Stand next to me, Olympia [Miles Kane]

5.- Recod Store

El fin de semana pasó volando junto a Katie y Ronald, su mejor amigo gay (la otra persona que había la noche en el parque). Terminé de organizar mi casa y casi de llenar el armario con ropa nueva, casi toda de abrigo. Nada de esto me serviría de vuelta a Barcelona.

Llegó el lunes y eso significaba primer día de trabajo. La empresa que me contrató era una importante discográfica que actualmente había comenzado a abrir pequeñas tiendas tradicionales de música por todo Gran Bretaña, y mi función sería la de empleada en una de ellas. Me ajusté unos pantalones de cuero negro, una camisa roja y mis slippers negras favoritas y salí a enfrentarme con la niebla de Liverpool de temprano.

El local era pequeño, muy acogedor. Tenía tres tocadiscos vintage muy bien conservados repartidos por la tienda, y centenares de vinilos por todas partes. Tenía un pequeño ordenador portátil en el que llevar la contabilidad y desde el que podía poner música. Había bastante flujo de gente, la muchos venían a curiosear, pero la mayoría se llevaban CD's, vinilos, y sobre todo camisetas. 

Durante el turno de tarde, mientras andaba buscando una canción de The Rascals para ponerla, una voz me preguntó desd el otro lado de la recepción

-Perdona, ¿tenéis el single de Cornerstone de los Arctic? -Kane sonreía detrás de sus RayBan, enfundado en una chaqueta de cuero y unos pantalones estrechos. Este chico iba de sex symbol por la vida y a mí me encantaba.

-Eh, eres tú. ¿Qué haces que siempre me encuentras?

-Mi madre me dijo que trabajabas aquí.

-¿Tú madre? - Entonces comienza a sonar *be careful of that mind of yours...* en los altavoces de la tienda

-Vaya, así que te gusta mi música.

No podía ser

-¿Tú música? ¿Eres el hijo de Rose? ¿Eres Miles Kane? - 

-Claro, ¿vas a decirme que no sabías?

-¡No! ¡Claro que no! ¡O sea que te das el lote conmigo en una discoteca y ni siquiera haces por decirme que eres una estrella del rock! ¿Por qué me mientes?

-¿Qué? Yo no te he mentido en ningún momento. Además, creí que sabías quién era, tenías ese pen de los Arctic, y me dijiste que habías estado en el festival ¡y yo actúe! Y si además escuchas The Rascals, cómo no me reconociste?

-Ah, no sé. La última vez que vi una imagen tuya fue un vídeo cuando The Last Shadow Puppets, y eras super pequeño, así con el pelo largo y ... (no quise decir feillo) y ahora te ves tan.. tan.. sexy. Con tu cabello rasurado y tus pantalones ajustados...

-¿Piensas que soy sexy? - dice sacándose las RayBan y recostándose encima del mostrador

-Sí.. bueno.. he dicho que estás distinto.. yo... - me vuelvo a poner como el color de la portada del disco de Austin Mahone y caigo un par de vinilos al tratar de alejarme de la mesa.

-Tú también lucías muy sexy la otra noche, lástima que no pudimos acabar..

Entra mi jefe Salvatore, un señor de unos 60 años, con un estilo rockero nivel Rolling Stones pero versión elegante, por la puerta, salvándome del ataque al corazón que me estaba a punto de dar en ese momento, pero se queda al principio de la tienda para no molestar pensando que estaba atendiendo a un cliente. Me apresuro a buscar el single de los Arctic, lo envuelvo y se lo doy a Miles en una bolsa.

-No tienes que pagarlo - dije, tratando de apresurar que saliera de allí lo antes posible.

-Oh sí, claro que sí. No voy a permitir que pierdas dinero el primer día de trabajo. Toma, y quédate el cambio.

-No quiero tu dinero.

-Está bien, eres una chica muy testaruda. - aprovecha que le tiendo la bolsa para coger mi mano y besarla- trataré encontrarte de nuevo, babe.

Salvatore se acerca a mí y al ver mi cara rojísima se gira para ver a quién atendía.

-Olympia ¿estás bien? ¿Ese era Miles Kane?

-Oh sí, sí que lo era. Me he emocionado un poco, soy muy fan y no lo esperaba.. disculpe jefe.

-Nada, vengo a ayudarte a cerrar y a indicarte tu porcentaje del sueldo. Procura la próxima vez que venga alguien famoso, sacarte una foto con él para ir rellenando las paredes de la tienda ¿te parece?

-Lo recordaré.

Pero esperaba con todas mi alma que Miles no volviese a presentarse por aquí o iba a terminar por romper alguna cosa y explotárseme el corazón.