La dramática pelea entre Malfoy y Harry hizo que cambiaran algunas cosas, ahora el trío de oro estaba más unido que nunca y Harry y Draco ni siquiera podían verse en una foto, lo cierto es que no estaban felices con ello, la extraña amistad que solían tener, ahora se había ido por la borda desde aquel horrendo conflicto hace cuatro meses y medio.
—Harry, es que al fin lo logré, te he llamado porque es algo que te pondrá feliz —la sonrisa de Hermione se abría sin timidez.
—Eso espero porque en serio tenemos que volver a clase —agregó, apresurando a la castaña.
—Sé cómo romper el contrato, aquí lo tengo —sacó de entre sus cosas el papel que había estado guardando desde la mañana—. Solo un hechizo, un hechizo y se quebrará.
—¿Es en serio? Qué estás esperando, rómpelo ya, he estado ignorando el hecho de que mis padres esperan que se los devuelva, quiero decir, confían en mí y yo les tomaré el pelo sin dudar, es mejor hacerlo ya... —Harry regresó a sus días de inquietud con tan solo una frase, se rascó la comenzó del cuello en señal de excitación.
—Bien... voy a disfrutar cada momento... —sacó su varita y apuntó al documento sobre la mesa—. !Deletrius!
El sonido de una pequeña explosión dió lugar, Hermione y Harry vigilaron a todos lados, esperando que nadie hubiera escuchado. Finalmente miraron la mancha sobre la mesa en la que antiguamente estaba la hoja. Ya no estaba, se había esfumado y los amigos se dirigieron silenciosamente.
—¿Qué le pasó? —se acercó con pasos lentos.
—Creo que explotó, eso creo —dijo mirando la mesa vacía—. Sinceramente no sabía muy bien lo que iba a pasar, este hechizo es muy misterioso y sus utilidades son variadas.
—¿Entonces cómo sabías que iba a funcionar? —su amiga lo había sorprendido una vez más—. Lo arrojamos al fuego y no le pasó nada, utilizamos todo tipo de hechizos... cielos.
—Un libro de hechizos poco conocidos puede servir mucho, relatos sobre diversas situaciones utilizando el hechizo me hizo creer que serviría, de una u otra forma.
—Genial, ahora solo queda esperar a lo que harán mis padres, ¿Por qué no me matas ahora? —su estómago se revolvió ante su propio veneno sarcástico, debería estar feliz pero no podía.
—Está bien Harry, yo confío en ti y haré lo que me pidas —el rostro de Harry parecía tener un malestar, como si quisiera regurgitar, obviamente no lo haría, pero en todo caso, como acto de apoyo, su amiga lo abrazó sin permiso.
—Nunca lo habría logrado sin ti —se separó de ella y la miró sinceramente—. Yo te ayudaré con lo que sea que me pidas.
...
Sí, así es. Una nueva carta que avivó el desayuno de Harry llegó a la hora pico.
...
«“Amado Harry,
esta vez no serémos tan comprensivos, tu madre y yo hemos estado en el ministerio, por supuesto, arreglando asuntos después de lo que sucedió, los Malfoy están más airados que nosotros. Con todo esto esperábamos más de ti, de tu honradez y lo que te hemos enseñado, nos has decepcionado, creímos haber hecho lo correcto, pero no amas lo suficiente a tu familia. Nosotros sí te amamos fuertemente, por eso todo está resuelto nuevamente, no queremos que lo arruines otra vez y esperamos tu regreso con ansias ya que habrán planes de verano imprevistos. Adiós y buen viaje de vuelta.
Papá y mamá.”»
....
Hermione y Ron permanecieron atentos a la reacción de Harry, pues de esta dependería el tipo de contenido en la carta. No sonaba muy mal, pero nunca habría un perdón, sus amigos no sabían cómo eran sus padres, su madre, que solía ser cariñosa, ahora se escribía bastante seria. Harry solo continuó mirando a la misma dirección en que leía, calló un momento y cerró sus ojos, cuando los abrió, había una sombra rojiza en ellos, el pelinegro apretujo la hoja ante la presencia de sus amigos, procedió a restregar sus párpados y a seguir comiendo como lo haría cualquier otro día, a pesar de que su corazón bombeaba sangre como nunca antes, las palabras en la carta le habían sonado tan vívidas como dolorosas e intentaba aparentar. Sus amigos prefirieron abstenerse, al igual que él no hicieron ningún comentario.
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Gestión En Brete
FanfictionHarry nació y creció con una familia, una singularidad, y por supuesto una fama ilícita, todas ellas condenadas a una profecía de naturaleza desconocida. Sus padres, James Potter y Lily Evans, temían de dicha profecía, pues su recién nacido sucesor...