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El réloj marcaba las cinco y media de la tarde cuando habían salido totalmente frustrados de aquel edificio.
Estar en una reunión con sus mánages y productores escuchándolos destruir su trabajo de meses no siempre es el mejor plan para una banda.
En especial un martes en la mañana.
Freddie se encontraba totalmente indignado por los comentarios que el productor había lanzado sobre su obra maestra, al igual que el resto de la banda.
Se habían retrasado tres semanas del plazo para mostrar su nuevo álbum, ya que aún le quedaban algunos detalles que revisar, pero el álbum ya estaba listo ahora.
-¿Podemos terminar esto rápido? Tengo que ir a porbar tortas con Chrissie.- May estaba algo nervioso por lo que sus amigos harían ahora.
Freddie soltó una risa malévola y le pidió a John si podía recoger aquella roca.
Deacon no se negó.
-Cariño- Freddie llamó a Brian- lo que haremos es lo menos que podemos hacer por ellos.- y sin decir más hizo un gesto con su mano y Roger lanzó la roca que John había recogido directo hacia la ventana.
Los cuatro muchachos comenzaron a reírse mientras gritaban unas cuantas cosas, pero al ver que venían los guardias de seguridad comenzaron a correr hacia el auto de Roger.
La euforia hizo absolutamente todo más rápido. Subieron de forma ágil a la parte trasera y Roger se situó en el volante y aceleró.
-¡Por dios, Fred! ¡Estás loco!- Taylor se encontraba algo molestó por lo sucedido- ¡Esos guardias casi nos matan!
Freddie rodó los ojos.
-Cariño, no fui yo quien quiso lanzar la roca - comenzó a hecharse aire con su mano pretendiendo que este era un abanico.- ¿Me podrías dejar en la calle de mi apartamento?
Roger frunció el ceño. No era el chófer privado de Freddie.
-Sabes que queda de pasó, ¡No seas malo con tu reina!
