Un fuerte sonido se escuchó en aquella habitación, la canción In Pieces de Linkin Park resobaba en el recinto lo más alto que el móvil le permitía, aquella alarma estaba haciendo su trabajo, un muy molestó trabajo, despertando a todo ser viviente que lo escuchase.
-Porque amanece tan rápido- un quejido convertido en bostezo se escuchó en la habitación, mientras aquel bulto en la cama se removía.
En un intento por dormir un poco más una mano salía de las cobijas tratando de encontrar el molesto aparato para que cesara el ruido.
–Quiero dormir más tiempo- saco su cabeza dejando al descubierto una mata de pelo color café.
Miro la pantalla de su némesis mañanero y en vez de desactivar su alarma abrir sus ojos con sorpresa e incredulidad.
-¡Se me hará tarde de nuevo!- chillo levantándose de golpe ignorando el frió de esa mañana que erizaba su piel, dejando atrás todo rastro de molestia e inconformidad –¡Ochako porque eres así!- chillo mientras agarraba sus cosas de cajones dejándolas en la cama para entrar corriendo al baño.
A una velocidad increíble abrió la regadera, se quitó la ropa y en un instante ya estaba debajo del chorro de agua que salía -Muy bien todavía tengo tiempo de comer algo, tengo mi mochila lista con mis cosas, así que no debe haber tanto problema- mientras acomodaba sus pensamientos, la joven en automático tomaba una ducha para tratar de relajarse.
Le tomo alrededor de 15 min salir de la ducha y otros 5 en vestirse, fue a la cocina a preparar algo rápido para desayunar pero al no ver nada más que leche y avena, supo que debía realizar muy pronto su despensa, apurada trago sus alimentos rápidamente para que el tiempo no jugara en su contra.
Pero en su carrera matutina se detuvo de momento para mirar levemente su cuarto, no era el más grande ni mucho menos el más lujoso, pero para ella estaba bien; contaba con una pequeña cocina que gracias a una pequeña barra para dos personas dividía su dormitorio de la cocina además de tener un baño propio. Vivía en una zona segura y la renta era accesible, más de lo que ella podía pedir.
Le había costado un poco de tiempo amueblarlo decentemente y pintar el feo color azul desgastado a un cálido color crema. Además como se encontraba en la azotea de un edificio de dos pisos había un espacio en la parte de afuera de su cuarto para una hermosa mesa (que le costó algunos ahorros) donde disfrutaba de algún café o té en la mañana o noche, definitivamente la vista desde ahí era hermosa./p
Una vez que salió de sus pensamientos miro de nuevo su reloj se apresuró a lavar los pocos platos que ocupo y salió del lugar con una sonrisa en el rostro.Sin pasar por su mente que pequeños detalles pueden cambiar todo tu mundo en un instante, definitivamente esa era una lección que Ochako Uraraka aprendería.
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Aquella mañana era igual de monótona y aburrida que siempre, la misma rutina lo tenía harto; despertar, desayunar, saludar a sus hermanos e irse a encerrar a su habitación, su vida cotidiana era muy emocionante, pensó con sarcasmo. Con la escuela su rutina ya no era tan monótona, pero eran vacaciones de verano así que en ese meses y medio no podía variar mucho, y se rehusaba a estar trabajando con su padre lo que le quedaba era leer, entrenar o estudiar. Así había sido al menos los últimos 10 días.
Shouto Todoroki no era la persona más divertida o parlanchina del mundo, era más bien pragmático, frio, curioso y sincero, aquel chico con un peculiar cabello mitad albino mitad pelirrojo junto aquellos enigmáticos ojos heterocromaticos en azul y gris. Si aquel chico ingenuo estaba realmente jodido y él no sabía que a partir de ese día iba todo sería diferente. Casualidad tal vez, coincidencia no señor, destino muy probablemente.
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La Ley de la Atracción || Todochako||
RomanceCasualidad tal vez, coincidencia no señor, destino muy probablemente. De cualquier forma que lo miraras las razones por las cuales Ochako y Shouto se conocieron eran las que menos se imaginaban pero sin dudarlo lo que ellos necesitaban en su vida. [...