•02."EXPERIMENTAR"

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—¿Acaso te comió la lengua el lobo?— preguntó con burla ante el silencio del de mirada chocolate.

Cómo un depredador acechando a su presa, se acercó lentamente hasta quedar frente a frente. Notando se la gran diferencia de estaturas.

Dipper se encontraba meditando que hacer, cuál opción es mejor en ese preciso instante. Sumido en sus pensamientos.

—Bueno, ahora que me hiciste perder mi almuerzo, supongo que debo aprovecharte.— sonrió malicioso mientras estiraba sus brazos para tomarlo de su espalda hasta descender a sus glúteos, tomándolos con fuerza por encima del kimono.— Están redonditos y apetecibles, que tan delicioso sabrás, me pregunto yo.— agregó con su tono de voz más grave, ensanchando mas su sonrisa.

Bill se acercó a su cuello, listo para morderlo. Pero antes lo lamió con gula, recibiendo como respuesta un audible jadeo caliente del menor.

—¿Qué clase de presa reacciona así?— preguntó apartándose un poco desconcertado.

El Cipher al ser una bestia temida desde pequeño, al nunca resivir afecto por nadie ni cuidado alguno no conoce para nada lo que es el amor, la confianza y mucho menos algo relacionado con lo sexual. Si; con el tiempo sabía que para los cachorros nacieran papá y mamá deben tener relaciones sexuales, sobre los cortejos y cosas cursis que le dan ganas de vomitar el tan solo mencionar, pero nunca lo experimento con alguien. Y el escuchar aquel jadeo tan cerca y erótico lo dejo un tanto aturdido. Lo normal para el rubio o lo que él se esperaba era al menos un chillido de miedo, su cuerpo temblando del miedo o al menos suplicando por su vida. Por muy espíritu que sea no se iba a doblegar.

Dipper ante la pregunta del más alto se avergonzó.

—¡Tú qué andas tocando ahí! Soy muy s-sensible en ciertas zonas.— admitió empujando al Cipher para mantener algo de distancia, cruzándose de brazos y desviando la mirada "despechado".

Bill ladeo la cabeza, soltó un bufido para proseguir acercarse nuevamente al castaño y tocar sus glúteos pero esta vez por debajo de la prenda azul.

—¿¡No traes nada debajo de tu vestido!?— exclamó sorprendido y disimuladamente avergonzado. Pues también para revisarle mejor decidió tocarle por delante rozando muy levemente su entrepierna. De inmediato se apartó.

—¡No es un vestido es un kimono! Y N-No, nunca me hizo falta llevar algo debajo del kimono. — respondió más rojo por el atrevimiento del lobo de andar tocando su mercancía.

—¿De casualidad te bañas?— preguntó curioso.

—Cuando estás en forma fantasma seguido y por varios años no es necesario. ¿Acaso te incomoda que no traiga nada puesto debajo?— ladeó una sonrisa, como si él ahora quisiera acorralarlo.

—¡¿Qué clase de pregunta y mirada es esa?!— gritó mientras apuntaba hacia su pecho del más bajo quien se lo quedo mirando expectante.

Hace poco Bill se lo iba a comer y enserio había sentido miedo, pero ahora... El lobo le parecía muy infantil y grosero.

—¡Eres un cobarde! Envidiame perra, mi bello cuerpo es natural.— sonrió mientras hacía una pose de diva con una mano en su cadera y otra peinando su cabello hacia atrás, siendo de en balde por qué de todas formas sus rulos esponjosos volvieron a su lugar. Al rededor suyo cubriendo su frente—o eso veía el mismo castaño—, salían como brillitos como si el fuese el centro de atención.

El Cipher antes tenso y hambriento, con ganas de devorar al pequeño castaño por qué por su culpa su almuerzo escapó; ahora realmente le causaba mucha gracia que no dejó escapar otras carcajadas de burla. Está vez la risa duró poco pues el chico, al que desde ahora llama Pine-Tree, lo miró mal y crédulo. Cómo que si en sus pensamientos le dice "De que te estás riendo pendejo".

El lobo tomó aire para seguir hablando. Hasta donde recordaba, nunca había tenido una conversación tan larga que no involucrada piedad o maldiciones hacia él, o frases de otros seres queriendo hacerse los valientes o héroes para aniquilarlo y terminaban muertos. Las típicas batallas del bueno y el malo, que obviamente él siempre es el malo pero no pierde como los villanos de las historias o leyendas dirigidas a todo público. Incluso hasta se rumorea que posee tanto poder como un Dios.

—Se supone que debes tenerme miedo, pavor y terror. No seré blandito contigo. Sigues siendo igual que los demás.— le dijo serio, no debía bajar la guardia. Si algo le ha ensañado la vida es que las apariencias engañan. El menor no le haría cambiar de opinión o lo que sea para lo que esté ahí.

Ahora que es poderoso y fuerte, algunos vienen a hacerlo recapacitar. Qué carajo va hacerles caso si antes a él nunca lo ayudaron, ¿Para que aceptar la ayuda ahora?
El pequeño silencio se rompió cuando el castaño siguió hablando esta vez igual de serio que el lobo.

—Bill, ¿Te gusta serlo?

—¿Qué cosa?— apenas reaccionó, estaba sumido en sus pensamientos. ¿Por qué aún no acababa con la vida del menor?

—Un monstruo.

Extrañamente, aunque Bill Cipher esté demasiado acostumbrado a que lo llamen así, escucharlo de un ¿Desconocido?, O más bien de Pine-Tree le afectó un poco. No sabía si era por la mirada tan seria, sin emoción del castaño. O por su tono de voz. O tal vez por su maldita carita aniñada aunque por dentro tenga muchos años, todo un vejestorio.
Bill no quería su lástima, no quería que alguien le viniera con compasión e hipocresías. Busco en la mirada del castaño algún signo de burla o pena, pero no encontró nada de ello.

—¿Tienes familia?

Otra pregunta del castaño, esta vez notó como suavizó el gesto.

¿Familia? Desde pequeño no conoció a sus padres, no sabe si estos lo abandonaron o se murieron. O tal vez fueron cazados.
No sabe de dónde viene. ¿Qué fueron sus padres?¿Ambos eran de la misma especie o hubo una cruza?
  Su mirada se tornó más oscura. El no necesitaba darle explicaciones a un ser inferior.

El castaño se percató de ésto. Ya tenía elaborado un plan.

—¿Por qué debería disculparme por ser un monstruo? Nadie se disculpó por haberme convertido en uno.

—Nunca te pedí que te disculparas Cipher. No te culpo por ser lo que eres.— dijo sincero, con una mirada de compasión, suave. Al igual que su aroma.

—No necesitó tu lástima o tu comprensión Pine-Tree. No necesito tu ayuda.— sentenció el Alfa rubio con enfado. Con sus grandes manos rodeó el cuello de Dipper haciendo algo de presión.

—¿Qué ganarás con matarme?¿Saciar tu hambre?— fue lo que dijo entre quejidos de dolor.

—Cállate. — le dijo, en eso el castaño desapareció de entre sus garras. Había regresado al plano fantasmal y el Cipher no tenía ánimos como para seguirlo. Por lo que se dio la vuelta dispuesto a irse a cazar su comida. Sin embargo apenas dio un paso justo al voltearse sintió como un pequeño cuerpo cálido lo abrazaba de la cintura. —¿¡Qué demonios crees que haces!?— exclamó sorprendido y confundido al no entender si estaba molesto o no.

El menor por su estatura, su frente le llegaba hasta la mitad del pecho. Sus delgados brazos de fideos lo abrazaban con todas sus fuerzas. Obviamente Bill podía forcejear, pero no lo hizo. Solo se quedó quieto ante el extraño comportamiento del castaño.

—Si no tienes un hogar al cuál pertenecer, déjame ser el tuyo, Bill.

¿Qué piensas hacer ahora tú, monstruo del caos?










Palabras: 1,245.
Fecha de publicación: Martes, 01, enero, 2019.
Autores: JaquiiAleWorld y Arisu-chan198.
Historia: "Prohibido"
Fandom: Gravity Falls.
Nota del autor:

Feliz año nuevo mis queridos seguidores. Justo acabo de notar que llegue a los 1.96k seguidores.
Espero disfruten el año junto a está historia en colaboración.
Sé me complicó el título.
Feliz cumpleaños, Aris.

Fin del Segundo Acto.

"Prohibido"-BillDip. ■Editada2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora