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Roger había dejado sus maletas tiradas en el piso cuando llegó nuevamente a Londres.
Hoy había sido un día extraño para él.
Volver a ver a Emma era una sensación completamente extraña para el rubio.
Era una sensación de sentimientos mezclados.
Entre culpa, felicidad, e incluso nostálgia.
Sabía que había arruinado todo cariño que ella le pudiera tener e incluso había arruinado la amistad que los caracterizaba.
Él lo tenía más que claro.
Cuando rompieron, Roger se sentía desbastado, triste, solo, y había perdido toda esperanza de volver con ella.
La extraba un montón.
Pero aún extrañandola y con el corazón destrozado, seguía viviendo su vida sexual como le diera la gana.
Pensó en más de una vez en llamarla y arreglar las cosas, pedirle una segunda oportunidad, pero el miedo al rechazo de parte de ella lo limitaba. Los años pasaron y simplemente aquella llamada nunca sucedió.
Roger Taylor era conocido por ser un hombre con buena suerte con las mujeres y un excelente amante.
En lo general cuando se iba de gira con los chicos era cuando más amantes tenía, o cuando tenía algún concierto también era cuando su vida sexual explotaba.
El vivía su vida al estilo "vida loca"
Aunque cuando Brian le habló acerca de que tendría que volver a ver a Emma le tensó y no estaba del todo seguro en querer y estar listo para hacerlo.
Por un momento pensó en no venir a la cena de compromiso pero, tenía que estar ahí para su amigo.
Verla le hizo sentir como estar de nuevo en el año sesenta y nueve.
Volver a sentirse como un hombre de veinte años intentando llamar la atención de una chica.
Aunque Emma, le hiciste sentir un montón de emociones mezcladas, no tenía la intención de verla nuevamente.
