Capítulo 32.

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Lo primero: sé que llevo muchísimo tiempo sin subir y lo siento pero es que no tengo nada más escrito y quería esperar a seguir escribiendo pero no se me ocurre nada y por eso he decidido subir ahora y, si tardo en subir más de lo normal, es porque no me llega la inspiración, lo siento muchísimo.

Créditos de mi perfecta portada: mysweetmaddox 

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(Narra Zoey)

Llevaba cerca de media hora sentada en aquel banco, calándome hasta los huesos por la lluvia que caía, sin dejar de llorar y con ese vídeo recorriéndome la mente.

Levanté la cabeza y vi a Harry a 20 metros de donde yo estaba, no podía verle, ahora no, necesitaba aclararme sobre todo esto, poner en orden mis pensamientos y si le tenía delante no iba a conseguir hacerlo.

Me levanté y comencé a andar en otra dirección con la esperanza de que Harry no me viese.

-¡Zoey! –Gritó. Mierda.

Empecé a correr, no podía permitir que me viese así.

-¡Zoey, espera! ¡Por favor! ¡Déjame que te lo explique! –No dejaba de gritar.

-¡Vete! –Le grité mientras dejaba de correr.

-No voy a irme a ningún lado hasta que me escuches. –Me agarró suavemente de la muñeca. –Por favor,  Zoey… -Negué.

-No puedo enfrentar esto ahora, Harry. Simplemente, no puedo. –Le dije dándole la espalda.

-Necesito que entiendas qué es lo que pasó. Zoey, tienes que escucharme, quiero que tengas mi versión. –Me giró lentamente.

No levanté la cabeza, no podía mirarle fijamente sin echarme a llorar sin consuelo alguno. Pero él me agarró la barbilla con dos dedos y alzó suavemente mi cara, para que le mirase a los ojos.

En ellos vi miedo, preocupación, impotencia, dolor. ¿Dolor de qué? ¿Qué se le pasaba por la mente? Quería saber su versión, quería creerle pero no sabía si estaba preparada para oírle, para soportar lo que fuese que me tuviese que decir.

Yo confío en él, pero ante semejantes pruebas… ¿Cómo no dudar? Si me dice que besó a aquella chica, me iré y no volveré. No podré soportar que me vuelva a hacer daño y menos si es algo así… Por eso, no sé si estaba preparada para oírle, quería que me dijese que todo era un montaje, que no la besó, pero no sabía si me iba a decir eso, no sabía si quería arriesgarme a escucharle.

Le observé y me di cuenta de que estaba empapado, no tanto como yo, pero si lo suficiente como para que se pusiese enfermo y él vive de su voz, no podía permitírselo.

-Vamos a casa, te vas a poner enfermo y no puedes estropearte la voz… -Le dije mientras me ponía a andar y provocaba que me soltase la muñeca.

-No. –Me paré. –No me voy a mover de aquí hasta que me escuches. –Dijo tajante.

-Eres un cabezón… -Le dije sin mirarle. –Está bien. –Me sequé una lágrima. –Te escucho.

Esta vez fue él quien me secó varias lágrimas de las mejillas y, sin movernos ni un milímetro, empezó a explicarse.

-La noche de tu cumpleaños discutimos unas cuantas veces. –Asentí. –Y antes de que vinieses a buscarme para que hablásemos, decidí ir a la barra a despejar la cabeza, ¿y qué mejor manera de hacerlo que con una copa? Bueno, pues detrás de esa copa vino otra más, y otra y, antes de que me diese cuenta, tenía a esa chica sentada a mi lado. Comenzamos a hablar inocentemente, yo seguía molesto por nuestra pelea y pensé que eso me ayuda a no pensar en nuestros problemas. –Sentí lágrimas recorriendo mi mejilla. –Ella se empezó a acercar a mí, y yo no estaba lo suficientemente sobrio como para darme cuenta de qué pretendía, pero tampoco estaba tan borracho como para no reaccionar a tiempo. En el vídeo me estoy acercando a ella porque me estaba hablando y entre la música y que estaba borracho, no la oía y no la entendía, fue ella quién me besó a mí. Pero en cuánto me di cuenta de lo que estaba haciendo, me aparté. Yo no quería besarla, Zoey, yo solo quiero besarte a ti. Fue una tontería emborracharme y no sé quién grabaría ese vídeo y te lo enviaría, pero estoy seguro de que fue una encerrona, que la chica estaba compinchada con quién te mandase el vídeo.

Past always comes backDonde viven las historias. Descúbrelo ahora