Hola hola hola! Acá una historia que se me ocurrió viniendo de estudiar, espero que les guste ❤️ Prohibida su adaptación sin permiso alguno👋 Denle mucho amorsss💙 Las loveo.
Ha decir verdad, no estaba del todo segura si quería jugar a esto, pero no podía decirle que no a este hombre por alguna razón.
Me senté en la cama mientras él se levanto con malicia para poder comenzar el juego.
Se sentó frente a mi quedando los dos sentados en la cama, y el juguete en medio de nosotros.
Mientras él preparaba todo yo fui a ponerme una blusa con unos pantalones que me quedaban dos talles más grande que eran para cuando estaba en mi casa sin ánimos de salir.
Volví a sentarme frente a él.
- ¿Quien comenzará? -me preguntó Ji Yong.
- Pues... el que sugirió el juego debería comenzar.-realmente no quería comenzar yo.
Luego de deliberar de manera madura quien empezaría, yo salí perdedora.
Era un asco en él piedra papel o tijera.
- Bien.-colocó mi mano en la máquina y con un elástico la ajustó más aún- empecemos con algo fácil, para que veas que no soy tan malvado.
Hice una mueca, no quería recibir electricidad en mi sexy mano.
- ¿Eres una verdadera psicóloga? -preguntó para luego apretar el botoncito de la máquina.
- Si, claro que lo soy.-dije rápidamente para que la máquina de un sonido positivo, suspire aliviada- bien, tu turno.
Ya que no sabía cómo utilizar ese artefacto, él se lo colocó y espero mi pregunta.
Cuando pensé una pregunta mil preguntas relacionadas a Kiko cruzaban mi mente, pero no debía seguir mis pensamientos inseguros.
- ¿Eres una verdadera estrella? -dije algo incrédula y él sólo rió.
Apretó el botón y me miro riendo.
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- Que aburrida eres, cariño.-sonrió- obvio que lo soy, soy el mejor del mundo.
El mismo sonido positivo salió de la pequeña máquina.
¿Aburrida? ¿Te dijo aburrida? Enséñale.
- Bueno, ahora...
- Espera, tesoro.-dije con una sonrisa algo falsa- quiero intentarlo de nuevo, ¿puedo?
- Era uno cada uno.
- Quiero hacerlo más interesante.-sonreí.
El asintió, algo no muy convencido, pero yo ya estaba planeando algo.
- Pero antes...-dije sonriente.
Tome su rostro y lo besé, el no mostró resistencia entonces yo metí mi lengua en su cavidad bucal, provocando que su cuerpo te tensara de la sorpresa.
Con su mano libre ya que en la otra tenía la máquina, tomó mi trasero y apretó con fuerza, pero yo me quité de manera brusca para volver a sentarme frente a él.