Capítulo 23.

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(Narra Zoey)

Tarde lluviosa en Londres, y yo sentada en mi ventana viendo llover mientras escuchaba música. Pocas cosas me gustaban más que eso, que mirar a la calle y ver a la gente pasar, bajo los paraguas, intentando taparse de una lluvia que simplemente les iba a mojar. Al final y al cabo, es agua, y no es tan malo pasear bajo la lluvia, sintiendo cómo cada gota te resbala por la cara… Y sí, es una forma de esconder que estás llorando.

“Abre.” Un mensaje de Harry, ¿qué quiere ahora?

“¿Dónde estás?”

“Debajo de tu casa, calándome como si fuese Poseidón. Abre, por favor.”

“Harry, vete. No creo que sea lo mejor.”

“O me dejas subir o bajas tú. No hay más opciones.” Sentenció.

“Ahora bajo.”

Supongo que si estamos en un sitio público, como la calle, haya menos posibilidades de que pase algo entre nosotros.

Me calcé y salí de casa más nerviosa que nunca en mi vida. ¿Qué iba a decirme? ¿Por qué tanta prisa? ¿Iba a cortar lo que fuese que teníamos? Seguro que sí, iba a decirme que ya no me quiere, que nunca lo hizo, que ha sido todo un engaño… Que se vuelve a ir.

Llegué al portal y salí intentando localizar a Harry entre la lluvia que caía, hasta que lo vi en la acera de enfrente, en una calle que apenas era transitada. Muy listo, Harry.

Llegue a su lado estrujándome el pelo, que me chorreaba. Nos podíamos duchar los dos con la cantidad de agua que tenía encima.

-Pensaba que me ibas a dejar subir. –Medio sonrió.

-¿Por qué iba a hacerlo?

-¿Porque está lloviendo quizá? -Contestó como si fuese lo más lógico del mundo.

-Me gusta la lluvia. –Le recordé.

-Lo sé, pero a mí no, esperaba que lo recordases.. –Comentó un poco triste.

-No se me ha olvidado. –Sonreí, que sufriese un poco. –Además, para no gustarte la lluvia, vives en una ciudad en la que suele llover..

-Pequeños detalles sin importancia. –Rió. –Ahora en serio, Zoey. Tengo que hablar contigo de algo muy importante para mí, ¿podemos subir a tu casa? No creo que este sea el mejor lugar… -Dijo mirando de un lado a otro.

¿Cómo decirle que no a esa carita? Además, si solo quiere hablar, no tiene porque pasar nada más, ¿no?

Sea como fuere, le dije que sí, que podíamos subir. Después de cinco minutos estábamos en mi habitación, Harry sentado en la cama y yo en la ventana, ambos con una toalla en la mano intentando secarnos el pelo. En poco tiempo, tendría el pelo más largo que yo.

-Podemos estar toda la tarde mirándonos el uno al otro sin hablar o puedes decirme qué es eso tan importante. –Sugerí.

-Dame un poco de tiempo, no es tan fácil.

-Tú y tu dramatismo… -Suspiré. –Harry, suéltalo de una vez.

-Zoey, lo que voy a decirte es demasiado importante para mí, así que déjame hablar, ¿vale? No me interrumpas, por favor.

-Vale, me estás empezando a asustar, ¿qué pasa?

-No es nada grave, no te preocupes, pero significa mucho para mí. Así que, ven aquí. –Me cogió de las manos. –Siéntate en la cama, calla y escucha.

Asentí, invitándole a que comenzase a hablar. Ya no me acordaba de todos mis pensamientos de hace un rato, la intriga era tan grande que solo ansiaba escucharle y saber de una vez por todas qué pasaba.

Past always comes backDonde viven las historias. Descúbrelo ahora