Capítulo 22.

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Chicas, mañana me voy a casa de una amiga a Barakaldo y no volveré hasta el domingo, así que hasta ese día no podré volver a subir ^^

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(Narra Harry)

Lo peor de las borracheras son las resacas del día siguiente y yo hoy tenía una de las peores, pero aún así, me acuerdo absolutamente de todo.

Necesito hablar con alguien, escuchar consejos aunque luego haga lo que me salga de los cojones, así que llamé a la única persona que podía ayudarme.

-¿Gem? ¿Sigues por Londres?

-Sí, me quedo unos días todavía, ¿por? –Contestó.

-¿Puedes quedar hoy? Necesito hablar.

-Huy, huy, huy, como suena eso… Vale sí, ¿me vienes a buscar?

-Vale, mándame la dirección por mensaje y esta tarde a las 5 estoy allí.

-Perfecto.

Colgué, al menos ya tenía algo que hacer esta tarde y no me iba a quedar en casa comiéndome la cabeza.

(Narra Zoey)

Salí, cajetilla en mano, de casa, había un parque a cinco minutos andando y aún no había entrado, ¿qué mejor sitio para desconectar un rato?

Entré en el parque y me senté en el primer banco que encontré que estaba un poco apartado de la entrada, y que además, estaba vacío.

Saqué los cascos, me los puse, encendí un cigarro y le di al play. La música comenzó a sonar, “Coldplay – the scientist”, esta canción siempre me había gustado, ha sido una de mis favoritas desde que la descubrí, me recordaba a otros tiempos, no sé.

El reproductor siguió su curso, cambiando de una canción a otra, hasta que noté que alguien me hacia sombra y miré para arriba. No sé quién era esa chica pero me miraba fijamente así que le hablé.

-Perdona, ¿quieres algo? –Le dije quitándome los cascos.

-¿Tú eres Zoey? –Asentí extrañada.

-¿Nos conocemos? –Pregunté algo descolocada.

-Tú a mí no, pero yo a ti sí.

-¿Debo asustarme? –Pregunté algo inquieta pero divertida. La chica parecía inofensiva.

-No, no, para nada. –Rió. –Te conozco por Zayn.

Todo encajaba.

-Ah vale, ¿eres fan? –Medio sonreí. Asintió emocionada.

-¿Te importaría hacerte una foto conmigo? –Preguntó algo tímida.

-¿A mí? No, claro que no. –Sonreí, aunque me extrañó que se quisiese sacar una foto conmigo.

Nos hicimos la foto, se sentó a mi lado y estuvimos charlando un rato, era muy maja, la verdad aunque seguía sin creerme del todo que me hubiese reconocido. Dicen que las noticias vuelan pero después de más de un mes, es la primera chica que me dice algo.

Después de un rato, tuvo que irse porque tenía prisa, pero no se fue sin despedirse.

-Aunque haya gente que diga que no, yo sé que haces feliz a Zayn y me alegro de que esté contigo y no con una famochusa de 1’80 y sin cerebro. –Sonrió.

-Gracias. Supongo. –Hice un intento de sonrisa.

-Gracias a ti por hacerle feliz.

Si supiese la verdad, si lo supiese todo, no me daría las gracias.

(Narra Harry)

Recogí a Gemma en la dirección que me dijo, que era la casa de una amiga suya y fuimos a las afueras de Londres, a un pequeño local con terraza al que solíamos ir.

-¿Y qué le pasa a mi hermanito? –Preguntó Gemma mientras cogía su copa y le pegaba un trago.

-Es una historia muy larga, eh. –Le avisé.

-Tengo tiempo. –Contestó. –Va, cuéntame.

-Esto te va a sonar raro pero he vuelto a ver a Zoey.

Casi se atraganta con el trago que estaba dando.

-¿Zoey? ¿Qué Zoey? ¿Zoey, Zoey? ¿HAS VUELTO A VER A ZOEY BROOKE SLOAN? –Casi me gritó.

-¿Quieres bajar la voz? –Supliqué. –Sí, a Zoey, Zoey.

-¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Qué te dijo? ¿Qué hiciste? ¡¿Por qué no me lo has contado antes?! –Exigió saber.

Le hice un resumen de toda la historia, de lo complicado de nuestro reencuentro y el por qué no le había dicho nada hasta ahora. Zoey y yo todavía teníamos que hablar en serio, sin segundas intenciones de por medio.

-¿Y sigue saliendo con Zayn? –Asentí. -¿Pero si está enamorada de ti, no?

-Sí.

-Pues no lo entiendo.

-Le hice mucho daño, Gem.

-Ya bueno, pero las personas se equivocan.

-Pero es que yo no le estropeé una camiseta, Gem. Le rompí el corazón, la destrocé por dentro y eso es algo que jamás me voy a perdonar. –Me sinceré.

-Mira, llevas todos estos años dando tumbos Harry, polvos de una noche, saliendo con mujeres que te doblan la edad… ¿No crees que también te has hecho daño a ti mismo? ¿Qué suficiente lo has pagado ya?

-Ella no sabe nada de mi vida durante estos años.

-Y solo lo sabrá si tú quieres contárselo.

-Yo la quiero. –Le corté. –Nunca he dejado de quererla y me he dado cuenta al volver a verla. Pero ella ahora está con Zayn y yo solo quiero verla feliz.

-¡Pero tú eres el único que puede hacerla feliz! Si está con Zayn queriéndote a ti, el único que puede ser feliz es Zayn si es lo suficientemente tonto como para no darse cuenta de que algo pasa. –Dijo. –Mira Harry, yo no soy quién para decirte lo que debes hacer porque bastante mayorcito eres ya, ¿pero no crees que ya habéis perdido suficiente tiempo? Por unas cosas u otras, habéis estado separados casi cuatro años y en estos cuatro años, ni tú has dejado de quererla a ella ni ella ha dejado de quererte a ti, ¿qué más pruebas necesitas para saber que debéis estar juntos, que queréis estar juntos?

-¿Y Zayn qué? No quiero hacerle daño, además, esto influye también al resto, si Zayn y yo acabamos mal por Zoey, eso afectará al grupo. ¡Y yo vivo de eso, Gem! Yo y otras muchas personas.

-Zayn acaba de conocerla, como quién dice. Se le pasará, le costará pero se le pasará y si sois tan amigos, al final no pasará nada. Quizá Zoey tenía que empezar a salir con Zayn para volver a encontrarte y su relación con él solo es una prueba más que os pone la vida y que tenéis que pasar juntos.

-Tú lo ves todo muy sencillo.

-Es que lo es. ¿Tú quieres estar con Zoey, no? –Asentí. -¡Pues díselo! Deja de perder el tiempo comiéndote la cabeza. Habla con ella, dile lo que sientes y que sea ella la que decida, tú no puedes hacer más, Harry, pero tienes que intentarlo.

-Supongo que solo me da miedo perderla otra vez. –Admití.

-Pues lucha para que eso no suceda. Que le quede claro que esta vez no vas a volver a hacerle lo mismo, porque te puedo asegurar que lo que ella tiene es miedo.

-¿Miedo? –Pregunté extrañado.

-Sí, miedo. Miedo a que vuelvas a abandonarla, a que vuelvas a huir sin mirar lo que dejas atrás, a que le vuelvas a destrozar por dentro.

-No pienso volver a hacerlo eso.

-Pues coge el móvil, queda con ella y díselo todo, mirándole a los ojos, deja que sea tu corazón el que hable.

-¿Me prometes que todo saldrá bien? –Supliqué.

-No te puedo prometer eso, Harry. Pero sabes perfectamente que es lo que tienes que hacer.

Lo sabía, pero estaba muerto de miedo.

Past always comes backDonde viven las historias. Descúbrelo ahora