El hombre tenía esposa, la había conocido. Luka conocía a la esposa de Drake, su nombre era Jessica si lo recordaba bien.
Maldición.
Drake nunca debía enterarse de la atracción que sentía por él. Si Ross lo sabía estaba seguro que lo mataría, después de Jessica claramente.
Soltó un bufido antes de volver a echarse en la cama de forma brusca haciendo que el colchón se moviera lo suficiente para despertar a Drake. Y en ese momento es en el que Luka desearía desaparecer e irse a cualquier otra parte, incluso a la casa del lobo. Estar con Adam parecía más agradable que en aquella cama, desnudo y con miles de preguntas en la cabeza.
Mordió su labio, intentando recordar las circunstancias de la mañana, ni siquiera había pasado un día. Recordaba a Luis y Adam, los tres empezando a beber; a Luis dejándolos solos, a él y Adam volviendo su casa en un karaoke, él y Adam hablando, él y Adam caminando a la casa de Cindy porque ya no había cerveza, Cindy mirándole extraña…
Eso era, si algo había sucedido era seguro que Cindy lo sabía.
Se estremeció cuando vio a Drake levantarse e ignorarlo al salir de la habitación. En ese momento Luka estaba seguro que había arruinado al único amigo sincero que tenía, incluso Jessica era bueno con él, la leona le visitó una vez y fue muy amable con él, incluso le llevó sopa, y él había arruinado todo por una borrachera que no debió aceptar. Solo él conocía la vergüenza que lo embargaba, estaba dispuesto a pedir el perdón de ella de rodillas si era necesario, porque nunca, nadie, debió enterarse de su flechazo por Drake.
—Vístete —Drake le lanzó la ropa a la cama, su semblante era serio y tenía un chupetón en el cuello. Luka quería lanzarse de la ventana en ese momento—, Jessica va a llegar en cualquier momento.
—¿Qué pasó ayer? —Luka obedeció. Empezó a vestirse y con disimulo veía a Drake que hacía lo mismo que él.
—Ya deberías saberlo —Se notaba serio, su tono era neutro— ¿no es suficiente con lo que ves?
—Jessica, ella…
—Ella no va a saberlo por mí, y yo sé que Ross tampoco lo hará.
Drake terminó de vestirse y salió de la habitación. Luka esperó unos segundos, pensó un poco y empezó a vestirse incluso más rápido que cuando debía mudarse con su hermano. Se maldijo dos veces más antes de salir a la sala donde Drake veía un partido de futbol con naturalidad, como si hace poco no hubiese despertado con otra persona que no era su esposa, y el silencio solo hacía que Luka se sintiera más mierda consigo mismo que antes. Se culpaba de aquella infidelidad que había sido de dos partes.
Ni siquiera se despidió de él cuando salió de aquel departamento y corrió hasta el ascensor para bajar a la planta baja y así salir de aquel edificio antes de que llegue Jessica y tener que inventar alguna excusa para cubrir lo que ocurrió. Tampoco se preocupó por el aroma que siempre cubría, él solo salió y se dio cuenta de su error en la primera cuadra, porque varias personas lo veían fijamente, incluso alguno de ellos empezaban a acercarse a él.
Los guepardos caminaban de noche, les parecía más seguro. Claro que debían tener cuidado en las calles, porque, una cosa era entrar a un club nocturno donde los guardias vigilaban el lugar, y otra cosa distinta era estar en la calle donde la seguridad de uno dependía del mismo. Luka temblaba ante aquello porque había salido sin un aroma que cubra el suyo y estaba solo en medio de una calle que no conocía del todo.
Iba a retroceder, pero su guepardo pareció empezar a gozar de la atención de sobra, y a decir verdad él igual, por eso mostró su sonrisa más natural y empezó a caminar con disimulo. No sabía a dónde lo llevaban sus pies, en aquel instante su parte animal lo estaba controlando de una manera peculiarmente interesante.
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Flesh (Gay)
HumorLa manada de los lobos es la más fuerte, bondadosa y con unos líderes increíbles. Su familia es una combinación explosiva que termina en perfección. Contrario a ellos, los gatos no tienen manada. Cualquier especie de felino vaga solo por el mundo...