Capítulo 15

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POV Lauren

El resto de aquel día fue espantoso. Apenas vi a Camila, que casi no se movió de la zona del lago en toda la tarde, y no le dio la gana de comer nada más que un puñado de bayas. Obviamente, ninguna de las dos habíamos hablado de lo sucedido. Ni de eso, ni de nada más, en realidad. Por eso las horas pasaron con una lentitud exasperante.

Sin embargo, me sentía sola sin Camila, pero sabía que lo que a ella menos le apetecía en esos momentos era tenerme cerca, así que me no me alejé de nuestro improvisado campamento al lado del río hasta que comenzó a anochecer, cuando caminé a paso ligero hasta el lago para comprobar cómo estaba Camila. Una vez llegué allí, me percaté de que no se había movido de donde la había dejado un rato atrás. Decidí acercarme a ella, aunque vacilé un poco cuando clavó su mirada en mí, pero me dije a mí misma que me dejara de tonterías y que hablara con ella.

–Hola –intenté sonar agradable, pero no me respondió. Se limitó a desviar su mirada de la mía. – ¿Cómo estás?

–Bien.

De acuerdo. Así no conseguiría nada.

– ¿Segura que no tienes hambre?

–Ya he comido.

–Las moras no se pueden considerar una gran fuente de alimento.

Se encogió de hombros sin mirarme.

– ¿Y a ti qué más te da?

–Claro que me da, Camila. Tienes que comer, necesitas alimentarte.

–Como si te importara.

Apreté los dientes con fuerza ante sus palabras y ante su indiferencia. ¿Por qué se comportaba de aquella manera tan infantil?

–Sabes que sí me importa. Todo lo que tenga que ver contigo me importa.

–Pues cualquiera lo diría.

– ¡Ya basta! –me harté. – ¡Deja de hablarme de esa forma! ¡Grítame si quieres, pero deja de hablar así!

Me ponía nerviosa que su tono de voz fuera tan neutro, porque no conseguía comprender cómo se sentía. No sabía si sólo estaba dolida, o si también estaba enfadada o incluso arrepentida. Aquel tono de voz no dejaba entrever nada.

Entonces, Camila me miró fijamente, y me percaté de que le brillaban los ojos como si estuviera conteniendo las lágrimas. Estuve a punto de abrazarla aún sabiendo que en aquel instante sí que me apartaría de ella, pero el ruido de unas aspas hizo que el corazón se me detuviera dentro del pecho.

– ¿Eso es…? –Camila se incorporó de repente y echó a correr, persiguiendo aquel sonido.

Yo hice lo mismo, y poco después dimos con la procedencia del ruido: un helicóptero. Camila y yo nos miramos sorprendidas, y sonreímos ampliamente, dándole gracias al cielo. Estábamos salvadas.

POV Camila

Nuestro rescate fue demasiado confuso y agobiante, por lo que apenas recordaba nada. Sólo que se empeñaron en llevarnos al hospital y nos obligaron a pasar la noche ingresadas sólo para asegurarse de que tanto Lauren como yo estábamos bien.

A la mañana siguiente me desperté dolorida como nunca lo había estado antes, pero agradecí enormemente el haber dormido de nuevo en una cama y no en el suelo. Me encontré con un vaso de agua en la mesita que había al lado de la camilla, y cuando bebí un poco, los dos puntos que me habían puesto en la barbilla la noche anterior me causaron tirantez en la carne. Hice una mueca de dolor cuando intenté incorporarme para dejar el vaso de nuevo en la mesita, y respiré hondo cuando me senté en la cama. Me dolían todos los huesos y los músculos, y aún me encontraba cansada.

El frío del silencio. (Adaptación Camren) G!P EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora