Parte IX: Recuperación

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Cuando Gabriel se despierta al día siguiente, pasado el mediodía, Renato no está ni todos los rastros que pudo haber dejado atrás. Con cuidado, Gabriel se sienta derecho en su cama, incómodo, pero definitivamente no se siente tan mal como el día anterior. No hay dolor de cabeza ni mundo giratorio, le duele el cuerpo y tiene todo el control del mismo; la peor parte es su garganta que se siente como papel de lija, hasta tragar le es doloroso. Debido a eso, se levanta de la cama al darse cuenta de que tiene la ropa del día anterior, incluidos los jeans y la camisa, lo que probablemente sólo contribuyó a su incomodidad, pero está agradecido de que Renato no lo haya desvestido, hizo demasiado por él.

Gabriel se dirige a la cocina por un vaso de agua tibia para su garganta, pensando en Renato y preguntándose si habrá regresado a salvo al hospital. Ahora el joven se da cuenta de que no le dio dinero al más chico para pagar el viaje de vuelta, que es lo menos que pudo haber hecho por molestarlo tanto.

Ahora que piensa en todo lo que Renato hizo por él solo por un simple resfrío, Gabi está sorprendido. Se vieron sólo cuatro veces, nunca en una situación normal. No son amigos, apenas conocidos siendo demasiado generoso, porque hasta ayer Gabriel consideraba a Renato como un bicho raro que quería lo más lejos posible. Sin embargo, el más joven pasó por todos esos problemas al Gabriel haber estaba demasiado débil para volver a casa solo, cuidándolo e incluso cantándole para que se durmiera.

Gabriel es un chico bastante sano, rara vez se enferma, por lo que nunca ha tenido un amigo que lo cuide, solo su madre. Se resfrió no sólo por quedar atrapado en la lluvia, él lo sabe. Todo el estrés y la preocupación debidos a su situación familiar debieron haber atacado sus defensas y esa lluvia fue sólo la gota que rebalsó el vaso.

Mientras llena un vaso con agua tibia, Gabriel se pregunta si Renato lo ayudó porque se sintió culpable por haber empapado a Gabriel. Él no culpa al más chico, así que realmente espera que ése no sea el caso.

El agua tibia ayuda un poco a calmar su dolor de garganta y a terminar de despertarlo, pero aún no está completamente recuperado y lo sabe. Recuerda las palabras de Renato pidiéndole que se recupere por él y por su madre, lo cual es completamente cierto y, por esa razón, Gabi decide que necesita quedarse en casa descansando por hoy para recuperarse. Regresa a su habitación para buscar su teléfono celular. Obviamente, la batería está agotada, por lo que tiene que enchufarlo y esperar a que encienda. Para hacer un buen uso de su tiempo, decide tomar una ducha caliente y ponerse ropa cómoda mientras espera.

Cuando está de vuelta con pantalones de jean y una camiseta grande, su teléfono vuelve a encenderse con una docena de notificaciones; desde notificaciones de sus redes hasta llamadas perdidas. Empieza por llamar a su tía.

"Tía, perdón, estaba durmiendo. El resfrío era peor de lo que pensaba," dice Gabriel de inmediato cuando su tía contesta el teléfono. "Estoy en casa en este momento."

" ¿Estás bien? ¿Te hiciste ver ayer? ¿Estás solo en casa?"

"Estoy mejor, pero sigo pensando que es bueno si me quedo en casa hoy para descansar más y recuperarme por completo. Estoy tomando medicamentos, así que pronto voy a estar mejor. Y sí, estoy solo," responde, sabiendo que hoy ni siquiera la mucama va a venir a casa, ya que solo va cada dos días, excepto los domingos. Su padre la contrató después de que su madre tuvo el accidente para mantener la casa, pero Gabriel ni siquiera sabe su nombre. "Hay comida, así que no te preocupes por eso."

" Si necesitás algo, y me refiero a lo que sea, llamame, ¿sí?" Su tía le pide y Gabi sonríe, sentado en el borde de su cama de dos plazas.

"Lo haré, tía. También llamé para saber cómo está mamita hoy. ¿Algún cambio?"

"No," su tía responde con un suspiro. "Y realmente no me gusta la doctora. ¡No tiene nada de empatía! No puedo creer que hayas tenido que tratar con ella. Le dije que estaba tratando con personas, personas con mucho dolor y miedo, no sólo los pacientes que está atendiendo." Su tía bufa y Gabriel se ríe, imaginándola a ella retando a la doctora. "No puedo creer que un médico pueda ser tan frío."

Alturas. [Quallicchio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora