Promesa [Miritama ]

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Especial de Navidad 1


Tamaki no entendía muy bien el porque estaba a solas con su mejor amigo, no es que no le gustara pasar tiempo con Mirio, pero el había acudido al lugar porque le habían prometido una salida entre amigos, es decir, ellos dos y Nejire, pero al final la chica nunca apareció, quedándose solo con el rubio en lo que el estaba muy consciente que parecía una cita.

Era veinticuatro de diciembre, vispera de navidad, y ambos habían pasado juntos todo el día, visitando tiendas, comiendo algo, incluso visitaron un acuario. Al caer la noche el rubio propuso ir a un parque de diversiones, y aunque no estaba muy convencido terminó aceptando al ver la emoción en el rostro de su amigo.

Había disfrutado cada segundo que estuvo con su mejor amigo ese día, pero había algo que le molestaba, y era saber que al final esa salida era como amigos, y el estaba consciente que estaba enamorado de Mirio, y que en el fondo deseaba que esa no fuera una salida de amigos, sino una cita. 

Y no es como si ayudara mucho ver a las parejas que pasaban a lado suyo, diciéndose cosas empalagosas, regalándose cosas o besándose, llegando a preguntarse si algún día iba a poder estar así con su amigo, negando rápidamente la idea, no había posibilidad alguna de que un chico tan radiante y perfecto como el de ojos azules se enamorara de alguien como el. 

Así que solo quedaba una opción: Callarse y solo ser su amigo. 

Pero había algo que no pasaba desapercibido por Tamaki, y era el hecho de que parecía que Mirio lo cuidara o protegiera de algo, y no entendía muy bien de que, el era más que capaz de cuidarse por si mismo, claro, exceptuando la vez que acabó en el hospital con heridas graves y sin despertar por tres días, pero ya se había recuperado, de hecho le habían dado el alta hace unos días. 


Terminaron subiéndose a la mayoría de juegos, incluyendo la montaña rusa (casi le da un infarto en ese al azabache), aunque había disfrutado mucho de las tazas giratorias. 

En ese momento se estaban subiendo a la rueda de la fortuna, se habían sentado uno enfrente de otro, y aunque no le gustaban mucho las alturas, el paisaje del parque de diversiones iluminado lo suficiente para no restarle protagonismo a la noche, le hacían olvidarse de todo, quedando embelesado viendo esa imagen que formaría parte de un recuerdo que nunca olvidaría.

Pensaba en todo y en nada a la vez, disfrutando el paisaje y el aire frío entrando y saliendo de sus pulmones, teniendo uno de esos pocos momentos de completa paz y tranquilidad, donde no existía nada ni nadie más que ellos dos en esa cabina  en la cima de la rueda de la fortuna.

- Es hermoso ¿Verdad? - Preguntó al aire pensando únicamente en esa imagen que se le mostraba estando en la cima.

- Mucho - Escuchó la respuesta de Mirio sin darse cuenta que en realidad el chico no estaba viendo por los cristales como el.

Su tranquilidad fue interrumpida e incluso destruida cuando Tamaki se dio cuenta que su amigo lo miraba fijamente, sin expresión, no sonreía pero tampoco estaba enojado, solo tenía ese gesto de paz y calma, logrando causar todo lo contrario en el pobre chico que, como decía su amiga, tenía "corazón de pollo".


Al bajarse de la rueda habían decidido quedarse un rato sentados en un banco que estaba a lado de un gran y hermoso árbol de navidad, estaban callados, y no era algo que le molestara precisamente al azabache, podían estar así por horas pero seguiría disfrutando de su compañía.

[BNHA ] One-Shots yaoiWhere stories live. Discover now