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Al día siguiente Namjoon despertó de un humor excelente.
Su madre se dio cuenta enseguida, puesto que su hijo fue sonriente al desayuno a pesar de tener que ir a la pastelería a ayudar a su madre. Siempre que le tocaba ayudar en el negocio su hijo no se paraba por sí solo y hacía berrinches como un pequeño para no ir.
Hoy no fue el caso, su hijo se sentó y comió el desayuno felizmente, terminó pronto y lavó los trastes mientras tarareaba una canción.
-¿Qué te tiene tan feliz hijo?-Preguntó su madre mirándolo con curiosidad.
Namjoon sonrió un poco y fijó la vista en sus manos.
-No es nada-Respondió, pero las dulces feromonas que desprendía decían lo contrario.
Su madre sonrió.
-Esta bien si no quieres contarme, Nammie. Pero me alegra verte tan feliz, hace mucho que no te veía tan de buen humor.
El omega simplemente se encogió de hombros y dio media vuelta para ver a su madre.
-Es hora de irnos-Le recordó-Iré por mi chamarra-Avisó y se fue enseguida, sin darle tiempo a su madre de decir ninguna otra cosa.
La omega solo miró a su hijo irse y a pesar de no saber la razón, realmente estaba feliz por su hijo, esperaba verlo igual de feliz en los siguientes días.
Tal vez su sueño se cumpla.
Una hora después, Namjoon. Checaba el inventario con la despensa para estar seguro de que nada faltará para las rondas de pasteles de hoy.
A poco tiempo de concluir su tarea, su madre interrumpió en la puerta de la pequeña bodega adyacente a la cocina con unos suaves toques a la madera para llamar la atención de su hijo.
Namjoon volteó a verla con una sonrisa.
-Nam, te buscan-Avisó su madre.
Detrás de ella, se asomó una cara muy conocida para Namjoon, se trataba de su mejor amigo de toda la vida, Jin. Un omega en esencia, todo a lo contrario a Namjoon, Jin había nacido para ser el ejemplo de omega perfecto. Extrañamente se llevó muy bien con Namjoon aunque sus gustos e intereses fueran todo lo contrario.
-Hola pequeño intento de alfa-Saludó su amigo burlonamente.
Namjoon bufó divertido.
-¿Qué haces aquí?-Preguntó-¿Acaso ya te aburrió la vida de casado?
Jin rodó los ojos.
-Claro que no, bobo-Respondió rodando los ojos-Yo quería venir a visitarte y tú me tratas muy mal-Chilló Jin dramáticamente.
-Bien, los dejare solos-Si madre volteó a ver a Jin-Por favor, ayúdalo a hacer la mezcla de bizcocho, Jin. Necesito atender el mostrador, pero si no meto pronto otra tanda de mezcla, no tendré bizcochos para los pedidos.
