Capítulo 10

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Cuando vences tus miedos, se destruyen tus límites


Jones sabía que era normal. Era normal despertarse día tras día con dolor en la entrepierna y una gran erección, pero por alguna razón ese dolor, ahora no existía y solo sentía unas ganas increíbles de gemir. Estaba dormido y era consciente de ello, sabía que no tardaría en despertar, pero no podía parar de mover las caderas y buscar más toque de aquello que probablemente fuera provocado por la sabana. Cuando abrió los ojos al llegar al clímax, se encontró a su protegido sentado a su lado y limpiándose la mano con la sabana.

-¿Qué has hecho?

-Lo que debía hacer ¿no?- preguntó William mirándole preocupado

Había subido sin dudarlo cuando había escuchado al rapado gemir inquieto, se había adentrado entre las sabanas para ayudarle a liberarse y por alguna razón no sentía pudor ni vergüenza. Todo rastro de razón se había esfumado por completo.

-Supongo...- susurró Jones mientras se colocaba el pantalón- túmbate a mi lado- el chico obedeció sin dudarlo- te debo un orgasmo

William asintió, pero por más que Jones le acariciaba y besaba su torso desnudo, era incapaz de sentir nada.

-Deja de pensar en lo que quiera que estés pensando- advirtió el rapado cuando metió la mano dentro del pantalón y no se encontró lo que esperaba- no me hagas tomar otras medidas- las caricias siguieron, pero no hubo respuesta, por lo que desistió y se apartó del joven entre preocupado y enfadado- mira Will, te voy a ser sincero, sé que estas de mierda hasta la cabeza, pero por muchos años que te caigan, no tienes que hundirte, porque esto – señaló la celda- es ahora tu vida y no te intimidas con facilidad, lo que hace ver que eres un hombre fuerte, así que deja toda la mierda a un lado y afróntalo, afronta el problema- expuso con énfasis.

-pero se supone que mis problemas les tienes que solucionar tú- la voz de William era tan roca que Jones estuvo casi seguro de que las palabras le hacían daño al ser pronunciadas- soy tu protegido.

-Que lo seas, no quiere decir que seas débil, a ver... entiéndeme, se supone que un guardián debe cuidar a su protegido y este servir a su guardián, pero eso no quiere decir que la relación sea como tú estás pensando. Así que respóndeme a una cosa, ¿Cómo quieres pasar el resto de tu estancia aquí, haciendo lo que yo desde un primer momento he querido que hagas o quieres empezar a ganarte un puesto y aun siendo mío, ser libre? Piensa la respuesta

-En ambos casos soy tuyo- Jones asintió- no veo la diferencia, ya tengo un puesto en esta jerarquía gracias a ti.

-Las cosas son diferentes, llevas aquí 15 días y aún no has visto las cosas tal y como son, no quieres verlo, así que claramente, estás ciego, no hay nada más que decir. No vas a saber hacer nada más que obedecer lo que te ordenen, y es una pena.

William se tumbó apoyando su cabeza en una de las piernas de Jones, con la mirada perdida.

-¿Te puedo ser sincero?- pregunto en voz baja casi decidiendo si quería que le escucharan o no. Jones asintió aunque el chico no le vio- desde que entré he sentido muchas cosas, miedo, sobretodo miedo, pero cuando me acostaba solo pensaba en que quedaba un día menos para que me dijeran que salía de aquí, pero ayer, cuando me dijo que el juicio es hoy, las cosas cambiaron y fue como si la pequeña llama de esperanza que me hacía no rendirme, se apagara frente mis ojos sin que pudiera hacer nada. Estoy condenado a vivir aquí, siendo inocente. Y pienso que realmente mi hermano tenía razón cuando de pequeño me decía que acabaría entre rejas. Soy psicólogo ¿sabes?- dijo sin saber si esa información ya la había dicho- sé perfectamente qué es lo que pasa y he tratado con mucha gente así y por primera vez entiendo que todo lo que yo les decía a mis clientes eran meras palabras sin sentido, porque no sirven, no sirve que digan que puedo pasarlo o que en cierto modo estoy haciendo una montaña de un grano de arena, que puedo pedir dentro de un tiempo una revisión del caso y medir el tercer grado, lo sé, ya lo sé, pero ¿de verdad piensas que ahora mismo me importa eso? Dices que estoy ciego y no es así- dijo cerrando los ojos- creo que por primera vez soy consciente de lo que realmente pasa y con lo que voy a tener que convivir- se quedó en silencio queriendo encontrar las palabras adecuadas para poder acabar con el nudo que tenía en la garganta- en la facultad dijeron que las personas tienden a hacer lo que ellos creen que es la solución en los momento malos de la vida, aunque la mayoría de esas decisiones no son las mejores y es lo que me pasa ahora, sé que lo mejor sería esperar, esperar a esta tarde cuando me digan la sentencia ya que se perfectamente que no me van a dejar ir a mi propio juicio y dejar de hacer tanto drama, pero lo único que me parece buena idea es empezar a vivir la vida, que tiene todas las papeletas de ganar este juego, una vida que se trata de pasar desapercibido, obedecer lo que me digan y si tú me pides que me arrodille, hacerlo. No veo otra salida, no quiero tener que vivir con miedo como estos días, quiero ser como todos esos que simplemente son nadie para los demás.

Complicado (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora