Tan cerca...

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El aire frío golpeaba mi rostro al cruzar la acera que me conducía al bar donde me habían informado que WinWin iba con frecuencia durante estos últimos meses. Debo admitir que la culpa no me dejó dormir por varias semanas, pensar en que yo fuí pieza clave en desenmascarar al japonés no me hacía sentir a gusto. No del todo.

La incomodidad, como otras veces, se alojó en mi pecho haciendo pesada mi respiración. —Lo siento mucho, pero era necesario.— recuerdo que al día siguiente del plan SiCheng no volvió a la oficina; no me extrañó demasiado porque sabía la razón detrás de aquella ausencia, pero todo cambió cuando HaeChan llamó para tomarse el día libre debido a la intervención médica de emergencia que su compañero chino había tenido.

Bueno, ya estaba hecho ... Lo que cuenta es que SiCheng estaba vivo ¿verdad? Sí, eso es lo único que me interesa.

Llegué al lugar, nada fuera de lo normal. Caminé entre los cuerpos sudorosos y sedientos de placeres mundanos buscando un espacio limpio y despejado donde poder sentarme y tomar un trago. Al divisar un pequeño rincón alejado y oscuro pude reconocer un hermoso perfil, las luces cambiaban de color al minuto causándome un leve vértigo; caminé hacia aquel muchacho.

No pregunten como llegué hasta este lugar, el motivo lo valía y no me importaba qué tendría que hacer para lograr mi objetivo. Era bueno tener algunos contactos en China, y por supuesto, ser mejor amigo del jefe de la compañía. Empujé el cuerpo de una muchacha que lindamente me ofreció sus servicios— Lo siento, no estoy interesado.— amablemente negé sus servicios y continué el camino hasta tomar asiento al lado de ese muchacho, el joven que me robaba el sueño.

—Está ocupado.

Parecía salir de su mundo hasta entonces, me miró, sonrió y negó levemente con su cabeza. Se veía triste, y sus ojos brillaban bajo los efectos de luces; no podía reconocer si quería llorar o era simple impresión mía. Suspiró.

—¿Estás esperando a alguien... o algo?—arrastré las palabras, hablar con él era como si le hablara a todo y a la vez nada. No prestaba atención, pero no me quejaba, conque el aceptase estar cerca de mí no había problema.

Suspiró en nueva cuenta e inhaló un extraño cigarro, me miró otra vez y sonrió para mí; esa hermosa sonrisa— A estás alturas de mi vida, no espero nada ni a nadie.— mediante el movimiento de sus labios brotaba el resto de humo, parecía ver a un adolescente fumando por primera vez —qué te trae por aquí TaeIl, te dieron vacaciones por adelantado— preguntó, enfocando toda su atención en mi persona. Algo que muy pocas veces sucedía.

—Mmm... Podríamos decir que sí; aunque sigo teniendo trabajo pendiente. Sabes que Lee-

—Al diablo Lee, es un explorador; deberías dejarlo e incursionar tu mismo en la industria de la moda.— sabía que SiCheng no se llevaba del todo bien con nuestro jefe, aún se me hacía extraño que ambos jóvenes tuvieran tanta tirria entre ellos. Bueno, problema de ellos.

—No todos tenemos tanta confianza como tú y tus diseños. El que debería incursionar en la moda... debería ser otro.— burlón toqué esa pequeña nariz con la punta de mi dedo índice, su piel estaba tibia.

El menor retrocedió a mi tacto, no le gustaba que lo toquen sin su consentimiento. Me reprendí a mí mismo por mi desesperación, quizás ahora SiCheng me trataría de alejar; como otras tantas veces. —Oye, quieres...— lo pensó un rato, sus pequeños labios rosados se relamieron, prosiguió— ¿quieres tomar algo?— su voz aguda se hizo notar. Estaba nervioso, pero no era el único.

—Sí, — llamé la atención del mesero y este me atendió amablemente.

No hablamos más, el estaba otra vez perdido en su mundo y yo estaba perdido en su belleza; —desde cuanto estaba enamorado de SiCheng— me reproché internamente, cómo si no lo supiera ya. Sonreí, otra vez el menor aspiró del extraño cigarro por unos minutos y luego abrió los labios dejando escapar humo espeso y blanco; —seguía siendo tan hermoso que cuando YuTa me lo presentó— entonces la sensación horrible de culpa me atrapó, suponía que se debía no solo a que casi provoco la muerte de mi amado SiCheng de manera indirecta, sino que, a pesar de saber que YuTa estaba tan enamorado, en ese entonces del chino, quería quitárselo, quería robarle el amor del bello joven de ojos inocentes.

La sonrisa sarcástica  de YuTa volvió a  mí — ¿Crees que alguien como tú, tiene oportunidad con SiCheng?— me empujó contra la pared;— eres feo y muy poca  cosa para él. Deja de hacerte ilusiones.— un puñetazo fue dirigido  a mi estómago logrando que escupa sangre— Recuerda que tú solo eres el niño nerd encargado de hacerme los trabajos; no tienes permitido en fijarte siquiera una hebra del cabello de mi novio.— escupió mientras me tiró con rudeza al frío suelo.— Aléjate de SiCheng, es mío— me dio unas palmadas en el rostro y luego se fué, dejándome solo en un callejón oscuro.

Quien iba a pensar que nos volveríamos a encontrar, el destino quería que recuperara lo que ví primero. Porque yo lo merecía más que el japonés, yo sí lo quize desde el principio, no solo lo usaba por capricho. En realidad yo estaba enamorado desde el principio del chino; pero todo volvería a su lugar. Yo, Moon TaeIl, lograría robar el corazón del chino más bonito que mis ojos habían visto.

—Tae... Tae,— el menor colocó su mano en mi rostro llamando mi atención— ¿te pasa algo?— sus pequeños ojos me observaron intensamente por varios segundos— ¿Tae Il estás bien?

—Oh vaya, no me pasa nada. Creo que las luces me marean un poco.

—Enserio, — incrédulo levantó una ceja,— parecías más ido en tus pensamientos.— tomó de su bebida roja. —¿Quieres bailar?

—Sí,— sin dudarlo me levanté de mi asiento y estiré mis manos,—¿quieres bailar conmigo?— le pregunté, a lo cual él no dudó en seguirme a la pista de baile.

No sabía qué rayos estaba haciendo al moverme de un lado a otro sin tener coordinación; pero el hecho de tener a SiCheng tan cerca de mi cuerpo me alegraba y hacia olvidarme del ridículo seguro que estaba ganando con mis pasados pasos de baile. El chino colocó sus brazos sobre mis hombros cuando la canción se volvió lenta. — Es muy malo moviéndose TaeIl— me reprochó con una pequeña sonrisa, — acaso la edad está pasándole factura al Sr.Moon— preguntó, haciéndome fastidiar, solo nos llevamos por unos cuantos años.

—Hey, que sea mayor que tú por tres años no significa que sea un anciano. — susurré muy cerca de su oreja,  logrando hacerle cosquillas hasta causarle algunas risas— Puedo moverme como todo un quinceañero.— inflé el pecho de un orgullo inexistente, el chino solo negó con la cabeza y recostó esta misma en mi pecho— puedo mostrarte mis movimientos no solo bailando.— quize que la Tierra me tragara y me escupiera en otra parte del mundo.

—Oh sí,— el menor levantó el rostro dejando expuesto sus labios a los míos— el señor puede mostrarme sus habilidades.— acarició mis labios sutilmente al pronunciar aquellas frases; puedo jurar que desde entonces sus pasos y los míos coordinaron en un camino hacia el segundo piso directo a la gloria.

Dejó de caer el cigarro cuando éste se consumió totalmente, entre besos me llevó de la mano afuera del lugar donde el frío nos hizo encogernos. Sus perfectas facciones fueron iluminadas por la luna llena que bañaba con su  luz el lugar. El calor de mi cuerpo se extendió al primer contacto de sus labios con los mios, su boca y la mia jugaron por unos minutos más hasta que el  oxígeno abandonó nuestros pulmones. —¿Quieres subir?— el chino me sonrió como solo él puede hacerlo, asentí.



Continuará...



Holi :3 ahora saben quien dejó aquellas marcas a WinWin. Bueno, ya saben que deben votar y comentar porque eso  me ayuda a saber si les gusta o no la historia. Bay 😘

Only ONE (YuWin) TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora