Pure Psychology (순수 심리학) |Kwon Ji Yong|

30. Pequeños gestos.

Luego de la noche en donde él y yo jugamos, yo estuve muy fría, no quería tenerlo cerca, al menos no por ahora. 

Él intentaba acercarse pero yo preferí mantener distancia.

Yo sé que podría sonar algo tonta, pero yo estaba tan enamorada de él, de mi propio paciente, que el problema que lo trajo a mí, es ahora el problema que me atormenta. 

Hoy era la sesión con él, el CEO estaba en su oficina arreglando la gira mundial de Bigbang, exacto, gira mundial. No deseaba hablar con Ji ahora, pero si no hacíamos la sesión sería extraño.

El entró de repente, quitándome de mis pensamientos, levante mi vista para verlo, estaba tan hermoso como la primera vez que cruzo esa puerta.

Pero él estaba un tanto... ¿triste? Tenía su mirada apagada.

- No debes hablar si eso prefieres -dije anotando todo en su libreta psicológica- haré una sesión falsa diciendo que estás bien. 

Le pondría a CEO que seguía con secuelas de extrañarla, pero eso no se lo diría a él por si las moscas.

Estaba tan concentrada anotando todo que no me di cuenta de que él se había levantado de su asiento y había caminado hacia frente al escritorio, pegue un pequeño salto cuando lo vi.

- Odio estar así contigo.-dijo de manera directa- Me lastima mucho.

No quise contestarle, hice una mueca de que no sabía que decirle.

- No me has dicho que ha pasado la noche que jugábamos juntos, no recuerdo nada y tú solo no estabas a mi lado al día siguiente. 

- Eso no importa...

- ¡Si que importa! -dijo molesto- ¡Me importas ____! 

- No digas eso Kwon... -no quería explotar.

- Digo la verdad -dijo dando un pequeño golpe al escritorio- me ignoras de un momento a otro sin yo saber qué pasó, ¡merezco saber que ha pasado! 

- ¡Pasa que la extrañas JiYong! -me levante con brusquedad de mi silla- ¡La extrañas a ella! 

Él quedó totalmente mudo, no sabía que decir.

- Como... 

- ¡La máquina te delató! -dije tratando de contener mis lágrimas- y... vi la caja que tienes con ella. 

El no dijo nada, era lo peor que podía hacerme, no decirme nada. 

Apreté mis labios tratando de contener mi enojo, tome su carpeta y salí de la oficina, dejándolo completamente solo.

(...) 

- _____... -escuché la voz de Kanya entrar por la puerta de mi cuarto- vamos, no puedes estar ahí  toda la vida.

- No tengo ganas de hacer nada más.-dije conteniendo mi respiración ya que estaba llorando.

- Oh vamos, es un idiota, no debes estar así por él. Qué tal si... ¿salimos de compras? -dijo con cierta emoción en su voz.

Me vi en el espejo, mi maquillaje hecho un desastre y mi cabello hecho el doble de desastre. 

- No estoy presentable -dije sinceramente.

De un segundo a otro la puerta se abrió dejando ver a Kanya, quien me miró sorprendida.

- Vaya, no mentías-dijo divertida- ven, yo te arreglaré.

No mostré resistencia ya que ella tenía el doble de fuerza que yo. 

Me quitó el maquillaje, peinó mi cabello y me obligó a ponerme una blusa blanca con unos jeans negros, unas botas negras. Me maquillo para estar presentable y salimos al centro comercial más cercano.