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No sé cómo explicarles lo que siento en este momento, sería como estar en un examen y darte cuenta que no estudiaste, es como si estás en una obra de teatro y justo en el instante dónde te toca tu texto importante acabas de olvidártelo… Bueno, así me siento yo en este momento.

Tenía mucha expectativa de volver a verla y ahora no solo que se quedó conmigo sino que estamos compartiendo una botella de cerveza.

-Gracias por aceptar quedarte. - Le dije para romper el silencio 

- No tenés porque agradecerme… En todo caso, gracias a vos por invitarme. 

- Perdón.

- ¿Porque? - Pregunto ella ante mí inesperada disculpa.

- Soy una pésima anfitriona. - Confesé

- A mí no me parece, la estoy pasando bien. 

- Yo siento que tendría que hacer algo más.

- ¿Algo como que? - Pregunta ella.

- No se… ¿Que te gustaría hacer? 

- ¿Hacer?... ¿Yo? - Se sorprende ella.

- Si… ¿Tenés algo en mente? - Espero su respuesta.

- Por el momento estoy a gusto pero, gracias por pensar en mí. - Responde ella.

- ¿Pongo algo de música?

- Bueno. - Me responde ella

- ¿Algo en especial? 

- Quiero escuchar la música que a vos te gusta… Así te conozco más. - Me responde, haciendo que nuevamente me ataque la timidez. Tiene una linda sonrisa.

Fue un momento en el que me levanté y, de repente, todo se veía raro y comencé a descender. No sabía por qué pero, al ponerme de pie sentí que estaba en un violento carrusel que dio fuertes vueltas sin avisar para atentar con mí equilibrio y casi me hace caer de no ser porque ella, muy atenta, me intercepta justo en el instante que mis rodillas comenzaron a doblarse sujetándome por la cintura.

-¿Estas bien cariño? - Pregunta ella preocupada.

- Si, solo me mareé un poco pero estoy bien. ¿A qué vino lo de cariño? 

- Perdón… Me nació decirte así porque no se tu nombre. - Me responde ella.

Comencé a marearme, no sabía por qué, pero tras recapitular mí día en mí cabeza me acabo de dar cuenta que tengo el estómago vacío por ende que el efecto del alcohol comenzó hacer efecto. Está era la segunda botella de cerveza.

Ella se asusta un poco y como una forma de cuidarme  discretamente me permitió que me recostada en su hombro. Y ahí estamos las dos juntas mirando hacia la cortina la cual está cubriendo la pared del salón y tomando cerveza de unos vasos de plástico. 

En realidad opté por ello ya que no me gustaba la idea de tomar del pico, no iba a verme bien frente a ella… No puedo creer que esté pensando en ser detallista con una mujer.

Me costaba hilar un diálogo, no sé si era por el alcohol o porque estaba muy nerviosa quizás por miedo a decir algo estúpido frente a ella y quedar en ridículo pero, ella no deja de sonreír y cada tanto en ese silencio me miraba. Creo que la deje un poco preocupada.

Esta es la segunda botella yo estoy algo mareada y ella como si nada… ¿Es la misma persona que conocí aquella vez que estaba dormida por una borrachera?...  Debió ser muy fuerte lo que tomó o lo que le pasó.

-Debo ser la mina más impresentable de todas. - Exclamé.

- Para mí no lo sos.

- Es que… Siento que tendría que hacer algo más pero no estoy segura de que. 

Ensayo de Chicas (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora