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Anne y Gilbert se casaron una tarde del mes de septiembre. Durante su boda, un millar de pájaros no dejó de cantar una hermosa melodía. Realmente parecía un cuento de hadas, tal y como ella imaginaba todo salía de maravilla. Su familia estaba ahí, al igual que sus más queridos amigos. Diana, que ya era mamá, cargaba a su hija, la pequeña Anne Cordelia mientras se deleitaba con la brisa otoñal y el sonido armonioso de esas hermosas aves. Jane se encontraba ahí junto a la tía Josephine, Cole y al final de la fila Josie Pye quien había madurado bastante pero no dejaba de ser la misma chismosa, Marilla y los mellizos también estaban, Rachel Lynde acompañaba sus vidas hacía tiempo, fue de gran consuelo para la pelirroja luego de la joven muerte de Ruby Gillis. Matthew* la llevó al altar orgulloso de ella y finalmente Jerry se sentó en la fila delantera con uno de sus mejores trajes, también orgulloso y emocionado por aquella pecosa fastidiosa que solía alegrar sus tardes solitarias en el granero.

Cuando llegó la hora de los votos Gilbert empezó.

-Conocí a Anne cuando tenía trece años. Me enamoré casi de inmediato, algunas veces me sentaba en una parte bastante alejada del aula de clases solo para verla, y sinceramente no sabía cómo sentirme cuando veía a los chicos molestándola sin yo poder defenderla a tiempo, parecía tan indefensa en ese ambiente de soledad. Parecía tan solitaria, misteriosa, a la vez de extrovertida y una aventurera de la vida -suspiró sin dejar de verla un solo momento-. Jamás pensé en que era fea, como decían los otros chicos. Para mí, Anne siempre fue, es y será el símbolo más grande de perfección; la belleza en su máximo esplendor. Nunca dejé de quererla, ni por un momento. Pasé muchos años de mi vida tras ella hasta que finalmente lo conseguí, la conquisté ¿o no, «Zanahoria»?

Ella bajó la mirada bastante sonrojada y soltó una pequeña risa al recordar sus tiempos de escuela.

-Por eso -continuó él-. Por todas esas razones y muchas más, yo, Gilbert Blythe te tomo a ti, Anne Shirley-Cuthberth como mi esposa, para adorarte y respetarte. Para estar contigo en el bien y el mal, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza; todo eso por el resto de mis días.

-Marilla solía decirme que el odio y el amor son cuernos de la misma cabra, no lo confirmé sino hasta hace unos cuantos años. ¿Puedo ser sincera? ¡Oh, claro que lo seré! Cuando el tiempo pasó luego de conocerte no podía evitar pensar en ti cada día, cada hora, cada instante. A veces me decía a mí misma con un poco de dolor dentro de mi joven corazón «¿Soy así de fea, de torpe, de inmadura y fastidiosa para no gustarle a él?». Nunca lo dije a nadie, nunca lo demostré, pero de verdad las cosas eran bastante duras en esos momentos ¿Quién imaginaría ahora? Aquella pelirroja que solía llorar en un rincón de su habitación porque la mayoría de chicos en su escuela la molestaban por su aspecto, su forma de hablar, actuar y vestir está a punto de casarse con el chico más listo, interesante y atento que haya conocido jamás. Podría seguir hablando por horas, realmente soy muy buena para eso -todos los presentes rieron-. Así que yo, Anne Shirley Cuthberth, te tomo a ti, Gilbert Blythe como mi esposo para adorarte y respetarte. Para estar contigo en el bien y el mal, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza; todo eso por el resto de mis días.

El sacerdote dijo algunas palabras y unió a ambos en sagrado matrimonio.

Un beso de amor cerró la ceremonia y ambos chicos que alguna vez pensaron que podían estar juntos pero solo en sueños quedaron unidos hasta que la muerte los separara. Una lluvia de arroz anunciaba el final, luego de eso, los pájaros dejaron de cantar y todos volaron en el preciso momento que el cielo empezó a tornarse de arrebol. Anne y Gilbert salieron tomados de manos y subieron en el carruaje que los llevó en dirección a la estación del tren para llegar a la que sería su casa de los sueños cuando el día acabara.

-¿Crees que seremos felices? -preguntó ella viendo el horizonte desde la ventana de uno de los vagones.

-¿Cómo no? Tengo a la mujer más lista y hermosa del mundo a mi lado -respondió él para luego darle un beso con ternura en la comisura de los labios.

-----------------------FIN--------------------------
*Originalmente Matthew muere en los libros, pero aquí quise seguir teniéndolo con vida porque es un hermoso ser y de verdad no merecía morir.

¡Hola amigos! Disculpenme enormemente por desaparecer así sin avisar. He estado con muchas cosas en mi vida, ni se lo imaginan😥. Pero ya llegamos al fin de esta hermosa historia que sin ustedes no sería nada, les agradezco enormemente por todo el apoyo. Gracias por estar siempre ahí. Este capítulo es dedicado a todos los que alguna vez leyeron y comentaron esta historia que claramente es una parte de mi.

MIL MILLONES DE GRACIAS POR SU AMOR. LOS AMA ENORMEMENTE;
~Cassie💕

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「𝐔𝐠𝐥𝐲 ; 𝐀𝐧𝐧𝐞 × 𝐆𝐢𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora