Parte XV: Perspectiva

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"Che, no te lo tomes a mal, pero ... ¿qué estás haciendo acá? Digo, en el hospital. Te veo acá seguido", Gabriel pregunta después de sentarse con la espalda en la baranda, hombro con hombro, cabezas inclinadas hacia el cielo sin estrellas. Ahora mismo, Gabriel se pregunta por qué Renato está en el hospital en vez de preguntarse por qué está en la terraza. La última respuesta es bastante evidente.

"Mm..." murmura el más joven. "Sólo estoy acá, es así."

Gabriel se gira para mirarlo porque esa respuesta es demasiado imprecisa, incluso viniendo de Renato. El joven siente los ojos de Gabriel sobre él y se da vuelta para encontrarse con su mirada, dándose cuenta de que necesita elaborar la respuesta.

"A veces me encuentro en ciertos lugares sin darme cuenta, sin querer estar ahí o tomar una decisión consciente de ir hasta allá," el chico intenta explicárselo de nuevo, pero a Gabriel le suena confuso.

"¿Venís a visitar a alguien?" sugiere, pensando que eso tiene lógica.

"Supongo que podría decir que sí," Renato contesta, rompiendo el contacto visual y mirando el cielo oscuro otra vez. "Alguien que me está esperando."

"Así que venís al hospital pero no ves a esa persona, ¿eso querés decir?" Gabriel intenta entender, sin atreverse a imaginarse una situación en la que Renato no se atreva a ir a ver a quien esté esperándolo.

"Sí, supongo que se puede decir así."

"¿Y por qué no vas a ver a esa persona si venís al hospital?" pregunta Gabriel antes de darse cuenta de que está siendo demasiado metido y no parece ser un tema fácil para Renato. Pero le resulta curioso, especialmente cuando su mente piensa que tal vez la razón por la que Renato estaba al límite hoy era por esa persona.

"Porque no estoy listo para verla," responde Renato con un suspiro, cerrando los ojos y luego respirando profundamente. "Estoy esperando a que se rinda."

"¿Puedo... puedo preguntar qué querría decir 'que se rinda'?"

Renato no responde y Gabriel sólo observa su perfil, las cejas gruesas, la nariz de botón, los labios finos y la barbilla pequeña, un perfil perfectamente esculpido que está tan quieto que hace que Gabriel piense que está viendo una estatua.

"Algo que a vos no te gustaría," Renato sonríe de una manera tan oscura que manda escalofríos por la columna vertebral de Gabriel.

Entendió, obviamente lo hizo. Renato quiere decir que esa persona moriría si se diera por vencido, y él está esperando eso. Hace que Gabriel esté increíblemente en confundido, porque él se aferra mucho a la vida pero recuerda lo que Renato le dijo la noche anterior: cómo él pensaba que una persona que está entre la vida y la muerte está luchando. Quizás no sea crueldad sino consuelo.

"Tal vez si vas a verla, se rinda. Tal vez te esté esperando a que te despidas," Gabriel propone, sólo suponiendo porque realmente no sabe el verdadero alcance de la situación de Renato y tiene la sensación de que no es buena idea hablar de eso ahora.

"No," Renato sacude la cabeza. "Si voy a verla, seguramente se va a despertar y eso no sería bueno para nadie." Se ríe, una vez más, de esa manera oscura, pero Gabi se da cuenta de que es así porque hay desesperación y desesperanza en su voz y en sus ojos cuando se gira a mirar a Gabriel de nuevo "Soy una persona horrible por esto, ¿o no? Básicamente estoy deseando y esperando que alguien se muera."

Gabriel no sabe cómo responder a eso. En parte, piensa que Renato es cruel y está equivocado por desear que alguien se dé por vencido y muera, pero al mismo tiempo ve el dolor en sus ojos y la lucha, lo que significa mucho viniendo de alguien que no ve nada bueno en seguir viviendo. Desde la perspectiva de Renato, la muerte es lo más compasivo, el escape del infierno, por lo que sus intenciones no son crueles. Lo son en la visión que tiene la sociedad sobre la vida y la muerte, donde esta última es un mal resultado.

Alturas. [Quallicchio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora