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-Apresúrate, Anne -gritó Diana desde su carruaje-. Perderemos el tren.

La pelirroja salió de su casa con rapidez en dirección a donde su amiga se encontraba. Se despidió de Marilla y Matthew para luego marcharse a una maravillosa fiesta.

«Debo estar soñando, ¿Una fiesta? ¿Dónde la tía Josephine? Eso ha de ser una maravilla». Eran palabras que retumbaban constantemente en su cabeza. Conocía a la mujer, había ido junto a Jerry a su casa una vez cuando su familia estaba a punto de perderlo todo. Ella los había ayudado en ese entonces, la chica agradecía infinitamente por ello.

-¿Como crees que será la fiesta? -preguntó a Diana.

-Oh Anne, son hermosas..., todas las fiestas organizadas por la tía Josephine son una maravilla.

La pelirroja suspiró y se acomodó en su asiento. Pensaba en Gilbert, en cómo se podía ver aquella noche. Era tan apuesto. Tan buena persona, no solo con ella, sino con todos. Sacudió la cabeza al encontrarse pensando en él. ¿Que hacía? Ella solo criticaba a las demás, ahora se encontraba en su lugar ¿que demonios? No, no, no; ¿Gilbert Blythe? ¡Jamás de los jamases!... podría ser que... ¡No! ¡Nunca! 

Entonces pensó que un chico tan guapo probablemente se avergonzaría en estar con alguien como ella ¿Para qué se molestaba siquiera?

-¡Es maravilloso! -suspiró Anne observando la extravagante decoración del lugar- Diana ¿no te parece que es sacado de un sueño? Es tan hermoso.

-Lo es -respondió su amiga mientras una mujer dejaba caer coronas de flores sobre sus cabezas-. ¿Vamos a bailar?

Ella asintió con emoción. Una figura se posó tras la puerta de entrada, suspiró y caminó en dirección a Anne.

-¿Me concede esta pieza?

Dios, era Gilbert. Se supone que eran pareja... de baile, por supuesto. Ambos iban a bailar juntos, ¿lo harían? ¡Claro que lo harían!

-Por supuesto -respondió con el rostro del color de un tomate.

Ambos caminaron tomados de la mano hasta la mitad de la pista. Las personas los miraban.

-¡Hermosa pareja! -exclamó un hombre que llevaba vestido, levantó su copa- Brindemos por el amor juvenil.

El eco de los «Clinck» de las copas retumbó por todo el lugar y todos aplaudieron.

-Vaya -la chica habló rápidamente-. Ellos creen que somos...

-¿Novios? -completó él con una sonrisa verdadera en su rostro.

-Sí -sonrió ella-. Que tonto ¿cierto? ¿Cómo podrías ser tú novio de alguien como yo?

-Anne, no empieces con eso de nuevo. Por favor.

-Gilbert, decir la verdad no es malo -bajó la mirada-. Yo no sé qué siento en estos momentos, estoy nerviosa y llena de furia conmigo misma, me hace sentir solo un poco mejor decir la verdad.

-¿Pues quieres que te diga la verdad?

Ella asombrada y con un poco de miedo levantó la cabeza encontrándose con sus tiernos ojos posados en ella.

-Yo... -se acercó un poco más a ella- creo que eres la chica más hermosa que he visto en mi vida, y tampoco sabía lo que sentía hace unos días. Pero desde que te vi por primera vez me pareciste -soltó una risa-. No lo sé, diferente. Tan diferente a las otras chicas.

-Yo no...

-Es mi verdad -interrumpió él-. Para mí eres perfecta.

Sus respiraciones se fueron acercando cada vez más, sus jóvenes cuerpos estaban tan cerca. Antes de que Gilbert Blythe pudiera juntar sus delicados labios con los de la pelirroja hubo algo que los detuvo. La música dejó de sonar y otro «Clinck» retumbó en el salón. Era la tía Josephine, quería hacer el brindis general. Ambos chicos se separaron con rapidez. Anne se sentía mal por dentro, aunque Gilbert moría de amor.

Casi todas las personas presentes esa noche se dieron cuenta que ambos estaban hechos el uno para el otro.

「𝐔𝐠𝐥𝐲 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 × 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora