Sólo sé que todo pasó tan rápido. No pude controlar una situación y mi apetito carnal se dejó llevar y caí muy bajo. Tanto que avancé para tirarlo todo a la mierda y tener que volver a empezar.
No estaba en mi casa ni en mi cama. No estaba entre mis sábanas; estaba en las ajenas. Al terninar simplemente me fui sin despedidas y lleno de cobardía. No sé que hacer si Nadine se entera de mi error.
¿Tendré alguna oportunidad?. No lo creo después de la mierda que hice. Estoy en mi cama pensando en que momento caí entre las espinas de aquella mujer.
Al día siguiente me tomé cómo cuatro tazas de café y ya iba a preparar el quinto. Tenía que llegar temprano al hospital, pero la vergüenza estaba en lo más profundo de mi corazón y la culpabilidad me mata. Al salir de mi apartamento para tomar el ascensor, la mujer de ayer se coloca a mi lado para esperar el ascensor. No la quiero ni mirar.
-Buenos días.-dijo mientras aguantaba su cartera con ambas manos.
-Buenos días.-dije al fin mientras alejaba la mirada del teléfono.
-Te ves muy cansado, ¿estás bien?.-me miraba como queriendo entrar en mi cuerpo para averiguar que me estaba pasando.
-Sí, estoy bien simplemente mucho trabajo.-dije mientras le mostraba mi maletín.
¿Cómo es posible que tuve un sueño mojado con mi vecina y no con el amor de mi vida?. El cerebro es en realidad tu propio enemigo.
Entramos al ascensor y me sentía tenso, ella habló por el teléfono sin embargo yo estaba como estatua. Pues no lo puedo negar es una mujer hermosa y más con la vista que tuve anoche de ella.
Al salir del ascensor se despidió y yo trate de despedirme normal. Tomé un taxi para llegar al hospital. Entré por esas partes y rápido me transformé. Atendí varios casos, pero mayormente adultos. Entre el ajetreado trabajo, llegó la hora de almorzar.
De camino a la cafetería me encuentro a Nadine para delante de una de las máquinas de dulces muy linda. Con si mano en su barbilla y su celo fruncido analizando cuál de todos era el mejor dulce.
-¿Por qué no tomas un chocolate?. Recuerdo perfectamente que son tus favoritos por encima de cualquier otro dulce.-dije mientras me colocaba detrás de ella.
-Los chocolates son los mejores, pero ahora mismo quisiera algo agrio.-dijo mientras miraba frustrada a la máquina.
-Vamos a la cafetería a ver si allá tienen un dulce agrio para ti.-dije mientras le señalaba la cafetería.
-Si entro a ese lugar lo menos que compraré será un dulce y menos en mi estado.- sabía a que me refería y la verdad me gustaría que entrara, tendría una excusa para estar un rato más con ella.
-Por favor, te invito a almorzar y de una vez te compro el dulce para más tarde.-dije mientras la miraba fijamente.
-Bueno, ya estoy cerca de ella so está bien.Vamos porque muero de hambre.-finalizó y yo hice la seña de "las damas primero".
Mientras íbamos de camino le pregunté sobre mi hija y entre otras cosas. Ella se veía tan hermosa que me perdí en si andar. ¿Cómo es posible que en mis sueños no fuera ella quien apareciera; si ni mi vecina que apenas hemos cruzado varias palabras.
El olor rápido invadió mis cosas nasales y creo que las de Nadine también pues dijo que todo se le antojaba. Ella fue así desde que la conocí, una mujer con el paladar muy adaptable y un estómago que nunca se satisface.
Pedimos nuestras órdenes y pagué. Al encontrar una mesa. Ella comenzó a comer y yo no paraba de mirarla.
-Deja de mirarme así, me incómodas.-dijo mientras limpiaba su boca con una servilleta.
-¿Cómo te puede incomodar algo que he visto antes?.-sonreí y ella cambió la mirada.
La conversación se volvió interesante hasta que un hombre se colocó delante de nosotros. Al alzar la mirada vi un hombre de tez blanca, cabello rubio junto con un típico recorte militar y una altura que me sobrepasaba.
-Hola Nadine, tanto tiempo.-dijo mientras le sonreía pícaro.
-Joe?, ¿eres tú?. Tanto tiempo.-dijo ella euforicamente mientras los abrazaba.
-¿Cuándo llegaste?.-¿quién es este men?.
-Hace unas semanas, pero jamás pensé en volverte a ver, muñeca.-¿le dijo muñeca?.
- No lo puedo creer, vaya sorpresa. Y; ¿qué haces aquí?.-a mi no me importa que hace Robocop aquí.
-Estoy con mi mamá en una cita con una oncóloga nueva llamada Smith.-so que el Terminator tiene mamá.
-Excelente cardióloga, es de Madrid y sus investigaciones son muy avanzadas.-dijo con una sonrisa.
- Me encantaría seguir hablando. ¿Que tal si te doy mi número?.-dijo mientras sacaba una tarjeta de su saco.
Nadine como buena samaritana le dio su número y un abrazo de despedida algo que me no me gustó para nada. Después ella se sentó y su sonrisa no se le iba de cara.
-Bueno, me tengo que ir. Gracias por invitarme almorzar. Nos vemos después.-se levantó y yo tomé su mano un poco enojado.
-¿Qué te pasa James?, ¡sueltame!.-mi enojo tal vez se intensificó.
-¿Quién era ese tipo?.-reclamando inconscientemente.
-No te importa, así que adiós.-se soltó bruscamente y se marchó.
Me senté con un enojo increíble. ¿Quién rayos es este hombre?.
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AQUI ESTÁ EL PRÓXIMO CAPÍTULO MIS AMADOS NÓMADAS.HASTA LA PRÓXIMA ♡
*se despide Nómada*
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Aneurisma Cerebral
Подростковая литератураElla y yo tenemos algo que nos une. Un pasado de discriminación que tratamos de arreglar en un futuro incierto. Los personajes no me pertenecen.