Capítulo 6.

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Después de que Ji Min se fuera del pueblo las cosas en la casa de la familia Lee parecía haber mejorado, al menos así lo sentía Taemin porque su madre y hermano le hablaban, quizás no como antes pero ya no lo miraban como si estuvieran esperando que cometiera un error, algo que era muy contrario a su padre, porque el hombre parecía que todavía no podía perdonarlo, y aunque no lo dijera eso al adolescente le dolía, porque nunca pensó que iba a ser rechazado de esa manera por su familia, o sí lo hizo no creyó que sucedería, porque cuando se dio cuenta que le gustaban los hombres estuvo consciente que no sería aceptado por completo.

Tampoco era que él hubiera sido la persona con cientos de amigos en el pueblo, en realidad nunca llegó a considerar que tenía amigos reales, eran personas con las que se llevaba bien durante un periodo y luego se dejarían de hablar o sólo se saludarían en la calle, él siempre fue así, y por eso no le pareció extraño cuando algunos jóvenes dejaron de hablarle por completo, aunque muchos otros parecía darle igual.

Lo que no le había gustado fue que durante un par de semanas su nombre estaba en la boca de todos hablando de su error, pero parecía que con el paso del tiempo dejó de importarles, así como a sus padres de que llevara a Jong In con él a todos lados, porque al menos se había librado de él cuando iba a la misa o al catecismo, porque sus padres confiaban de que el sacerdote lo cuidaría bien, y Taemin creía que en eso sus padres tenían razón, porque el párroco no dejaba de aconsejarlo cuando una vez se había detenido a responder uno de esos comentarios que se hacían de él, aunque ahora ya no lo hacía.

Taemin podía decir que el único que no lo trataba diferente era el clérigo, quien lo había aceptado como su "secretario" cuando estar cerca de él era cómodo, y tampoco era que tuviera mucho trabajo, algunas veces agendar algunas misas ya fuera para matrimonio, bautizos, o misas de réquiem, cualquier misa que quisieran, y aunque en las primeras dos semanas había sido mal visto por ese trabajo, ahora parecía que el pueblo comenzaba a acostumbrarse que esté cerca del sacerdote, y que tenían que hablar con él si querían una misa.

En el mes que llevaba trabajando con el sacerdote hubo un bautizo, y un matrimonio de los cuales el sacerdote parecía estar feliz de celebrar, eso lo notó por la sonrisa que hubo en su rostro cuando le dijo que el señor Jung se casaría con su novia con la que llevaba cinco años de relación, y era un matrimonio que ello veían venir, es decir, llevaban tanto tiempo junto, que el pueblo parecía a la expectativa que se casaran.

Taemin aprendió que el sacerdote no pasaba todo el día haciendo oraciones, y no era que hubiera creído antes que era así, al menos no de rodillas frente al altar pidiendo por todos, aunque sí tenía una hora determinada para hacerlo, así como días en los que visitaría a los enfermos y los confesaría y daría la comunión si no podían asistir a la iglesia, así como también que el sacerdote recibía algunos regalos de los feligreses más devotos, no eran cosas de valor monetario, pero sí lo hacían con toda la fe.

También que el sacerdote no era una figura que sólo daba sermones en la misa, sino que podía hacerlo fuera de ésta, como los que él había recibido más de una vez mientras estuvo en su relación con Ji Min, o cuando lo había visto jugar fútbol con los niños del pueblo que les gustaba jugar cerca de la iglesia, o el respeto a la misma que les inculcaba, y él joven podía decir que había aprendido mucho en ese tiempo que estuvo cerca del sacerdote.

—Taemin —escuchó la voz de su madre —cuando te vayas llévale ésta tarta de manzana al padre Min Ho.

La mujer dejó en la mesa de comedor un plato envuelto en papel aluminio, a lo cual el joven asintió tomando sus cuadernos para hacer sus tareas en la iglesia, porque tampoco era que hubiese descuidado sus estudios, y el sacerdote parecía interesado en que hiciera sus tareas, incluso parecía más orgulloso de sus padres cuando le había dicho que sacó un nueve en clase una prueba de historia, y quizás no era la nota máxima pero tampoco era tan mala para lo poco que había estudiado.

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