Stand next to me, Olympia [Miles Kane]

2.- Craven St, apartamento 502

Me despierto sobresaltada cuando una azafata me viene a ofrecer una almohada y a informarme de que vamos a estar retenidos en el aeropuerto de Londres un par de horas por problemas en el tiempo. Fantástico, mis caseros se irán a trabajar y yo me veré perdida en el inmenso Manchester sin tener ni idea de cómo llegar a Liverpool. Deambulo por el avión en busca de la cafetería cuando doy de bruces con un pequeñito almacén lleno de instrumentos en sus fundas. Pregunto a una azafata si puedo coger mi guitarra para distraerme el tiempo que andemos retenidos y veo cómo el día se torna azul cuando abro la funda y la veo tan brillante como la dejé.

Las horas pasan volando y pronto estoy en el aeropuerto de Manchester, con la guitarra a cuestas y una maleta de mano que apenas tiene ropa para tres días. Tengo intención de arrasar con el primer centro comercial que pille y renovar el armario entero. Bueno, más bien, reponer. Entonces caigo en la cuenta de que no tengo manera humana de llegar a Liverpool hasta que mis caseros no salgan de trabajar y empiezo a ponerme muy nerviosa. Pero, milagros de la humanidad, una chica sostiene un enorme cartel que dice OLIMPYA, y supongo que es a mí, aunque esté mal escrito. 

La chica es rubia, guapísima, con unos ojos verdes preciosos. Habla muy rápido acerca de no sé qué cosa de sus padres y un hermano, y dice llamarse Katie y que va a ser mi vecina todos estos meses porque vive justo en el apartamento de arriba.

El apartamento es precioso, tiene un sofá enorme en forma de L, un balcón con unas vistas espectaculares y una decoración moderna que me enamora instantáneamente. Mi casa.

-La señora Kane pasará a verte sobre las cinco para firmar el contrato y que os conozcáis. Ella vive dos calles más abajo sola con su sobrino pequeño. Tiene un hijo músico pero va y viene, nunca está por aquí, pero ahora está trabajando.

-¿La señora Kane has dicho? Creí que se llamaba Rose

-Claro - se ríe ante mi estupidez - Rose Kane. Yo me tengo que marchar, te dejo mi número y llámame para lo que quieras. Esta noche, si te apetece, salimos a tomar algo y te enseño la ciudad que estos días está muy bonita y hay algo de sol.