Capítulo 13

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El deseo es una fuerza poderosa que se puede utilizar para hacer que las cosas sucedan


El día había pasado demasiado tranquilo, nadie estaba acostumbrado a ello, siempre había una pelea que comentar, una discusión e incluso una queja, pero la llegada del invierno hacia que ningún preso tuviera ganas de decir ni hacer nada. Aquellos que trabajaban cuidando el jardín, eran conscientes de que por mucho que pidieran ropa para el frio, no se le iban a dar, ya que si la dirección condecía sus deseos, debería hacerlo con todas y cada una de las quejas que recibía. Tenían suerte de ser una de las pocas prisiones que no dejaban que sus habitantes se murieran de frio en sus celdas, pero solo hasta cierto punto. En los días más fríos se podía apreciar cierta brisa caliente en el ambiente, pero en los más calurosos aunque frescos días por más que se buscara, no se encontraba ni una débil corriente.

Lukas y William trabajaban más que nunca, no por un exceso de trabajo, sino porque no tenían otra cosa mejor que hacer. Nick pasaba la mayor parte del día junto al doctor. Jones seguían en aislamiento. Y sin posibilidad de salir al jardín, no había otra cosa que hacer aparte de dormir. Pero cuando sus compañeros les relevaban y tenían que volver a la celda, se dedicaban caricias de amor y promesas imposibles de cumplir.

William notaba que su situación hacía que su vena profesional como psicólogo se iba esfumando poco a poco. Cada vez le era más difícil ponerse en la piel del otro y sobretodo, veía imposible aguantar penurias de otra persona que no fuera él. Por eso, odiándose a sí mismo, se había adentrado en la biblioteca buscando algún ejemplar que le ayudara. Sabía que muchos presos se sacaban el graduado e incluso carreras universitarias en su tiempo en prisión. Y se alegró al ver que había una colección exquisita sobre métodos psicológicos e inteligencia emocional.

Lukas adoraba verle leer, sobre todo cuando le preguntaba cosas extrañas para llamarle palabras que ni proponiéndoselo sabría pronunciar.

-¿Qué ves aquí?- preguntaba señalando imágenes de manchas incrustadas en el libro.

-Un mancha

-Se mas especifico

-Pues no sé...- Lukas miraba la mancha de todos los ángulos posibles- podría ser un animal.

En el momento que contestaba, William giraba el libro rápidamente y con esa mirada de concentración que a Lukas le ponía a mil, siempre le decía problemas y trastornos que tenía.

-Según esto, si no ves dos hombres con turbante, tienes problemas para relacionarse con las personas

-No es una novedad

El Test de Rorschach no era lo único en lo que Lukas participaba, muchas veces William le hacía preguntas íntimas solo para ver cómo se comportaba. El mayor se dio cuenta de que el chico tendía a mentirse a sí mismo, se auto engañaba de aspectos de su vida que no eran felices para él e incluso tendía a acabar todas sus historias con un aspecto que le hacía quedar mal, lo que exponía que no tenía autoestima y que alejaba a las personas haciéndoles ver que a su lado no tendrían posibilidad alguna de ser felices.

-¿Tengo algún problema mental grave?- preguntó Lukas mientras se cambiaba de uniforme frente a un William concentrado en sus libros- porque de ser así podrían rebajarme la condena

-No, solo problemas de autocontrol y de autoestima

Un escalofrío le corrió por la espalda al escuchar eso. Sabía que William tenía razón, había visitado a varios médicos que se lo habían dicho, pero le sorprendió que el mayor con tan poca información lo hubiera adivinado.

Complicado (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora