El que teme sufrir, sufre de temor
William pensaba que nunca echaría de menos trabajar, horas tras hora encerrado en una habitación muriéndose de calor, trabajando para otros y sin ver un euro, pero tras medio día junto a Jones desde el amanecer, solo quería recuperarse y desaparecer.
La recuperación iba a ser lenta, pero rezaba porque su doctor le diera el alta y poder volver a su zulo.
Se empezaba a dar cuenta de lo mucho que extrañaba su vida, quería volver a su casa, su cama, su amigo, su trabajo, su comida. Tenía tiempo libre, demasiado para su gusto y odiaba dar mil vueltas al mismo tema, pero no podía dejar de hacerlo. Si él estaba ahí, pagando por un pecado que no había cometido. ¿Habrían dejado de buscar al hombre que acosaba a su amiga? ¿Seguirán sufriendo? Sabía que no, si no siguiera en la misma situación él estaría con su gata tumbada en las piernas, el mando de la televisión en una mano y uno de sus vinos más caros en la otra, no tumbado en un sofá roñoso, escuchando débilmente a su guardián discutir con su amigo sobre temas que le importaban bastante poco.
No estaba seguro si ese cansancio y malestar que sentía era por los remordimientos de no poder hacer algo o por los medicamentos, pero necesitaba acabar ya, fuera lo que fuera que tenía, debía abandonar su cuero rápidamente.
–¿No hacéis más que sentaros ahí y hablar?–preguntó con los ojos cerrados
–No– respondió Nick– normalmente entrenamos, estos cuerpos no se ganan en una noche.
Jones y este rieron como si les hubieran contado lo más gracioso del mundo. William sabía que no era verdad, pero cualquiera que les viera juraría que probaban su propia mercancía.
–¿Y hoy?
–Estás tú y tengo que cuidar de ti
–Pues entretenedme– expuso– sinceramente, me importa muy poco todo lo que habláis.
Jones sonreía con falsedad, se había pasado la noche escuchándole dar vueltas en la cama y quejarse sin parar y ¿ahora pedía movimiento?. Estaba encantando de dárselo, se movió intranquilo por sus propios pensamientos, su mente le atormentaba con imágenes eróticas del moreno con lágrimas en los ojos, las manos en sus muslos y su erección entre los labios. Labios que cada vez deseaba más y no sabía cuánto podría aguantar.
–¿De qué quieres hablar?
–Hablar, hacer, cualquier cosa, menos ver pasar el tiempo– al no recibir respuesta decidió comenzar le mismo– ¡Yo qué sé! ¿Por qué estáis aquí?
–Creo que es el único tema mal visto– informó Nick mirando a su alrededor– hay cientos de personas obsesionadas con los espías de la policía, esperan una confesión o información nueva, no confían en ti todavía, tienes cara de niño rico que puede pagar sus pecados en una prisión de 5 estrellas, con tele y jacuzzi en cada celda, no metas el hocico en la hoguera que acabas quemándote.
–No soy un espía
– eso dicen todos
Por primera vez se fijó en cada uno de los habitantes del lugar, como aunque parecieran tranquilos y distraídos, mantenían la guardia y estaban preparados para atacar. Escuchaban mil conversaciones mientras mantenían una propia, sin perder detalle de un gesto, una palabra, un titubeo. En ese momento comprendió porque Jones le había dicho varias veces "mata o te matan", podrían tener todos el mismo enemigo, pero sacrificarían la vida de cualquiera por salir de ahí.
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Complicado (+18)
Novela Juvenil˷Segunda parte de WhatsApp˷ ¿Una persona es capaz de cambiar simplemente por estar en un lugar diferente? La respuesta es sí y aún William no ha decidido si para bien o para mal, pero lo único que quiere es salir de allí y hacer justicia. "Cómo qui...