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Maratón2/5
Faltaban doce horas para que el gran día de Chrissie y Brian llegará.
Emma se encontraba ayudando en los últimos detalles de este día tan especial para su amiga saliera perfecto, mientras que en el otro lado de la ciudad de Londres se encontraba un Roger totalmente nervioso por lo que sucedería en menos de veinte minutos
Lo que estaba por hacer era una completa locura. Ahora mismo tenía la tan esperada cita con la bestia. En la celebración de su nuevo álbum, sus amigos lo motivaron a que la llamafa decidió llamarla algo borracho a las once de la noche, para su no tan buena suerte ella había contestado y aceptado el encuentro con él. No sabía que le podía decir al respecto de querer a su hija de vuelta con él. Y esta una de las pocas veces que había decidido ser puntual, aunque en temas de trabajo lo era, en su vida personal no lo llevaba en la práctica.
Para los nervios en general prendía uno de sus cigarrillos y está vez no era la excepción.
Al ver a una señora de casi cincuenta años acercándose a él se reincorporo en su asiento, botó el cigarrillo que tenía en mano y aunque el miedo y los nervios lo invadieran, sonrió.
—No me sonrías, cobarde e infiel, digo Roger.
Él sonrió de forma nerviosa.
—Es un gusto verla también, señora Stevens...– la señora lo miró de mala gana y se sentó junto a su lado.
—¿Por qué querías verme? Te deje muy en claro que no quería volverte a ver, ni que te acercaras a mi niña.– el recordaba a la perfección aquella como fue aquella llamada de teléfono.– ¿Qué quieres? No por nada me llamaste hace una semana.
Roger movía sus manos de forma nerviosa mientras intentaba buscar las palabras para explicarle que quería a su hija de vuelta.
—Bueno, ¿Por dónde empiezó?– soltó una risa nerviosa que no tardó en desaparecer al ver como la señora solo lo miraba mal.– Vengo aquí y me reúno hoy con usted, porque le quiero hablar de Emma.
