Capítulo 16.

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Taemin se sentía un poco confundido con respecto a Ki Bum, ya que el chico parecía tener especial interés en su relación con el sacerdote, algo que ni él mismo sabía cómo catalogar, porque ellos no habían vuelto a pasar de besos, pero eso no era algo que le había dicho a Ki Bum, en realidad, no sabía hasta qué punto hablar con él, a pesar de que ahora era su único amigo, uno que conocía su secreto más obscuro, porque eso de tener una relación con el clérigo no era nada normal.

A pesar de que Ki Bum no era del total agrado de Jong In, parecía que su hermano había empezado a aceptar ver al chico a su alrededor, incluso su mamá lo hacía, a pesar de que en el principio no lo querían cerca de ningún, y la razón la sabía muy bien, porque ellos temían que lo de Ji Min se repitiera, pero parecía que ese temor había empezado a dejar de existir, porque lo veían más vinculado con la iglesia, pero ellos estarían muy decepcionados si se llegaban a enterar de lo que estaba sucediendo entre él y el sacerdote.

Taemin no podía decir que sus acciones le han estado quitando el sueño, porque esa sería una gran mentira, él no se sentía culpable de por lo que hacía, ya no, aunque cuando lo pensaba un poco, se decía que debía de hacerlo, porque Min Ho era el sacerdote del pueblo, y a pesar de que éste mismo le dijo que no era un delito gustar de otro hombre, sabía que no aplicaba para él, porque era un hombre consagrado a Dios, sin embargo, al sentirse correspondido por él, cualquier duda se iba, y para el adolescente, era tan excitante lo que significaba prohibido, y muchas veces había pensado que por eso Ki Bum estaba interesado en relación, porque también le emocionaba estar encubriendo algo prohibido.

—También me gustan los chicos —dijo Ki Bum arrancando una flor de las que crecían en el césped.

No levantó la mirada hacia Taemin, quien no estaba del todo sorprendido, había tenido su sospecha acerca de eso, aunque creía que el pueblo en general sospechaba de los gustos del chico, y él no era nadie para juzgarlo porque tenía los mismos gustos, los hombres, lo que el clérigo le dijo que no era malo.

—Creo que ya lo sabía —Taemin suspiró.

—Seguro, creo que todos se han dado cuenta, pero como no me han visto con nadie, no pueden confirmarlo.

Ki Bum sonrió comenzando a quitar los pétalos de la flor, recordando como muchas personas arrancaban estos jugando a saber si otra les correspondía, un juego que para él era inútil, porque una flor no podía decir lo que alguien más sentía, y él creía saber muy bien de eso, como por ejemplo, que Taemin y el clérigo tenían una innegable atracción, y que si las demás personas no se daban cuenta era porque no querían verlo, mas no porque no fuera evidente.

—¿Hay alguien en especial que te guste?

—Sí —su sonrisa se amplió —Jong Hyun, el hijo de los Kim.

Las cejas de Taemin se elevaron, porque sabía de quién hablaba, ya que Jong Hyun era conocido en el pueblo por ser algo tímido, además de que era el hijo perfecto, ayudaba a sus padres y trabajaba en la despensa de estos; el chico tenía diecinueve años, y era irrompible, por lo que el rubio, creía que su amigo la iba a tener muy difícil si intentaba tan sólo acercarse a él como algo más que amigos, ya que Jong Hyun también era heterosexual, además, le gustaba ir a la misa, mientras que Ki Bum odiaba hacerlo.

—Será difícil que logres.

Ki Bum sonrió ante las palabras de Taemin y guardó silencio un momento, viendo como el rubio jugaba a arrancar el césped mientras esperaba que él dijera algo, sin darse cuenta de cuánto él estaba disfrutando de ese momento, y casi podía saborear la reacción del chico de ojos azules por lo siguiente que iba a decir.

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