La recompensa del esperar

Prólogo.

A finales de la década de los ochenta, España se convirtió en una España moderna, perdió sus complejos y fue una época irrepetible para los que pudimos vivirlo. Una de esas personas, era ella, Julia García. Era una chica normal, tenía 15 años y para aquel entonces, medía 1,64, cabello color negro,sedoso y la mayoría del tiempo recogido en un moño (ya que para ella era más cómodo y lo seguirá siendo siempre.) Mucha gente le dice que tiene un rostro simpático, dulce y fresco con unas cejas pobladas, no demasiado, pero las tenía con una forma tan perfecta, que parecían sacadas de una película, tenía unos ojos almendrados, muy expresivos y unos labios perfectamente definidos. En conclusión, esa era Julia.

Una noche en Madrid era simplemente maravillosa, una pena que Julia, no pudiese salir con sus amigos a disfrutarla. Únicamente por dos razones:

1. No tenía amigos, la segunda razón influye totalmente en la primera.

2. Vivía en un orfanato, en el cual ella tenía que seguir una serie de normas que debe cumplir con total responsabilidad.

La rutina de Julia era siempre la misma:

De 7:00 a 7:30, debía levantarse, asearse y vestirse apropiadamente para iniciar la jornada escolar.

De 7:30 a 8:00, suele desayunar, en el orfanato, no suelen dar un desayuno especialmente abundante, te tienes que conformar con una macedonia y un poco de zumo de naranjas recién exprimidas.

De 8:00 a 10:00, inicia la jornada escolar y de 10:00 a 10:30 había un recreo donde tenían un pequeño descanso para despejar sus prodigiosas mentes.

De 10:30 a 12:00, terminaba con la jornada y a las doce salía a almorzar y más tarde seguiría estudiando.

La hora a la que tenían que acostarse, era muy estricta, a las 21:30 tenía que estar en la cama y a las 22:00 apagaban las luces del orfanato.

Como habreís visto, tiene una vida muy ajetreada y sin tiempo para hacer amigos, básicamente su vida era estar encerrada en el orfanato durante años, sin poder salir ni conocer el precioso mundo que la esperaba fuera de esas puertas. Julia deseaba más que nada en el mundo, conocer a sus padres. La profesora Valeria, le habia contado sobre ellos en alguna situación, pero lo único que sabía era que sus padres se llamaban Ángeles y David y que la habían dejado en aquel sucio orfanato,  porque tenían un trabajo en el que tenían que viajar mucho y no se la podían llevar a todas partes, pero la prometieron que cuando cumpliese 18 años, vendrían a por ella, todavía está a la espera de ese día, pero cuanto más lo piensa más larga se le hace la estancia en aquel lugar. Pero sin dudarlo, como en toda historia, su príncipe azul vendrá a rescatarla y vivirán muchos crimenes juntos.