Mi angel guardian

820 34 6
                                    

"Tal vez necesitas socializar un poco, te volverás loca" esas palabras pasaban por mi cabeza una y otra vez.

Llevaba 3 semanas sin ningún contacto con alguien como yo, humano, sólo me quedaba en mi casa a contemplar el bosque e investigar un poco el lugar, más por el interés de encontrar la cabaña en la que había despertado el día en que mi amigo me llevo a casa, lo quería ver, en cierto aspecto lo extrañaba, el era el único que me acompañaba en esos momentos y ahora no ha aparecido por aquí, pero, por otra parte, estoy...un poco más tranquila porque algunas veces su presencia me parece inquietante. Recuerdo cuando fui en busca de la cabaña, fue tan extraño.

Flashback

El bosque era tan pacífico, sus colores tan amenos, nada agresivo, verdes, amarillos, naranjas e incluso uno que otro rojo se asomaban arriba en los follajes de los árboles, sólo se escuchaban los cantos de algunas aves y el aire pasar por las delicadas hojas de los árboles. Yo (como de costumbre) estaba paseando por todo esa obra de arte muy tranquila y de repente todo ese ruido se corta por otro, por muy estruendoso, como si algo hubiera chocado con un árbol, investigue de adonde venía el sonido y cuando me di cuenta mi instinto me dijo "corre,no te detengas" había lobos, lobos negros tratando de subir a un árbol y otro oliendo, me fui alejando muy despacio y voltee por un momento para atrás, no había más lobos, por suerte, pero cuando voltee vi que ya no había ningún lobo, desaparecieron, como si fueran un espejismo.

Fin del Flashback

Me fui adentrando en mis pensamientos, hasta que entre a un estado de transe pero, afortunadamente, el transe acabo cuando sonó mi celular.

-¿Diga?

-Oye, vamos por pizza Gustavo y yo ¿vas con nosotros?-dijo Luz rápidamente

La verdad quería socializar pero en parte no, eran más las ganas de estar sola.

-No lo se...-dije con un poco de curiosidad y cansancio.

-Vamos, ve. Es pizza gratis, Gustavo invita, por favor, ven, incluso hasta podemos ir a ver discos de The Killers...- Luz dijo con un toque de persuasión.

En parte tenía razón, me convenía, pizza gratis, The Killers, más pizza y lo más importante, humanidad. Así que decidí rápido.

-Si voy, ¿a qué hora?-dije un poco agitada y con satisfacción.

-8:15, te veo allá muyaya, adiós.

Bueno...8:15, tengo tiempo, son las 7:30 así que iré a quitarme estas fachas.

Elegí unos jeans blancos, Converse negros, una chamarra de cuero café y una de mis camisas favoritas, una de Batman. Me hice un chongo y salí de mi casa. El bosque era tan hermoso de noche, negro y luces blancas coladas y el frío pasaba por cada una de las partes de mi cuerpo. Después de pasar el bosque y llegar a la pizzería en donde se encontraban ellos me olvide de toda mi investigación por un momento y me dedique completamente a mis amigos.

-Hola- dije y me senté en la mesa roja redonda en donde se encontraban Gustavo y Luz.

-¡Hola!- dijeron al unísono.

-¿De qué es la pizza?-dije oliendo el delicioso olor que emanaba de el paquete de pizza.

-Pepperoni-dijo Luz dándole un bocado a su rebanada.

Después de esa palabra todo fue silencio. Rebanada tras rebanada fue acabándose la pizza hasta que sólo quedaron tres de ellas.

-¿Han escuchado de lo que ha pasado? Más tu Sara, ¿ya lo sabes?- dijo Gustavo mirando mis ojos fijamente.

-¿Qué?, ¡Habla!- dijimos Luz y yo al mismo tiempo.

-Un asesino anda en la cuidad, han ocurrido 3 muertes, una en el lago, una en un calle vacía y Sara, no entres en pánico, cerca del bosque, ayer.- dijo Gustavo con los ojos fijos en mi, algo se me hizo extraño.

-Sabes que no puedo sentir nada así que sigue hablando, vamos.- dije con los ojos fijos en los suyos, cafés oscuros, hermosos.

-Todas las víctimas están atravesadas a la mitad en su cerebro, falta esa parte de ellos, parece que lo están haciendo con un tubo, creo yo, acecha en las noches.- dijo Gustavo un poco entusiasmado.

-Interesante- dije cruzando los brazos y con una pequeña sonrisa.

-Ay ¡Por favor! No seas tan rara, esto es serio, ¿qué tal si acecha otra vez? ¿Qué tal si nos acecha? ¿Qué tal si te acecha?- dijo Luz con una expresión muy curiosa y en su voz alcance a percibir un poco de preocupación en ella, hace mucho que no sentía eso, desde que murió mi madre.

-Esta bien, tendré cuidado- dije con amabilidad.

Gustavo hecho un vistazo a su reloj: 10:30 p.m.

-No quiero se aguafiestas pero ya son las 10:30, es peligroso estar en las calles ahora , debemos irnos ya.

Salimos y Luz se despidió de mi y Gustavo igual. Estaba a punto de empezar la caminata devuelta a casa hasta que una mano me agarro la muñeca. Gustavo.

-Por favor, ten cuidado- dijo con una voz tan protectora, era muy extraño de el, pero de alguna manera, me sentí bien, me sentí después de un año, de tanto tiempo, me sentía en casa.

-Si, lo juro-dije y luego se fue.

Seguí las instrucciones de Gustavo y fui cuidadosa, llegando al bosque lo fui más, pero llegando a la mitad de mi trayecto algo se oyó, un gruñido, me puse tensa y me recargue en el árbol más cercano que había y me quede inmóvil. Cinco lobos se acercaban a mi, enseñando sus horribles colmillos. "Corre, sálvate" decía una y otra vez mi instinto pero algo en mi no me dejaba moverme. Genial, estaba inmóvil delante de 5 feroces lobos. Paso un minuto y seguía inmóvil y los lobos se acercaron más a mi pero en ese momento mi amigo apareció delante de mi, bloqueando el paso. Los lobos gruñían de rabia y se preparaban para atacar mientras que el solo se quedaba parado, ellos empezaron a correr, a toda velocidad, y en menos de 2 minutos mi amigo saco ¿tentáculos? Si, tentáculos de su escalada y agarro como si fueran muñecos de plástico a los lobos y los lanzo. En ese momento algo en mi se desbloqueó y me eche a correr. Llegue a mi casa y trate de dormir.

En la mañana siguiente todo era normal, me serví una taza de café y me senté en el sofá. Le di un sorbo al café y cheque en mi mesa, revistas, bocetos y una que otra basura de chocolates. Me recargue en el brazo del sofá y sentí...papel y algo más duro. Quite mi brazo y en un papel decía "Demuéstrame que te puedes cuidar sola" y el mismo símbolo de antes. Lo que más me sorprendió fue lo que estaba abajo del papel, era algo frío, de metal. Era...un cuchillo.

Una trampa al monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora