Recorrí toda la ciudad en busca de la orquídea perfecta y creo que la encontré en un pequeño puesto de flores frente a las tiendas. A la orilla de la carretera dónde las personas pasaban con mucha urgencia.
Yo solo estaba parado ahí admirando la bella y única orquídea blanca que quedaba. Y era la perfecta para mi amada perfección.
-Perdone; ¿cuánto por la orquídea blanca?.-pregunté a la misma vez que la tomaba para que nadie más la tomara pues ya tenía dueña. Creo que el señor notó como la aguantaba posesivamente.
-¿Es para una persona especial?.-sorprendido solamente asentí.-Se nota por la forma en que la toma, imagino que al igual tratas esa flor, tratas a esa persona especial.-eso me molesto, pero cuando iba a responder el terminó de decir.-el amor no se presiona y ni se aguanta, sino fluye y se moldea a las circunstancias. Así como tus manos se irán aflojando de la flor para protegerla de no dañarse hasta llegar a las manos de esa persona especial así mismo pasa con en el amor, lo proteges y lo cuidas, pero sin ahogar o dañar a esa persona. Bueno son diez dólares con la tierra incluida.
Después de esas palabras que me dejaron pensando. Será posible que estoy ahogando a Nadine a que me acepte de nuevo, sin saber de sus sentimientos hacia a mi. Ahora estoy en dudas, pasé por una tienda de dulces y compré varios chocolates y demás cosas, pero sin dejar de pensar en las palabras del florista. Tal vez tenga razón, pero no sé como hacer que mi amada flor no se sienta ahogada por mis cosas.
Al llegar a la casa de Nadine, pensando en si ir y tocar la puerta o simplemente dar la vuelta e irme. Sería más fácil irme y dejar a Nadine en paz. Cuando iba a dar la vuelta y rendirme, sentí una risita en mi cabeza y la imagen de mi pequeña Issabel. Yo hice una promesa y estuve a punto de romper algo tan valioso. Nadine hizo lo mismo ella se prometió colocarle el nombre de mi madre a nuestra hija y yo por estúpido dejo caer todo y estuve a punto de entregarlo todo al enemigo.
Corrí hacia la puerta y me acomodé mi ropa y cuando iba a tocar la puerta se abrió, mostrándome a Issabel con esa sonrisa que derrite cualquier corazón de hielo.
-Hola amigo.-dijo oara abrazarme.-pensé que no ibas a venir.-dijo y escondiendo su rostro en mi cuello.
-Yo hice una promesa y perdón por la tardanza, pero me perdí un poco.-dije para soltarla y mostrarle los paquetes.
-Mami no ha terminado la cena so todavía estása tiempo. Ven entra.-dijo para tomar mi mano y guiarme al interior de la bella casa.
-Mami mira llegó tu amigo.-cuando entré a la cocina la vi con un pantalón de hacer ejercicios, su pelo riso todo recogido en un moño y un tipo suéterque llegaba más arriba de su ombligo. Se ve tan hermosa que cualquier sapo se convierte en un príncipe sin que ella lo bese solo con verla.
-Hola, James. ¿Estás bien?.-dijo mientras sacaba una bandeja del horno con pan con ajo tostadito.
-Hola, ba...perdón Nadine. Y sí, estoy muy bien y tu?.-dije todo nervioso.
-Bueno, estoy regular la verdad, la comida ya está lista, vengan.-dijo mientras colocaba las bandeja en el centro de la mesa.
Yo me propuse ayudar y después de acomodar todo, nos dispusimos a comer y la verdad cocina para los dioses del olimpo. Entre risas y una buena comida me sentí completo. Esto es lo que más deseo y necesito por completo en mi vida.
Ya la final de la velada y un buen postre. Mi querida Issabel me dijo que tenía sueño y me pidió que si la podría llevar a su cuarto, claro le pedí permiso a Nadine no quiero interrumpir su casa y que lo tome a mal. Ella me dijo que sí e incluso nos acompañó.
Su cuarto era hermoso y la verdad tenía muchos peluches y juguetes. Y una cama bien bonita. Nadine se tomó enserio en darle lo mejor a nuestra hija.
La coloqué y se quedó dormida, pero toqué sus cabellos y sin querer se me salió una lagrima de tristeza por no estar en sus momentos más importantes.
-Perdóname por todo mi pequeña.-dije mientras me limpiaba una lágrima.
Al salir cerré la puerta y Nadine me estaba mirando y me hizo una seña para que la acompañara a la cocina donde preparó chocolate caliente.
-Sé que como padre vas hacer el mejor, pero tienes que parar de culparte por no estar. Todo se nos fue de las manos en el pasado, lo que importa es el ahora y te estoy dando la oportunidad para que lo arregles.-dijo mientras tomaba un poco de su chocolate. Se lamio los labios.-Lo tuyo con mi hija se puede arreglar, pero lo nuestro se puede hacer un poco duro.-abrí los ojos hasta que sentí que no cabían en mis huecos.-¿Crees que no me he dado cuenta que eso es lo que tratas de hacer?. Sabes estoy tan cansada de todo, de estar sola y después llegas tú, pero no dejo de pensar en lo que pasó que prefiero estar sola de nuevo.
Cuando iba a levantarse para irse, yo fui más rápido y la tomé del brazo para pegarla a mi.
-Cuando te volví a ver mi corazón despertó muy rápido, me había negado a cualquier mujer. Porque te tengo en mis memorias y bien clavada en mi corazón y tu lo has sentido. Nadine mo corazón bombea por ti y ahora por nuestra hija. Tengo varios motivos ahora para seguir luchando por ti.
-Es mucha información, creo que debemos darnos un tiempo y es mejor que te vayas por favor.-no hubo más después de eso y me fui.
Me fui al hotel con la mente llena de tantas cosas. Tenía la oportunidad de decirle más cosas, pero al final dije nada nuevo.
-Hola chico, ¿estás bien?, te ves mal sabes.-dijo mi vecina y yo solo asentí. Y después la mire y estaba en bata con un abrigo de seda.
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Bueno aquí les dejo el próximo capítulo. Espero que les guste y gracias a todos los lectores y a mis seguidores por igual. Ustedes son mis queridos Nómadas.Perdonen las tardanza 😢
*se despide nómada*
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Aneurisma Cerebral
Teen FictionElla y yo tenemos algo que nos une. Un pasado de discriminación que tratamos de arreglar en un futuro incierto. Los personajes no me pertenecen.