Capítulo 3: Inicio del entrenamiento - Piccolo

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Neón Génesis Evangelion y Dragon Ball Z no me pertenecen, son series geniales que pertenecen a Hideaki Anno y Akira Toriyama respectivamente. Solo escribo esta historia por placer y no obtengo ganancias por ello.


Ya habían pasado 2 semanas desde que Shinji Ikari vivía en la Corporación Capsula, cada día iba conociendo más a las personas que serían sus futuros maestros, pues ellos llegaban a menudo a visitarlo. Inclusive Piccolo ya sentía cierta empatía por el niño, aunque hubo un par de veces en que el niño lo sacó de sus casillas al bombardearlo con preguntas como: ¿por qué es verde?, ¿cuál es su planeta natal?, ¿Dende es su hijo? y otras por el estilo.

Había forjado una gran amistad con Trunks, Goten y Marron, quienes solían llegar a jugar con él. Todos se habían dado cuenta de un aspecto de Shinji: su perpetua timidez, aunque también habían llegado a una conclusión buena: tomaba confianza en un tiempo lento aunque seguro y forjaba lazos fuertes. A 2 días de empezar su entrenamiento, ya era muy tarde, Trunks se encontraba durmiendo plácidamente, Shinji por su parte... no tanto:

- Mamá... papá...-gemía Shinji, quien volvía a tener la misma pesadilla que lo perseguía desde la muerte de su madre. Veía a su madre morir... una y otra vez, además de ver a su padre abandonarlo... una y otra vez; hasta que ya no pudo más.

- ¡Ah!-se despertó de golpe Shinji, estaba llorando, temblando y sudando frío. Mientras tanto veía que una silueta lo estaba observando- ¿Uh?, Sr. Vegeta, lamento haberlo despertado-se disculpaba Shinji nerviosamente, no había tratado casi nada con Vegeta, cuya faceta seria no daba conversación alguna.

- ¿Sigues teniendo pesadillas insecto?-preguntaba Vegeta con suma seriedad-si señor, discúlpeme-decía Shinji arrepentido.

-Levántate y sígueme-decía Vegeta quien se dispuso a salir, dejando a Shinji tragando saliva-"creo me matará por haberlo despertado"-pensaba Shinji nerviosamente, se bajó de la cama y se limpió la cara, aunque al salir a la luz de las instalaciones se dio cuenta que Vegeta no estaba durmiendo, sino entrenando.

Vegeta salió de las instalaciones y se detuvo enfrente de su cápsula a ver el cielo estrellado, Shinji sin saber el porqué lo había llamado mejor lo imitó, se sorprendió por la belleza del cielo. Por un rato nadie dijo nada hasta que habló Vegeta:

- ¿Qué es lo que ves en tu pesadilla?-preguntó Vegeta sin voltearlo a ver-eh... pues sólo veo a mi madre morir y a mi padre dejarme abandonado. Esas escenas... se repiten una... y otra vez-respondía Shinji con una mirada de tristeza.

- ¿Es la misma que has tenido las demás veces?-preguntaba Vegeta-si señor, ¿cómo sabe que he tenido más?-preguntaba Shinji algo incrédulo.

-Es porque siempre que termino de entrenar en las noches, paso enfrente de la habitación y te he escuchado llorar y lamentarte por lo que pasó-decía Vegeta.

-Escucha insecto... deja de llorar y lamentarte por lo te ha sucedido, es cierto ¿te dolió mucho ver morir a tu madre no?, lloraste y sufriste por ella, pero ya has derramado suficientes lágrimas, deja ese mal recuerdo atrás, supéralo, y si quieres hacer algo por ella...-se detuvo Vegeta y voltea a ver a Shinji a los ojos- deja de lastimarte a ti mismo y sigue adelante, a tu madre no le gustaría verte así, debes ser fuerte y afrontar al mundo y la realidad-terminaba Vegeta, dejando a Shinji algo meditabundo con lo que decía, aunque agradeció las palabras de Vegeta, pues éste tenía razón.

-Y tu padre... es un insecto estúpido, ¡y no me reclames porque te aplastaré! -decía Vegeta al ver como Shinji empezaba a fruncir el ceño-déjame terminar, si él te hubiera valorado no te hubiera abandonado, además pienso que lo que el planeaba hacerte era que crecieras como un bebé llorón y cobarde que su único propósito fuera el ser aprobado por él mismo, ¡pero eso no va a suceder! Shinji... tú eres humilde y te preocupas por los demás, pero... todo tiene un límite, tampoco te dejes pisotear por los demás-concluía Vegeta con una sonrisa a su estilo, haciendo que Shinji reflexionara y a la vez molestándose por las acciones de su padre.

Crónicas de un SaiyajinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora