A los tres días se volvieron a ver, otra vez un recital. Después de ir a tres recitales en una semana ya se habían quedado sin más entradas, era el último que iban a compartir por un tiempo y si el pibe no le decía de verse iba a quedar todo en nada, no se habían visto fuera de los recitales y todavía no sabía como seguir. Ese día llegaron los dos tarde, ella llegó con la negrita que iba por primera vez a conocer a Salta la banca, sonaba "sueño" y alguien desde atrás le agarró la mano, era él. "Sos mi mejor rock and roll", otra vez juntos. Terminó y fueron a comprar algo para comer, cuando las fueron a buscar el pibe se le acerca y le da un beso "nos vemos mañana?", empezaba a volar.
Al otro día ella no paraba de hablar sobre él, no dejaba de pensarlo. Se vieron, empezaron a conocerse más, a amarse. No duró ni una semana, ella era experta cagándola, se puso en histérica, el quería verla todos los días literalmente, la mina no sabía que quería, lo supo tarde, que raro. Le hizo notar que no se sentía cómoda, quería ir más despacio, no estaba acostumbrada a que la quieran así. Solamente pensaba en salir corriendo.
Las cosas eran simples, ella las enroscó, el quería las cosas en serio, ella dudaba y era terriblemente insegura. Sabía que lo quería a él, eso lo tenía muy claro, pero no quería la parte en que las parejas a la larga o a la corta se separan y ella era siempre la que terminaba mal, no le erró tanto. Tarde o temprano, aunque haya amor, nos hacen mierda.
Empezaron los problemas, se puso distante, vueltera, insatisfecha, una conchuda. Él la aguantaba, y no se entendía cómo no la había mandado a cagar todavía. La peleaba, se la jugaba, la esperaba.
Se veían, se distanciaban, iban a recitales, se amaban.