7.- Quicksand

289 19 6
                                    

Y ahora qué me pongo.

Son las ocho de la mañana y tengo una pinta espantosa de no haber dormido la mitad de la noche mirando al techo de la habitación con una sonrisa de tonta que nunca reconocería. Nada que un buen corrector de ojeras no pueda solucionar, o eso espero.

*-Ponte guapa.*

No sabía si tenía más miedo que ganas de verle, pero de ambas cosas tenía muchísimas. Su comportamiento me hacía estar siempre en guardia porque nunca sabía por dónde iba a salir, qué iba a hacer, y eso me desespera. Suelto el suspiro número mil delante del ropero abierto de par en par a la espera de que una estilista fantasma salga de él con el outfit definitivo.

Intentando parecer lo más mod británico posible elijo unos jeans grises muy altos, una blazer con estampado de pata de gallo británico bastante escotada, un top negro para no ir solo con la chaqueta, y unos oxford negros con cremallera y plataforma que se ganaron mi amor y se llevaron un buen pellizco de mi cuenta bancaria. Me veo bastante favorecida, pero claro, todo depende de a dónde me vaya a llevar mr. Kane. 

¿Y si no se presenta? Iba bastante colocado. Pero ya se había presentado antes sin ir drogado. De pronto me asalta un ataque de pánico ante la idea de perderle de vista. No tenía manera de localizarle a menos, claro, que me presentase en casa de su madre. 

Conforme las horas pasaban en la tienda yo miraba con más cara de espanto a cada nuevo cliente que entraba. Cuando de pronto, una cara familiar. Qué. La persona que aparece en el establecimiento encaja tan poco allí que me hace caer al suelo todos los cd's que llevaba en la mano.

-¿Carla? ¿¡Qué haces aquí!?

-¡SORPRESAAAA! - mi amiga Carla se lanza a mi cuello pisando sin importarle todos los cd's que yo había tirado al suelo. - Estoy haciendo una gira de exposiciones por Gran Bretaña y esta semana estoy aquí. Sabía que te habías mudado y pregunté a tu madre, ella me dijo dónde trabajabas y, bueno aquí estoy.

-Vaya tela con las madres, Señor.

Mi amiga Carla es una fotógrafa urbana famosa en su mundillo que se ha ganado una gira en un concurso. Es alta, morena, con unos ojazos castaños y un pelo de envidia. Por no hablar de su espectacular cuerpazo. La típica rompecorazones. 

Habíamos sido amigas desde el colegio, y yo la quería muchísimo, pero en los últimos años no había podido evitar alejarme un poco de ella por motivos.. amorosos. Siempre conseguía que los chicos que me gustaban terminasen coladitos por ella. 

-Qué bien.. cómo me alegro de verte. Y qué morenita estás, vaya envidia das.

-Tú no estás nada mal, eh. Parece que te cuidas, estás hecha un bombón con ese nuevo estilo. Te queda muy bien el enseñar pechonalidad. - dice y me manosea los pechos haciendo que media clientela rompa a reír. - Bueno, qué, a qué hora sales de aquí. Tenemos que ir a tomar algo y hablar, y de paso ves mi exposición.

-No verás.. es que justo hoy he quedado Carla.. Hoy no voy a poder.

-¿Has quedado? Bueno, no pasa nada, más público para mi expo.

-No, es que.. - siento la sangre inundar mis mejillas

-¿Qué pasa? ¿Es un chico? ¿Has quedado con un chico? Cielo santo, ¡tengo que verlo!

-No no por favor Carla, es la primera vez que quedamos y me da mucha vergüenza, aún es pronto - en realidad me daba auténtico pavor que se le antojara Miles y se lo llevara. Porque se lo iba a llevar.- Otro día si quieres quedamos los tres y te lo presento.

-Anda ya, no seas tonta, eh. Dime a qué hora acabas anda, yo prometo no molestar. ¡Si hemos hecho esto mil veces! Yo siempre te he ayudado con los chicos.. - espero que esa espléndida sonrisa no se esté burlando de mí. Claro que me ayudaba, me ayudaba quedándoselos ella. 

-Cierro a las siete.. - dijo al fin, resentida. Noto cómo el día se va volviendo más gris por instantes.

-Oh, vaya, qué tarde. No voy a poder quedarme esta vez, tengo que estar a las ocho en Birkenhead. Bueno, me quedo aquí contigo haciéndote compañia mientras ¿vale?

-Claro. - qué remedio. 

El reloj da las siete y mi estómago no para de retorcerse de los nervios. Si la gente nota mariposas, yo estoy notando elefantes a toda carrera por medio de la Sabana. Mientras cierro el local escuchando a Carla cotorrear acerca de no se qué cosa de fotografía el olor a tabaco mezclado con el perfume de Miles me llega de lleno. Me giro y ahí está, recostado en el coche más cercano apurando el cigarro.

-¿Qué tal, babe? - me coge por la cintura y me suelta un beso en la mejilla, ya de por sí roja.

-Hola, Mil...

-Uuuuh, pero qué hombre. Así que tú eres el que trae loquita a mi Olym, eh. No me extraña viendo lo interesante que pareces. - Carla se apresura a acercarse a Miles con ese movimiento tan suyo de gata en celo y le da dos besos en las mejillas.- Me llamo Carla, ¿y tú eres?

-Miles, encantado, Carla. - también le coge la mano pero no se la besa, solo la alza un poco. - ¿De dónde se ha sacado Olympia una amiga tan guapa?

-Jaja, qué majo que eres. - le pasa la mano acariciándole el brazo en un descarado intento de palpar músculo. - Lástima que hoy no voy a poder salir con vosotros, chicos. Tengo una exposición de fotografía en Birkenhead, pero otro día quiero que contéis conmigo ¿de acuerdo?

-No puedo decirle que no a esos ojos - suelta Miles sacándose las gafas de sol semitransparentes que llevaba en el aeropuerto.

Carla vuelve a darle dos besos a Miles y se marcha despidéndose de mí con la mano.

Stand next to me, Olympia [Miles Kane]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora