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KAROL

Ese mismo día, después de la entrevista Ruggero me  llevo hasta mi casa. En todo el transcurso del camino no dijo ni una sola palabra, yo tampoco tenía interés de hablar con él. Me despedí con un beso en la mejilla y entre al departamento.

-¿Esteban? - Pregunté al no verlo - AMOR.

-¿Me buscabas? - Apareció detras de mí - Te extrañe mucho - Di medía vuelta y lo besé.

-Yo también - Sonreí - ¿Fuiste a la uni?

-Obvio, ya me queda poco para empezar a ejercer mi título como médico - Asenti y volví a besarlo - Te tengo una propuesta.

-¿Ah si? ¿y cuál sería tu propuesta? - Pregunté.

-Se que quizás no es el momento ni tampoco el lugar - Colocó su mano sobre mis mejillas - Pero yo estoy seguro que eres la persona con la cuál quiero pasar toda mi vida...

-Yo igual amor, pero ¿Pasa algo? - Me miró.

-¿Vos te casarias conmigo?.

Toda mi vida había esperado que me propusiera eso, incluso soñaba con el momento en que lo haga. Pero en este momento no estaba 100% segura, lo peor es que era una sensación espantosa de no saber que decir.

-Mmm - Me tilde y no supe que decir.

-¿Pasa algo amor? ¿No te querés casar conmigo? - La sonrisa que tenía en su rostro se borro en ese instante.

-No es eso, solo que no me parece el momento - Sus manos salieron de mi rostro y se fueron hasta sus bolsillos.

-No pongas excusas, ¿Que pasa Karol? Desde siempre me has dicho que te encantaría casarte conmigo - Hizo una pausa - ¿Ahora no quieres?

-Yo te amo, no dudes de eso jamás - Lo abracé - Solo que creo que no es el momento, somos muy jóvenes. Tu tienes 26 años y yo 24, ¿No pensas que es muy pronto?

-Si yo no estuviera seguro de lo que siento vos, no me casaría en este momento - Sus ojos se cristalizaron - Pero yo te amo y no tengo dudas de eso, pero veo que tu si - No dijo nada más y salió del apartamento muy rápido.

-Esteban - Solté pero él ya se había ido.

Quizás Esteban tenía razón, capaz inconscientemente no estaba segura del amor que sentía por él.

Me senté sobre la silla, encendí la tele, para colmo estaban pasando una canción de Ruggero. De inmediato me acorde de aquél beso, ese beso que aún que intente miles de veces jamás lo pude sacar de mi. ¿Que me pasaba con Ruggero? Debería odiarlo por sus actitudes de creerse el mejor del mundo, pero sin embargo me pasaba algo tan extraño cuando estaba con el.

Lo pensaba todo el tiempo, el tiempo que estaba con él se estaba volviendo mi momento favorito en el día.

RUGGERO

Esa tarde fui por Ian al hospital, era sábado así que hoy le tocaba quedarse conmigo. Llegué  a mi casa, la prensa estaba rodeando toda mi manzana, así que tuve que entrar demasiado rápido hasta mi garage.

Una vez adentro de la casa, senté  a Ian en el suelo para que pueda jugar. La prensa seguía afuera, pero yo no tenía pensado salir a dar ninguna nota.

-El día en el que eligas que quieres ser cuándo seas grande procura ser algo que no tenga que ver la fama - Ian me miro - Creeme que me lo vas agradecer.

-Pa...pa...pa - Soltó Ian mientras estaba concentrado con sus juguetes - Papá.

-¿Que dijiste? - Me miró pero no respondió nada más - No lo puedo creer - Lo tomé en brazos - Me dijiste papá.

Lo abracé fuerte, jamás imaginé que una palabra tan sencilla y corta podría hacerme sentir lo que estaba sintiendo en ese momento.

-Eres lo más maravilloso que me paso en el mundo - Lo bese en la mejilla - Ian.

Intente que lo volviera a decir pero lo único que hizo fue llorar, así que lo deje en el suelo.

Después de haber jugado con el un buen rato logre que se durmiera. Lo cargue en brazos y lo acoste en su cuna, si, en este último tiempo había mandado hacer una habitación para él.

Mi teléfono comenzo a sonar. Atendi de inmediato para que esta no hiciera mucho ruido.

-Hola...- Mire el número, era mi mamá - Hola ma - Dije nervioso. En todo este tiempo no se me había pasado por la cabeza contarle nada sobre Ian.

-Hola hijito - Escuché su voz emocionada - No puedo creer lo que nos hiciste, tenes un hijo y ni siquiera nosotros que eramos sus abuelos lo sabiamos.

-¿Te enteraste? - Pregunté apenado.

-Obvio hijo, la noticia recorrio todo el mundo.

-¿Estas molesta?

-Un poco, me hubiera gustado enterarme por ti y no por una entrevista en la tele.

-Perdón ma, te juro que muy pocas personas lo sabían - Escuché su risa.

-Con tu papá te tenemos una sorpresa - Hizo una pausa - En unas horas estaremos por Argentina, tomamos la decisión de terminar nuestras vacaciones, y más ahora que tenemos un nieto.

-Ah que bueno - Me había sorprendido su reacción. Yo creí que mis padres iban a matarme.

-Y no solo eso, también va con nosotros Brenda, tu prima quiere pasar una temporada en Buenos Aires - Asenti - Ahora te tengo que dejar porque tengo que alistarme, pero nos vemos mañana hijo.

-Okey, bye ma - La llamada se corto.

No me imaginaba para nada la reacción de mis padres, pero por un lado era bueno que se hubieran enterado por la tele. Me había ahorrado el reto de mi papá.

(...)

Ian estaba terminando de terminar su leche, se había despertado a las 8 de la mañana y yo obviamente me tuve que levantar por él. El estába en su sillita cuándo el timbre de mi casa comenzo a sonar, tome a mi hijo en brazos y fui directo abrir la puerta.

-Ruggero - Solto Brenda al verme - No sabes las ganas que tenía de verte bebé - Besó mi mejilla y me abrazo fuerte, en realidad nos abrazo porque Ian estaba en mis brazos.

-Hola Bren ¿Y mis papás? - Apuntó el auto. Ellos estaban bajando las valijas junto con el personal.

-Oye que lindo tu bebé ¿Como es que se llama? - Hablaba demasido.

-Ian, y si es muy lindo - Asintió.

-Lo lindo de seguro lo saco a su papá - Asenti.

Brenda en realidad no era mi prima de sangre, el marido de mi tía tenía una hija y cuando estos se casaron decidieron criar a Brenda como propia ya que su madre biológica habia muerto.

-Ruggero - Deje a Ian en el suelo y abracé  a mi mamá - Estas enorme hijo.

-Ma, nos vimos hace un par de meses - Le dije.

-Si, pero te extrañé mucho - Volvió abrazarme - Le trajimos muchos regalos a Ian.

Apenas lo vio lo subió en brazos, Ian la miraba con miedo pero por suerte no lloraba nada.

-Hola bebé - Mi mamá lo llenaba de besos.

-Que sorpresa Ruggero, de un día para otro tengo un nieto - Dijo mi papá - Felicidades - Se acerco y me dio un abrazo.

Ahora llegaba el momento en el cuál seguro mi papá me iba a reclamar...




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