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[ Si no te parecieras a ella... ]

— ¿Fuiste tú la que desordeno todo eso? – Preguntó molesto el azabache, con sus orbes peculiares llenos de ira.

— ¿Eso? Lo desordenaste tú, mostrandome tu vida privada cuando estabas ebrio. – Mintió la rosada para poder respirar un día más.

Su ira se podía ver en un aura oscura, diabólica que se imaginaba la eriza. Por temor a perder sus mechones rosados, desaparece de la habitación con la intención de dirigirse a la cocina, pero sus pasos fueron iterrumpidos por la voz del azabache.

— ¿No te cambias? Esa ropa esta toda asquerosa. – Musito el vetado con ganas de matarse.
No era el tipo que contaba su historia, era un lobo solitario, vagabundo, un runin sin destino.

— ¿Y que planeas? No tengo ropa. No tienes ropa. – Dijo para separarse del marco de la puerta.

El azabache la siguió con la mirada hasta que no pudo por la pared que los separaba.
Se levantó cómo pudo y se dirigió al desorden que, según la eriza, había sido él. Recogió y guardó los vestidos dejando uno fuera con la intención de prestarselo a la eriza.

— Si no te parecieras a ella... Ya estarías en el infierno... Tsk. – Musito triste y frustrado acariciando el vestido.

La rosada por su parte, No encontraba que comer. Y las cabezas y órganos no eran parte del menú. Miraba por todos los cajones, estantes y por dentro de los artículos eléctricos echos para ayudar en la cocina.

— Caníbal de mier-

— No tengo comida por qué no me da la regalada gana comer aquí. – Escupió interrumpiendo el mal dicho de la rosada con tranquilidad. — Y no soy caníbal.

— ¿Pretendes ir a algún restaurante? Te recuerdo, que yo soy reconocida por todos cómo "la loca psicópata escapada del manicomio".  – Respondió irónica.

— Cambia de aspecto. Cambia el vestido, recortate el cabello, tiñete, o yo que sé. – Sugirió desde la entrada de la cocina.

La eriza parece meditarlo un poco... Estaba completamente deacuerdo con la sugerencia que le había mencionado el vetado.

— ¿Alguna peluquería por aquí cerca? ¿Lentes que puedas prestarme? ¿Un poco de tú-

Paró de preguntar al ver el vestido que portaba en una de sus manos, colgando flasidamente.

— Ah, si. Toma. – Estiró su mano con el vestido en ella. — Pontelo. Y no lo ensucies. – Advirtió saliendo de la habitación.

La oji-jade observa con escrúpulo la prenda, era cómo su vestido favorito. Sonrió divertida y se dirigió al baño del azabache. Se desvistió con seguridad en una casa que no es suya y no paró hasta sólo quedar en ropa interior.
Toma nuevamente el vestido y lo revisa por última vez, para luego empezar a rozarlo contra su piel rosa y subirlo despacio. Disfrutó cada roce de la tela en su piel, tan enfermamente que daba escalofríos.

Ya estaba lista, vestida, con una prenda que la cobriera.

— ¡Confieso que este vestido es de mi agrado, nigga! – Gritó dentro del baño la rosada, ganando un gruñido molesto por parte del azabache. Se le escaparon unas risitas nerviosas de sus labios rosados, siguiendo con lo pausado.

Salió con seguridad del baño y fue donde se encontraba el vetado, sentado en su sofá mirando la televisión.

—¿Qué tal, ah? ¡Me queda como anillo al dedo! – Exclamó para interrumpir al azabache.

— Si, si. Deja de molestar chicle y vete a comprar cómo la gran "chica" que eres. – Contestó sin importancia y malhumorado.

La eriza lo mira molesta, no Era una chica, era una mujer. Dejó pasar la falta de respeto del azabache y se acercó a él, parandose frente a la televisión.

— ¿No me vas a acompañar? ¡No conozco el lugar! – Gritaba sólo para molestar al vetado, cosa que lograba de a poco.

— ¿Sabes qué? Molesta a alguien más. No estoy para chicas como tú. – Respondió parandose frente a ella.

Sus rostros estaban cerca, pero tenían su espacio. Sus orbes molestos, fulminandose mutuamente mataba hasta las moscas.

— El que parpadea primero pierde. Y el que pierda, le hace caso al vencedor. – Ordenó prácticamente la eriza, esbozando una sonrisa de diversión.

De molestia a confusión, los orbes carmesí duraron poco abiertos.

— Gané. – Retumbó la voz de la eriza en las orejas del vetado. — Ahora me acompañas.

— ¿Qué? ¡No! ¡Vete y pierdete! – Exclamó molesto y confundido.

No sabía lo que acaba de pasar... ¿Una pelea de miradas? ¿Tan infantil? ¿Y participó? ¿Además de perder? ¡Se sentía estúpido!

— Emo. – Musito la rosada. — ¡Vamos! ¡Gané y tienes que hacerme caso! – Exclamaba dando saltitos frente a el vetado.

— ¡DÉJAME! ¡Déjame! Déjame... – Bajaba de a poco la voz, acariciando con brusquedad sus púas, tratando de bajar el estrés.

La eriza se separa mucho más de él, notando que fue sólo una molestia. Quería disculparse, pero mérito un poco más y decidió dejarlo sólo.

¿Fue eso lo mejor?





------------> Hospedaje de Amy Rose.

~° Insanity love °~

¡

Hola! xd

Sé que tarde muchoooo mucho y me disculpo por ello.

No es que tenga blqueo creativo, sí no, es que tengo demasiadas ideas y necesito organizarlas.

Tengo un sin fin de borradores con nuevas historias que me encantaría publicar, pero en especial una es donde tú eres el protagonista. Muchos los conocen cómo "rayita".

La historia no es de Sonic, que quede claro eso.

Sin más:

Sin más:

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°{Insanity Love}°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora