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Y acá me veo... Sola otra vez, tras una desilusión más en mi camino me decido a dejar de avanzar y esconder mis dados para que nadie sepa qué tal va mi suerte. Por eso es que voy a refugiarme donde no haya ningún testigo para verme sangrar mis lágrimas de dolor por alguien a quien amé y ya se ha esfumado junto con todas mis ilusiones.

¿Seré yo?... No es el indicado, respuesta trillada ¿Pero quién lo es entonces?

Por si les interesa, soy Candy y está es mi realidad... Un día como hoy, noche de sábado, me decido a ensayar. Siempre vengo al salón que alquilamos mi grupo y yo, éste se ubica a pocas cuadras del centro, consta de un enorme espacio para desplazarse y sus pisos están revestidos con... No recuerdo muy bien cómo se llama el material pero si lo ven, es similar al parqué pero este, un poco más brillante y suave para caminar descalzo, lo que denota que el espacio está destinado a actividades de tipo físicas. Posee dos enormes gradas las cuales forman una "L" y recubren la parte superior del lugar de ensayo, a su vez tiene enormes ventanales los cuales proveen de luz natural hasta el anochecer y es una muy buena propaganda dirigida al público que va caminando.

Me habían contado que este sitio fue un mini mercado... Me cuesta mucho imaginármelo, a pesar de que muchos vecinos me relataron su pasado.

Por lo general, esta clase de espacios está totalmente pintado de negro: suelo, paredes, todo... La finalidad de ello es que no genera rebotes de luces al usar ciertos colores de iluminación, muchos se han quejado de ello a la hora de hacer muestras de taller pero, a mí no me molesta para nada su gama de colores pasteles que predominan en el lugar.

Bajo una luz caramelo y en presencia del silencio y los ruidos urbanos serán el testigo de mi ensayo solitario, esta noche este será mi espacio... Es como una burbuja ante la gente y el bullicio de la sociedad y una caja fuerte para un corazón herido.

Soy así... Cuando me lastiman recurro a aislarme de todo y de todos, ni contesto llamadas ni mensajes, no le cuento a nadie donde voy, pero los que me conocen lo presienten que pasa en mí y me dan mi tiempo de silencio para sanar. Muchas veces suelo perder la noción del tiempo, de tal forma que me sorprende el amanecer... Amo mi profesión, amo bailar.

Noté que la tenue luz del amanecer estaba invadiendo poco a poco el salón y ahí caigo en conclusión de que es hora de irme, no está bien que use el espacio más de lo debido... Amen que yo tenga mi llave, hay más personas que emplean el espacio para dar talleres, ensayos o reuniones por lo que no sería bueno que me vean por estos horarios, así que, junte todas mis cosas me cambió (es decir, me quitó la ropa de ensayo para volver un poco hacer mi yo cotidiano) y me dispongo a irme.

Desde el Umbral de la entrada del salón, vi a un costado de este a una mujer sentada en el suelo junto a sus botitas converse, con las piernas extendidas y mirando al piso, junto a ella estaba un joven que comenzó a tocarla y acariciarla... Deben tener una relación, pensé en un primer momento pero, había algo muy sospechoso en la carencia de reacción de ella ante las manos de este mucha las cuales invadían su cuerpo intentando ir cada vez más debajo de su ropa y su cartera.

Eso me indigno y decidí tomarle cartas en asunto primero

-¡¡Qué carajo haces Pelotudo de mierda! - Le grité

- ¡¡¡Metete en lo tuyo Chabona!! - Me contesta el gritándome.

Como mecanismo defensa tomé algunas piedras que eran el resultado de algunas baldosas rotas y comencé a arrojarlas, algunas dieron cerca de él y un par le golpearon el hombro y una la pierna causando un daño mínimo en el pero el suficiente para que la deje en paz a la chica y a su cartera. Tuve suerte de que no era un pobre mocoso con ínfulas de ratero de cuarta que intento aprovecharse de una chica.

Ensayo de Chicas (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora