~Peridot~
- ¡OAAAAAH! ¡MALDITA SEA PERI! - Gritó Amethyst con una gran sonrisa.
- ¡No! ¡no! ¡no! ¡No es motivo de alegrarse!
- No pasa nada, ya arreglaron todo. Ella no lo sabrá a menos de que tu se lo digas, o yo. - Ríe.
- ¡QUE NO SE TE OCURRA!
- No diré nada, no es como que me importe. Osea si me importas pero no te humillaré de esa manera. - Puso sus manos detrás de su cabeza recargándose en la silla.
Suspiré.
- ¿Puedo opinar? - Dijo Pearl con vergüenza.
Asentí.
- Tienes que decirle.
- ¡¿Que?! - Dijimos Amethyst y yo al mismo tiempo.
- No es bueno que le mientas, tiene que saber la verdad. Tienes que demostrarle que eres honesta.
- Pero no quiero perderla. - Dije con algo de dolor.
- Si en verdad la amas, no le mientas.
- Eres muy linda. - Dijo Amethyst tocándole su hombro. - Pero en este momento no. ¿Sabes cuento tiempo se tardará en conseguirse a alguien?
- ¡Hey! - Le golpee en el brazo.
- Es la verdad admítelo. Y creo que ya tendremos 40 años hasta que te guste alguien mas.
- No es correcto. - Dijo Pearl en su defensa.
- Shhhh. Toma tu medicina.
Pearl hizo un puchero y se tomo su medicina.
- Pearl tiene razón... - Dije en voz baja esperando que Amethyst no me escuchara.
- Peridot. No se lo tomara bien.
Al parecer si escucho.
- Pero es mi culpa, yo debí haber hecho algo pero aproveche la oportunidad. Además estaba ebria, ella nunca estaría conmigo. Y tal vez no se moleste tanto al explicarle que paso exactamente.
- Como quieras.
Pearl asintió.
Después de eso cociné algo y comimos las tres, Pearl me dijo que podía invitar a Lapis pero no quise, quería tomar un poco de tiempo para pensar en lo que le iba a decir y teniéndola cerca no me ayudaría en nada, ademas la tendré que ver en unas horas en el café.
- Ya terminé tu tarea. - Cerré el libro y limpie mis lentes con mi suéter.
- AHHH PERI GRACIAAAS. - Me abrazó muy fuerte que no podía respirar.
Era una tarea de matemáticas de el día de hoy que no fue, ademas de que tengo que pedir su tarea de cada clase tengo que ayudarle con la de matemáticas, o mas bien hacérsela.
-Bien, me tengo que ir. Deséenme suerte. - Agarré las llaves y mis cosas. Me despedí y salí del apartamento de Pearl.
Subí al auto rápidamente porque hacía un frío asqueroso de esos en los que no puedes ni sacar a la mascota. Lo bueno es que nuestro gato escapó hace 3 meses así que no tenemos que hacernos cargo de alguien más.
Prendí el calefactor y me dirigí al café, con cuidado obviamente porque no manejo a menos de que sea necesario y ahora es muy necesario. Después de unos 10 minutos llego al café y me deshice de todos mis suéteres, parecía una pequeña bola. Lapis llegaba un poco tarde hoy, era miércoles y me tocaba estar sola una hora y media. Que suerte.Estaba muy feliz y tranquila haciendo mi respectivo trabajo, los clientes venían y se iban, me tope con algunos de la escuela. Por suerte no eran de los peores, pero tampoco de los mejores, bueno ni siquiera hay mejores mas que mis amigos y los que tengo aquí, Steven y Connie estan en otra ciudad en la secundaria, ambos son unos niños muy amables, Steven a veces es algo agotador, pero Connie esta bien. Los extraño, muy poquito pero igual vendrán en unos días por el cumpleaños de Connie
Vi a Lapis llegar y fui rápido al baño para esconderme por un momento, no se ni porque me estaba escondiendo, que sentido tenía y por que no quería verla, me di cuenta que solo perdía el tiempo y salí del baño, estaba en una mesa con unos chicos, estaba explicándole un platillo o algo así.
- Hola Peri. - Me toma de hombro.
- Hola Lapis. - Le sonreí
- Está algo tranquilo ¿no?
- Lo normal.
- Me extrañaste mientras no estaba ¿verdad? - Me da un empujoncito con el codo.
- Si. - Sonreí.
- ¿Estas bien? Te noto algo extraña.
- Ah, no es nada, estaba pensando en lo que tengo que hacer llegando a casa, ya sabes unas tareas.
- Oh. - No se escucho muy convencida. - No creo-
- ¡Pero mira! - La interrumpí. - Mi ojo se mira bien ¿no? Ya casi no se nota.
- Es cierto. - Toma mi cara. - ¿Duele?
- Soportable, casi nada.
- Aun me siento culpable. - Se agarra el cuello.
- Lapis ya hablamos de eso, no importa. Me siento heroica aunque no haya hecho ni un poco.
- Claro que si, de algún modo tu empezaste para que ese conflicto acabara. - Me abraza.
Sentí mucho calor en mi cara, estaba mas claro que estaba como un tomate. Correspondí al abrazo, la apreté e hice un "abrazo de oso". Claro que no tenía la misma fuerza con la que Amethyst lo hace pero lo intenté. Después de eso seguimos con el poco trabajo mientras platicabamos de diferentes cosas, escuela, personas, lugares, restaurantes, comida, videojuegos y diferentes temas. Pero nunca de ella...
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lapidot ; deseo de ti
FanficLevantar, escuela, salir, trabajar. La rutina de todos los días, pero puede mejorar si estás con la persona a quien intentas conquistar. ¿Que tan devastada puede quedar alguien al ser abandonado por su novia?