Escuchó una voz que erizó su piel desde la oreja hasta el brazo.
—Pero si es ¡Harry Potter! —el sombrero comenzó a apretar sus ojos en busca de mayor profundidad—. Tal vez, ¿Slytherin?
Harry se tensó.
—Pero si quedo ahí lo arrebataré y creerá que podemos ser más cercanos o algo así —se advirtió más a sí mismo que a el sombrero, percatándose de la mirada esperanzadora de Draco por que hubiera un lugar en Slytherin para Harry.
—Ya veo... Un compromiso no deseado. Persistente en tus desiciones debes ser. ¡Gryffindor! —Harry no esperaba que el sombrero escuchase sus pensamientos, aturdido se dirigió a su mesa.Y así fue como terminó por sentarse en Gryffindor, recibiendo vítores enardecidos, siendo admirado por el rubio con un poco de recelo desde Slytherin. Una vez en la habitación de descanso, sus uniformes y camas fueron asignadas, más optativo que al azar, él eligió una junto a Hermione, así, el día de sorteo culminó Y el día siguiente transcurrió. Como acordó, llegado el medio día, se dirigió al patio de la torre del reloj, como le habían dicho que se llamaba, claro, no sin antes perderse. Junto a la fuente, Draco ya lo esperaba, tras reconocerlo, él sacó del bolsillo de su pantalón un estuche negro circular, de un tamaño irregular, "es tu regalo". Agradeció emocionado, quitó el moño rojo que lo decoraba, para apreciar dentro una gargantilla plateada.
—Una serpiente, está tan bien detallada... creo que ahora me recordará a ti, aunque da un poco de miedo.
—Cuando la vi en aquella tienda, al inicio no tenía idea de que regalarte, pero me imaginé que te gustaría porque es de plata —recordó el rubio como a Harry le atraían las cosas resplandecientes, se rascó la nuca nerviosamente—. También que se te vería bien.
—Gracias Draco —Harry resguardó el collar en su estuche, agachando la cabeza al propósito, en un intento de cubrir su vergüenza ante esa última frase—. Felicidades por quedar en Slytherin, mi padre me contó que tenían una sala común más interesante que la de Gryffindor.
—Así es, de vez en cuando el kraken aparece, aunque después de todo Gryffindor debe tener una buena vista desde la torre, podrás ver el campo de quidditch mientras haces lo que sea.
Al anochecer, algunas gryffindor en el piso, no muy lejos de Harry, se quedaron minutos charlando de piernas cruzadas, sobre algunos intereses por menores de sus impresiones y sentimientos, liando de plano hermandad entre la casa.
—Eres un gestate luminos ¿no? —Una de las chicas se le dirigió directamente, a pesar de estar en su cama.
—Podrán apreciar, no estaría aquí si no fuera así —dio la vuelta para comunicarles y sonrió a la revuelta de 7 chicas, desenfadado por que no lo dejaran dormir.
—Yo no lo sabía —La chica del cabello revoltoso que conoció en el tren estaba tratando de ser más social.
—Claro, olvidé decírtelo, pero me imagino que ya sabrás sobre eso.
—Bueno... eres el único chico que comparte habitación con las chicas. En Gryffindor —añadió—. Me parece asombroso que existan magos como tú, además de las diferentes razas de las que cuáles todavía ni siquiera sé que existen.
Las chicas comenzaron a inducirlo en su charla de a poco, haciendo preguntas para aquellas dos que eran hijos de muggles, así la dinámica hasta que llegó el momento donde no quedaba más opción que dormir. Ahora Harry adormilaba sobre el colchón de su nueva cama, pensando en el buen día que tuvo.
El tercer día comenzó con su materia favorita hasta el momento, Artes Oscuras, era impartida por su tío Remus, un hombre común que mantenía la condición de lobo oculta, Harry era de las pocas personas que lo sabían en Hogwarts. Entre eso, pudo acercarse de la manera correcta a sus amigos, Ron y Hermione, eran más alegres que él mismo y por eso no los pudo evitar. El que los tres fueran sorteados en Gryffindor no debió ser casualidad, aunque recordando el momento de su elección, se preguntaba si merecía estar en Gryffindor tras haber manipulado un poco sus opciones, pero le sorprendió que el sombrero le dejara hacerlo, creyendo que quizá sintió lástima por su supuesta disyuntiva matrimonial, la cuál se inclinaba más a un Sí acepto por obligación, que a un No acepto lleno de honestidad. Se resignó, nunca lo sabría de todas formas.
La primera de Pociones fue la clase más extraña que pudo recibir en su vida, Snape puso empeño en dejar muy claro que su materia debía estar en prioridad por sobre las otras, aún si hubiera más importantes. El ambiente a su alrededor era de lo más incómodo, gracias a la crueldad con la que Snape lo apuntaba cada que se acordaba de lo desagradable que le era su existencia, lo exponía ante sus compañeros y era especialmente comparado con Draco. El rubio no pronunciaba nada ante esto, mucho menos intentaba relacionarse con Harry, era más insulso con él y nunca volteó a ese lado del aula a pesar de haberlo hecho al resto. Ahora que pensaba sobre esa clase, se sentía colmado, tan solo en el tercer día, podría incluso admitirse apartado por Draco, no le quería dar el gusto de que supiera sobre sus sentimientos de rechazo y esperaba tratarlo de la misma forma en que él lo hizo, «Malditas serpientes ruin», pensó por un momento.
Al día siguiente despertó algo tarde, no fue el único, Hermione engrandecía el charco de baba en su almohada, al verla tan pacífica, decidió no despertarla severamente. Se terminaba de colocar la camiseta con apuro, en lo que pensaba en que quizá algunos pocos de sus compañeros le tenían un sentimiento de antipatía por ser "Harry Potter", tanto como en el colegio previo para magos, al que ingresan los mestizos y sangre pura por el motivo de saber algo antes de entrar a Hogwarts. Pero era mejor hacerse creer que en tan poco tiempo sus compañeros no le tenían la suficiente confianza como para cuidar de él, esperaba que así fuera. El mismo número de personas que lo amaba, lo odiaba.
—Probablemente nos ignoraron al propósito, yo lo creo, debieron ser por lo menos 2 chicas —frustrada, agachó su mano para estirar la calceta, mientras caminaba con los libros en un brazo—. Lo siento Harry, anoche no dormí muy bien, estaba pensando en cómo serán las clases de hoy y en si Snape me dejará participar pronto, no sé cómo lo estén sobrellevando mis padres en casa, aún me sorprende la diversidad de artes mágicas que existen y cómo el mundo no mágico nunca se ha percatado. Pero esto no volverá a pasar Harry, en un muy buen tiempo, por mi bien y por el tuyo.
—Creo que te estás preocupando por muchas cosas, el mundo mágico es mucho más simple que el no mágico, he visto como es la vida de los no magos y siempre están ocupados, tienen muchas responsabilidades. Pero ya no te debes preocupar tanto, necesitas dormir, para despertarme cada mañana y no llegar tarde —Harry rió ante su propia broma, sacando una sonrisa a su amiga—. Espera... ¿Qué clase nos tocaba a primera hora?
—Espero que no sea Snape o perderemos la clase y unos 300 puntos —Metió la mano entre sus cuadernos, con el fin de hallar la libreta en la que había guardado su horario, sin dejar de caminar rápidamente.
—Creo que es Herbología, Hermione.
—Dime Herms, mi nombre es muy largo, además así me dicen mis padres. ¡Aquí está! «mmm...» Herbología, nunca nos hemos presentado en esa clase y llegamos tarde...
La profesora Sprout les permitió entrar, para su fortunio era muy amable y comprensiva. El resto de la clase la trabajaron en equipos de tres, enseguida coincidieron en juntarse con Ron. Después debían realizar un hechizo no difícil pero sí muy peligroso, apuntando a una pared de piedra para no incendiar alguna otra cosa, esto según para defenderse de la tentácula venenosa por si llegaba a atacarlos.
El horario de clases había terminado, tras dos meses. Iban a su sala respectiva en esos momentos, parloteando sobre cómo Seamus Finnigan hizo explotar un farol que casi golpea a la profesora Mcgonagall, justo doblaron en un pasillo cuando vio a Malfoy concentrado en un pergamino, logró apreciar con dificultad el codo de su amigo llamándole la atención, Malfoy levantó la cabeza abrupto y al instante le deseó buenas noches, Harry devolvió el saludo sin pensar para continuamente arrepentirse, se supone que lo debía ignorar, de todas formas ¿Qué fue eso? ¿Su amigo le golpeó una costilla para que lo saludara?
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Gestión En Brete
FanfictionHarry nació y creció con una familia, una singularidad, y por supuesto una fama ilícita, todas ellas condenadas a una profecía de naturaleza desconocida. Sus padres, James Potter y Lily Evans, temían de dicha profecía, pues su recién nacido sucesor...