Hora de la verdad

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¿Un cuchillo? ¿Para qué? ¿Y ese signo otra vez? ¿Quien lo ha dejado ahí? ¿Cuidarme yo sola? ¿A qué se refiere? ¿Será mi amigo el que envió esto? ¿El asesino?
Esas preguntas fueron mi obsesión durante 2 días, que pasaron lentamente, torturando a mi mente por no dejarla descansar. Tengo tantas dudas...
El día siguiente me decidí ir a preguntar más información acerca de el lugar donde yo vivo y sus alrededores, no hay mejor lugar que: en el pueblo o a la policía, bueno, si en verdad hay policia. Mientras que pensaba todo esto, me retarde media hora, me sobresalte y rápidamente me puse una playera morada con un pantalón negro, zapatos negros y suéter negro. Agarre mi pluma y un cuaderno, y me decidí a escribir todas las preguntas que se me ocurrieran, empezando por un poco de historia del lugar y acabando con la descripción de mi extraño amigo, tal vez alguien más lo ha visto, tal vez tiene otra amiga que no sea yo.
Durante 30 minutos estuve caminando a las orillas del bosque hasta que me encontré con un pueblo, bueno, un lugar poblado. Había 10 cabañas formadas en hilera, algunas muy bien cuidadas y otras abandonadas creo yo. Cabaña tras cabaña fui tocando la puerta y no hubo ni una respuesta, hasta que llegue a la cabaña 6. Toque tres veces y espere, me concentré en el sentido de el oído y escuche una canción, música country, salía de un radio porque se escuchaba muy entrecortado, mientras que me iba hundiendo en mis pensamientos una mujer con pelo negro y ojos oscuros abrió la puerta.
-¿Quien eres?-dijo la señora mientras que me observaba con curiosidad.
-Soy Sara, quería hacerle unas preguntas acerca de el lugar, es que soy nueva aquí.-dije tratando de ser lo más amable posible, porque, en el fondo, la mujer me hacia sentir intimidada.
-Mhh- dijo ella cruzando sus brazos y meneando su cabeza-, esta bien pero no mucho tiempo- abrió la puerta completamente y vi una sala vieja y maltratada y un tapiz muy viejo- entra.
-Muchas gracias-sonreí de lado y me dirigió a su sala, lo tengo que admitir, el lugar es tétrico. -Bueno, empecemos. ¿Desde cuándo vive aquí?-dije concentrándome en las preguntas, espero y sea mucho tiempo para poder obtener más información.
-Desde mi niñez, crecí con mi madre y mi hermano...-dijo con la mirada concentrada en una puerta.
-¿Hay personas aparte de usted viviendo aquí?- dije cruzando la pierna.
-No, se fueron por miedosos- dijo con voz entrecortada.
-¿Miedo? ¿Porqué?- en el momento que dije eso creí escuchar algo que provenía de la puerta en donde miraba la mujer.
-El bosque, cosas extrañas algunas veces pasan, no son más que lobos, o cualquier animal, sigo diciéndolo: se fueron por miedosos-dijo con mucha seguridad.
-Oh, comprendo-volvió a escucharse el sonido en la puerta , pero ya no era un sonido normal que puede ocasionar el aire, era como si alguien...¿tocara la puerta?, retome mi compostura y seguí con las preguntas-¿Sabe acerca de el asesino que se encuentra suelto por estos lugares?
-Claro que lo se, hubo un asesinato cerca de aquí, en los bosques, creo, pobre Matt...era buen hombre- dijo con una sonrisa malvada.
Cuándo vi su malvada sonrisa, mi instinto me dijo que escapara de allí, esa mujer es mala, ¿quien sonreiría con la muerte de un conocido?, voltee lentamente la cabeza y me fije en la puerta, tocaron por segunda vez y movieron con dinamismo la perilla, no se cuanto tiempo pasó pero la puerta se abrió y de ella salió un hombre, cabello alborotado, ojos maniáticos y preocupación extrema. Se acerco a toda prisa a mi, retrocedí y rápidamente me acerque a la puerta, en el momento en el que trate de abrir la puerta me temblaban las manos y no podía, estaba muy fuerte la perilla, cuando al fin la pude abrir el hombre me tomo de los hombros y me hizo voltearme a el, sus ojos, tan negros me miraron y empezó a jalonearme mientras gritaba.
-¡EL TE QUIERE PARA EL! ¡NO DEJARA QUE ESCAPES! ¡EL HOMBRE DELGADO NUNCA TE DEJARA! ¡ERES SU COMIDA, SU PRESA!- se río y luego puso una cara maniática- ¿O será que tu eres....?- me miro con más detenimiento y se acercó más a mi, paso su mano por mi frente y la toco con delicadeza, la examino y luego brinco, sonrió, me empujo y caí-perdone a este loco "Elegida", pronto seremos amigos- volteo su cabeza hacia la izquierda y se empezó a reír. La mujer estaba helada, no movía ni un centímetro de su cuerpo, luego agarro al hombre de el brazo y le dio una cachetada, empezó a gritarle a este y luego se dio cuenta de que...yo seguía ahí, soltó y pateo al hombre y se dirigió a mi, rápidamente salí de la cabaña y me dispuse a correr lo más rápido que pude, mientras que me alejaba pude distinguir por un momento ver que en la ventana de esa cabaña, el hombre, amablemente agitaba su mano despidiéndose de mi.

Una trampa al monstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora