30 - Preocupación

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Sssserpientes...

Kyungsoo estaba soñando con ellas, se deslizaban serpenteantes escupiendo mientras siseaban, fuertes y mordaces.

Se enredaron a su alrededor, atrapandolo con sus brillantes escamas y apretando hasta casi dejarlo son aliento, cualquier plan de escape inmediato se había disipado de su mente ya que sería imposible.

Intentó forcejear pero la constricción continuó, dejando sus brazos y piernas sin movimiento, aplastándolo con lentitud, sus huesos crujían mientras él se quejaba bajo esa gran fuerza.

Sin espacio para respirar no podía decir ni una palabra, ni siquiera pedir auxilio. Su vida escapaba con rapidez al igual que el aire de un globo cuando las tijeras le son enterradas y este sale por la abertura.

No podía respirar, moverse o hablar.

Su visión se nubló. Todo se degeneraba con lentitud a un estado de tristeza y oscuridad, el escenario a su alrededor se había vuelto más una mezcla de negros y grises.

Escuchó los siseos que se burlaban en sus oídos, pequeñas lenguas lamiendo insultos para él. Cascabeles se agitaban frente a su rostro y la piel de las serpientes se hacía más brillante, parecía que su vida estaba terminando y las de ellas comenzando.

Y de pronto ya no estaban. Era libre y estaba corriendo sin rumbo alguno, las serpientes lo perseguían con sus colmillos brillando a la luz de la luna. Pronto se adentró en lo profundo de la neblina sin importarle a donde iba mientras se alejara de los reptiles que lo perseguían.

Podía escucharlas deslizarse tras de él, como sus cuerpos fríos se arrastraban por el asfalto mientras lo seguían. Podía escucharlas burlarse en ese lenguaje abstracto que no entendía y aun así sentirse herido.

Fue cuando desvió su mirada del camino frente a él para echar un vistazo, lanzando un grito al ver que las serpientes estaban muy cerca, demasiado cerca. De pronto se estampó contra algo al no prestar a tención al camino y volvió la mirada al frente.

Una figura se paró frente a él, ensombrecida por el ambiente. El único aspecto visible eran sus ojos, su forma le era familiar, pero el color...

Rojo, un rojo sangre.

Entonces, unos brazos lo envolvieron, fuertes y bien conocidos, se flexionaban al acercarlo al otro cuerpo. Dejó su cabeza caer sobre el hombro del otro mientras buscaba aire, y fue cuando aspiró esa fuerte fragancia, una de la que jamás se cansará.

"J-Jongin".

"Ya estoy aquí, cerebrito. Estás a salvo."

"P-pero... tus ojos..."

"Dije que estás a salvo. Solo créeme y cállate."

"Las s-serpientes..."

Se habían ido.

*~*~*~*

Al día siguiente el Sr. Do llevó a Kyungsoo a la escuela.

El camino consistió en cero conversaciones, el Sr. Do solo miraba hacia el frente y Kyungsoo hacia la ventana. Ambos estaban evitando contacto visual por el disgusto de verse uno a otro, además de que no consideraban que valiese la pena hablarse.

Era algo realmente triste, sus lazos familiares se estaban desgastando todo por su berrinche al llevar su romance con Jongin a otro extremo. Kyungsoo no podía recordar la última vez que estuvieron tan callados en el auto.

Cuando dieron vuelta en la cuadra de la escuela y el Sr. Do se detuvo unos metros antes de la entrada, Kyungsoo percibió el olor a cigarro del que su padre había encendido y solo apartó la mirada.

The Demon Next Door (Mi vecino es un demonio) - KAISOO TRAD. ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora