•09."Avellana"

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Capítulo censurado


Que gracioso es ésto ¿No? Es difícil creer que todo ésto inicio por culpa de ese viejo canoso. Daría lo que fuera por ver su cara cuando se entere de que uno de sus estudiantes entregó toda su pureza a una bestia manchada con sangre ajena.

Lo Prohibido lo vuelve aún mas tentador.

El Sol se elevó en el cielo, los pájaros comenzaron a cantar, el hogar de aquella bestia había sido testigo de la unión de aquellas dos almas que se amaban en secreto. O al menos, empezaban hacerlo.

El castaño comenzó a despertar de a poco, abriendo levemente los ojos, dejando que su vista se aclare hasta acostumbrarse a la luz del día.

Su mente estaba algo borrosa, no recordaba bien lo que pasaba, no recordaba en que momento se había quedado dormido ¿Por qué estaba desnudo? ¿Por qué sentía unos fuertes y cálidos brazos rodear su cintura? ¿Por qué sentía un extraño cosquilleo en el pecho?

Al estar completamente despierto, notó como cierto rubio se encontraba abrazado fuertemente a él, mientras frotaba su cabeza contra su desnudo pecho, moviendo sus orejas y cola con evidente emoción.

El castaño no se podía sentirse más nervioso y avergonzado... Ya recordaba todo lo que había pasado.

¿Cómo es que no se había dado cuenta? ¡Hace tan solo unas horas le había entregado toda su pureza al rubio! Esto no podía ser ¿O si? Le dio algo tan puro e íntimo que jamás va a regresar.

Era cierto que ya no quería deshacerse del rubio, era cierto que lo amaba y ahora más que nunca quería protegerlo. ¡Pero eso no era excusa para tener que entregarse por completo al mitad lobo! Digamos que solo fue la calentura del momento, o tal vez no.

Al bajar la mirada, encontró la sonrisa divertida de el rubio, quien lo había estado vigilando desde hace un rato, o más bien dicho, desde que había despertado.

—¡Pine-tree! ¡No sabes lo feliz que estoy!¡Te amo! ¡Te amo!— dijo el rubio con evidente emoción, mientras se acercaba al cuello del castaño y le daba algunos pequeños besos por su cuello y clavícula.

El castaño soltó algunas pequeñas risas, esos besos llenos de cariño le gustaban, en ese momento dejó de importarle lo demás, ahora solo quería disfrutar de estar al lado de ese lobo tonto y despistado que se había ganado su corazón. Le encanta ser mimado por el Cipher, le hacía sentir especial.

—Jaja m-me haces cosquillas, Bill.— dijo el castaño mientras reía leve —N-No digas esas cosas tan embarazosas.— balbuceó un poco. Aún le daba algo de pena que ambos estén totalmente desnudos debajo de las sábanas.

De alguna manera, sientes algo de culpa por no decirle la verdad ¿No es cierto, Pines?

—¿Por qué? ¡Se supone que ahora eres mi pareja, tengo que mimarte y darte todo mi amor todos los días! ¡Tengo que protegerte para que nadie te alejé de mi lado!— exclamó como si fuera lo más obvio del mundo, mientras sonreía con sinceridad, logrando que un gran sonrojo apareciera en las mejillas del espíritu

—Bill...— esas palabras hacían que su culpa creciera, el mitad lobo merecía saber la verdad... Pero no quería que se alejara al saber lo que verdaderamente había pasado entre sus padres. Pero ver al rubio tan feliz lo conmovió.

—Sabes... Me encantó como tocabas mi intimidad con tus dos manos de esa manera tan provocadora, mientras hacías esos lindos gestos... No sabes como disfruté de perforar te por completo hasta dejarte totalmente lleno con mi esencia, te veías tan sexy dormido mientras yo seguía dándote todo...— dijo totalmente sincero, mientras seguía con esa sonrisa boba en sus labios.

"Prohibido"-BillDip. ■Editada2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora