaval.

— ¿Y tú quién coño eres?

— Tu vecino el que se va a chivar de que fumas aquí dentro.

Estaba tan dormida que no sabía si lo decía de verdad o tenía un sentido del humor más irónico que el mio.

—Ya voy —pronuncié desanimada entrando en la habitación. — ¿También quieres que te lo lie o qué?

Trituré un poco de marihuana en el grinder y le lie el porro yo misma. Prefería gastar un poco de tabaco en él a que viese la poca cantidad que había puesto. Después abrí la ventana, que a decir verdad sí olía bastante. Volví a la puerta y se lo ofrecí.

— De nada, vecinito. Pero no te creas que soy porreros sin fronteras o algo así. Un día es un día y me has pillado dormida.

— Genial, por cierto, soy Miki. Vivo en frente.

— Natalia. Hablamos otro día, que quiero seguir durmiendo.

Sin esperar a que respondiese cerré la puerta en su cara y volví a tirarme en la cama pero, a pesar de estar cansada, no conseguí conciliar el sueño. Estiré el brazo para coger el móvil y miré las notificaciones. Bueno, los fantasmas, porque no me había hablado literalmente nadie. Mudarse es mucho más duro de lo que imaginaba... Aunque quizás era culpa mía, porque en clase siempre me quedaba al final del todo con Julia, ignorando al resto. Y por otro lado estaba la actitud extraña de Alba. Genial, veamos... Necesito un manual para ponerme con el mensaje que dejé pendiente ayer.

"Hey... ¿Quieres hablar?"

Envié el mensaje sin pensarlo porque sabía que sino no lo haría.

"Estoy en clase"

"Es verdad... Perdona, no te molesto 🙂"

Madre mía, qué conversación tan profunda.

"¿Y tú no deberías?"

"No tenía ganas de ir 🤷🏻‍♀️"

"¿Estás bien, Nat?"

"¿No estabas en clase? Ya hablaremos cuando puedas"

Evité la pregunta con ese mensaje, pero no sé exactamente por qué lo hice. Quizá porque ese "estoy en clase" me había sonado super borde, aunque fuese algo real. Podría haberle dicho que estaba preocupada porque la despedida del día anterior fue extraña, pero... ¿para qué? No era el momento y ya está, será mejor que me encargue de hacer trabajos y al menos aprovechar el tiempo.

Me puse con la maquetación del trabajo de la manifestación y cuando me quise dar cuenta era la hora de comer y alguien volvió a llamar a mi puerta... Ojalá fuese un repartidor de pizza, pero no he pedido nada.

Mas allá de ti  | Albalia AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora