Capítulo 13

14.5K 886 186
                                    

POV CAMILA

Pero no fue así. Al cabo de un buen rato nos sentamos a los pies del árbol a esperar a que la tormenta amainara, pero no lo hizo en toda la tarde. Ambas sabíamos que era peligroso permanecer debajo de un árbol justamente en plena tempestad, pues no se nos hacía muy atractiva la idea de que un rayo nos fulminara, pero no teníamos ningún otro refugio. Tal vez si hubiéramos sabido que se iba a poner a diluviar de un momento al otro, habríamos recogido provisiones, pero ¿cómo íbamos a saberlo?

– ¿Crees que tardará mucho en dejar de llover? –pregunté, aburrida, después de unas cuantas horas sentada bajo el árbol.

–No lo sé… No tengo ni idea.

–Es que tengo hambre.

–Yo también –Lauren se puso en pie y se estiró como un gato. –Iré a buscar algo para comer, aunque sean unas cuantas moras.

–Te acompaño.

–Ni hablar –declaró. –Tú te quedas aquí. Podría ser peligroso.

Fruncí el ceño y me crucé de brazos.

–Creo que va a ser peor que me quede aquí, porque puede que cuando vuelvas me encuentres chamuscada por un rayo.

Lauren alzó una ceja y negó rotundamente con la cabeza.

–No, te quedas aquí y punto. Aprovecharé ahora que parece que ha amainado un poco. No tardaré, Camila, no te muevas de aquí.

– ¿Desde cuándo eres tan mandóna? –me quejé, pero no me contestó. Se limitó a sonreírme con diversión y a echar a correr entre la lluvia.

Me apoyé en el tronco del árbol y suspiré, cansada, queriendo no pensar en nada. No quería agobiarme por culpa de los sentimientos que acababa de encontrar en mi corazón y que había creído desaparecidos. Tenía la sensación de que cuanto más pensara en ellos, más me desquiciarían, y en aquellos momentos debía tener la mente fría.

Unos cuantos minutos más tarde, Lauren regresó no tan empapada como había supuesto y con las manos llenas de moras.

– ¿Crees que con esto vamos a tener bastante para cenar? –pregunté cuando se sentó, se quitó la chaqueta y colocó las bayas encima para que no se ensuciaran de barro. Yo me senté delante de ella y apoyé mi cabeza en mis manos.

–No, pero tendremos que aguantarnos. Parece que va a llover durante toda la noche, así que como no tenemos ningún otro sitio para resguardarnos, tendremos que quedarnos aquí.

–Pues vaya… –me comí una mora que me supo a gloria, y después otra, y otra.

Una vez se terminaron, me puse en pie y me asomé un poco para ver cómo estaba el cielo, y sí, efectivamente, se encontraba totalmente encapotado, por lo que deberíamos pasar la noche allí. Bostecé ruidosamente y me froté los ojos con el dorso de la mano. Entonces, una ráfaga de viento me hizo estremecer, por lo que me apresuré a sentarme contra el tronco y a arrebujarme en mí misma. Se podía decir que la camiseta de tirantes y los pantalones cortos no abrigaban demasiado, además de que toda mi ropa estaba algo mojada a causa de la humedad del ambiente.

–Hace frío, ¿eh? –me comentó Lauren, que se había tumbado sobre la tierra mojada y parecía muy cómoda tras haber colocado sus manos bajo su cabeza.

–Sí, bastante.

Tenía la piel de gallina, y era consciente de que sería incapaz de dormirme si continuaba muerta de frío. Me froté con fuerza los brazos, pero no sirvió de mucho.

–Anda, ven –ladeé la cabeza hasta que pude mirar a Lauren, y parpadeé seguidamente cuando la vi con un brazo levantado.

– ¿Qué?

El frío del silencio. (Adaptación Camren) G!P EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora