9. La Llegada De Un "Nuevo" Harry

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Año 3

‍‍‍‍‍‍‍‍‍‍‍‍‍‍‍‍‍La parada estaba llena nuevamente, con rostros nuevos y joviales, Alfio Black era uno de ellos, corrió hacia Harry cuando lo encontró, hace un año que no se veían y Harry le devolvió el abrazo cariñosamente también. Alfio ahora era un chico de once años y medio, su cabello se había vuelto de un café oscuro como el de su madre y su estatura tan alta como la de su padre a la misma edad, él y Harry habían crecido prácticamente juntos. Hablando de los Black, ellos estaban ahí, Sirius y su esposa esperando poder despedirse de su pequeño hijo y su sobrino adoptivo, al que le recordaban: 'cada día estaba más grande'.

Entraron al tren de la mano, en donde un vagón abierto le esperaba, los amigos de Draco se reían sin condolencia, junto a él o de él. A estos no se les había escapado Harry de la vista.

-Hola Harry -Parkinson enseguida le llamó desde su asiento, con el mismo tono de antes y todavía risueña-. Draco estaba esperándote.

El único rubio ahí se levantó rápido -No les hagas caso -y llevó a Harry por el pasillo, que a su vez iba jalándo al pequeño Alfio, mientras las suaves risas se apagaban.

Ron abrió por segunda vez su vagón, dispuesto a toparse con Harry o encontrarlo si hacía falta, Hermione y él esperaban por entregar su regalo de cumpleaños. Y así fue, Harry recorriendo el pasillo detrás de Malfoy y acompañado de un rostro nuevo, encontraron a Ron, quien los recibió, con ojos puestos sobre el castaño.

-Él es Alfio, somos como primos y acaba de entrar -respondió a la vez que cerraba la puerta-. Todos aprovechaban para acomodarse.

-Soy Ron Weasley -este apenas se había sentado desenvolvió el desayuno que no había alcanzado a comer.

-Yo Hermione. Pero puedes decirme Herms-el gato en su regazo removía la cabeza en torno a las caricias que le brindaban.

Todos lo habían recibido con una sonrisa, sin embargo Draco ya lo conocía, existían fiestas especiales que comúnmente celebraban los Malfoy y los invitados variaban dependiendo de la razón con la que era hecha dicha fiesta, en cambio jamás había visto a la familia de Harry en una. Se sentían forzados a no asustar al castaño, debido a que este apenas medía dos tercios de lo que todos allí, robándose la atención y siendo más tímido de lo usual.

Aunque era la primera vez de Draco conviviendo con Ron y Hermione como amigos, pensaba que después de todo tenían intereses en común, eso sí, ignorando con toda la intención cualquier pensamiento que se relacionara de alguna forma con sus padres o su ideología. No quería arruinar nada y estaba dentro de sus planes llevarse bien con ellos, así tuviera que cambiar algo de él, si eso implicaba poder rodearse todos los días de su vida, de un alegre Harry, haría lo que fuera necesario, lo que sea por la novedosa dulzura de ser correspondido, pensando en cuánto no quería perder había una motivación que no lo presionaba de una mala forma, sin poder olvidar lo que había sentido tras ser besado por Harry, el sentimiento se repetía una y otra vez en su cabeza.

-¿Dónde lo compraste? ¿Es tuyo? -Harry y Hedwig miraban al extraño gato, inofensivamente.

-Sí, lo compré en una tienda de mascotas.

-Pero se lo vendieron en apenas unos 2 galeones, ¿Quieres decirles por qué, Hermione? -Ron claramente no estaba cómodo hablando del tema.

-Croockshanks es un buen gato y se ha portado excelente, no ha hecho nada malo -siguió acariciando con gentileza la cabeza de su mascota.

-Aún -Ron volvía a interrumpir con ese gesto de pesadumbre.

-Solo porque es mitad kneazle Ron cree que un día se volverá rabioso e irá a buscarlo mientras duerme -los presentes rieron involuntariamente por primera vez en el día, debido a la credulidad del pelirrojo.

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