7-Necesito paciencia

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Cap 7

Está todo oscuro, lo único que alumbra esta fría y oscura noche es la luna llena que se encuentra lejos. Estoy corriendo, escapando de algo o de alguién nosé que es exactamente me gustaria averiguarlo, me gustaria saber que es esto que me corre, pero no soy capaz de darme vuelta. Tengo miedo. Mis piernas estan cansadas y siento que va a llegar un momento en el que solo voy a dejar de intentar escapar de esto para dejarme atrapar. Pero si lo hago, si me rindo, voy a morir y voy a perder todo lo que tengo, no es que tenga mucho pero no quiero perder nada. Mis piernas ya no dan más, ya no aguanto, siento el contacto con el piso, estoy tan cansada que solo me acuesto, veo el pasto verde mientras siento el viento frío soplar contra mi haciéndome erizar la piel. Alguien me da vuelta y al visualizarlo veo sus ojos negros clavados en mi, es una horrible sensación, me siento vacía y estoy aterrorizada. No para de mirarme, se me acerca tanto pero tanto que siento un aroma repugnante proveniente de él o eso. Se separa, me mira y comienza a golpearme, yo solo grito pero nadie está ahi para mi, nadie está para ayudarme, para darme una mano, para salvarme. Me toma de la muñeca izquierda y la siento arder, me está quemando, me arde y no me suelta, cuando estoy a punto de desmayarme del dolor me dice- vas a terminar igual que ellos, vas a morir, pero de la peor forma existente- y se escuchan llantos muy fuertes, gritos, lo único que hago es gritar con todas mis fuerzas.

Me desperté exaltada, mi frente y mis manos sudaban, tenía lagrimas en mis ojos y en mis mejillas, estaba un poco mareada. Otra vez la misma pesadilla, miro la hora, 6:30 am. Ya no puedo dormir, agarré mi celu y apagué la alarma que todavía no había sonado. Me dirigí al ropero y saqué mi ropa (está en multimedia), agarré toallas y me dirigí a darme una ducha.

20 Minutos después ya estaba cambiada y peinada, me hice una trensa cascada y dejé un poco de mi flequillo largo de costado. Me puse mis tacones altos negros, me coloqué rimel y mi campera de cuero negra y ya estaba lista.

Agarré mi mochila y mi celular. Bajé a la cocina a desayunar. No tenía ganas de prepararme algo asique fui por mis llaves y me dirigí al Starbucks.

(...)

Eran las 7:40 am asique decidí salir e ir a la escuela.

Mientras conducia pensaba en el trabajo que iba a tener hoy, dos chiquitos a los cual cuidar, hay muchos que se quieren escapar de los chicos pero yo no, yo quiero estar cerca de ellos, quiero sentir que es tener un hermanito o una hermanita, quiero poder darle todo lo que quieran y consentirlos. Me reí por esto último suena muy cursi, yo no soy así.

Llegué a la escuela y estacioné mi auto en el lugar de siempre, nadie que no sea yo, puede acercarse a ese lugar, al lado mio había estacionado un ferrari muy lindo blanco, eso es raro nadie se quiere estacionar cerca mio, pero que más da, le coloqué el techo a mi auto, subí las ventanas y apagué el motor, había un silencio de muerte. Salí del auto y había un grupo de chicos que estaban mirandome, enarqué una ceja para que dejaran de mirarme 3 de ellos bajaron la cabeza pero uno se me quedó mirando y sonreia. Tengo que admitir que tiene una linda sonrisa pero nada más. Lo miré una vez más, me dí vuelta y me dirigí al patio de atrás. Tendría que estar vacío ya que hoy nadie entrena. Me senté en las bancas y me quedé mirando la nada, hasta que sonó el timbre de entrada.

-Una historia, mi historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora